Capítulo 37: Juramento.

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Esa mañana, todo fue horrible para cierto marine, no solo por no haber podido dormir de forma adecuada dado que se quedó toda la noche haciendo guardia y por lo tanto se sentía agotado, sino por toda la preocupación que le generaba que el almirante Vergo estuviera ahí por el asunto del tercer Law. Por si fuera poco, ahora tenía asuntos mucho más urgentes que tratar, ya que ni siquiera tuvo tiempo de regresar a casa para darse una ducha reparadora, cuando sus hombres vinieron en su búsqueda para atender el llamado de auxilio ocurrido en una pequeña casa de dos pisos, en donde sólo pudo ver con desagrado y tristeza la escena delante de él, la cual era mucho peor que una pesadilla.

Nada más llegar, sus hombres tuvieron que apartar a los vecinos del lugar, pues todos querían entrar a la morada debido a que los gritos de auxilio que se escuchaban desde el interior de la propiedad sonaban desgarradores. El protocolo de la ciudad era no actuar e informar de inmediato a las autoridades, por lo que era natural que nadie hubiera tratado de ayudar aún, cosa que sólo hizo que el marine apriete sus puños en gesto de frustración pues entendía lo desesperanzador que debía resultar no poder hacer más que esperar en esta situación. Dando una ojeada rápido, pudo ver a Penguin tratando de tranquilizar a una mujer regordeta de unos cuarenta años que imploraba la dejaran atender a la pequeña, ya que ella era amiga de los papás de ésta puesto que su hijo iba a la misma escuela que Emily.

—¡Capitán! ¡Capitán! —gritó la mujer al verlo llegar a la escena— ¡Por favor haga algo! ¡Emily! ¡Emily está gritando! —suplicó sin dejar de llorar al tiempo que era retenida por dos de sus hombres, pues está ya se había hartado de la espera siendo ella quien marcó por ayuda minutos atrás.

—Suéltenla —ordenó el hombre de blanco al tiempo que se posicionó enfrente de ella— No se preocupe señora, iré ahora mismo a comprobar la situación —intentó tranquilizar al tiempo que hacía un gesto de apoyo posicionando su mano encima de su hombro— Gracias por llamarnos, ahora mismo las autoridades nos haremos cargo, por favor guarde la calma.

—¿Calma? ¡¿Calma?! —gritó exasperada— ¡¿Cómo se supone que me mantenga calmada cuando Emily está gritando?! —reclamó enojada porque el hombre siguiera actuando como si nada aún con toda la situación desesperada.

—Señora...

—Mildred —respondió uno de sus hombres sabiendo lo que el capitán quería saber.

—Señora Mildred, por favor tranquilícese... Mis hombres ya me han informado que la pequeña está a salvo, pero está aterrada por el momento, aún no comprobamos el área por completo y no sabemos qué es lo que veremos adentro, pero cuando la pequeña Emily salga de allí va a necesitar un rostro familiar para sentirse segura, y usted no le podrá ser de mucha ayuda si la ve de esta manera —hizo una pequeña pausa antes de continuar— Por favor tómese unos minutos para tranquilizarse y luego vuelva... Esa pequeña necesitará todo el apoyo de su parte y para eso necesita ser fuerte... ¿Cree que pueda hacerlo por Emily?

—S... Si... ¡Sí! —respondió aún entre gimoteos.

—Bepo, ayuda a la señora Mildred a que se tranquilice, dale un poco de agua y algo dulce, eso ayudará un poco a sus nervios. Yo entraré.

—¡Sí capitán! —respondió el adorable oso al tiempo que tomaba a la señora por el hombro tratando de decirle dulces palabras de apoyo para ayudarla a recomponerse en tanto el capitán volvió a poner su expresión dura antes de ingresar a la escena del crimen.

Sabía que la pequeña estaba a salvo, pues ya se lo habían informado a través de la llamada, cuando uno de sus hombres que se encontraba cerca de la escena entró a inspeccionar, este había sido quien evitó que gente indiscreta quisiera acceder al lugar, hasta la llegada de su superior. Fue así, como lo primero que alcanzó a ver fueron los charcos de sangre que venían desde la entrada de la puerta hasta la sala de estar, en donde mirando hacia su izquierda pudo ver el cadáver desfigurado del padre de familia, lo cual le hizo rechinar sus dientes, y desviar la mirada pues toda la escena era por demás grotesca mucho más cuando al mirar hacia el sillón, en la sala, pudo observar a la pequeña Emily llorando y rogando desesperadamente a su madre que se moviera, pues su "agarre" era demasiado fuerte y no podía zafarse.

Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora