Capítulo 15: Trabajo y Esfuerzo.

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La mañana siguiente Trafalgar no tuvo siquiera que esperar a que el Den Den Mushi despertador sonara, pues seguramente había logrado dormir muy poco después de lo ocurrido la noche anterior en donde casi le da un maldito infarto al no saber en dónde se encontraba el chiquillo. Tenía miedo de que este se despertara en la madrugada y volviera a irse de su lado por lo que aunque lo intentó no pudo dormir bien, pues cada cierto tiempo abría los ojos sólo para reafirmar que el menor siguiera allí.

Law pocas veces se asustaba y puede que pareciera una tontería preocupaba tanto y más cuando sabía mejor que nadie que el menor era perfectamente capaz de defenderse solo, sin embargo eso no había impedido que su maquiavélica mente pensara en los peores desastres posibles, lo cual sólo lo hizo sentir como basura humana al saber que su última conversación había sido una discusión estúpida.

Ahora eran las cinco de la mañana y las circunstancias eran un poco diferentes dado que el cirujano de la muerte se encontró un poco más tranquilo y ahora le tocaba a su cabeza comenzar a torturarlo con mil pensamientos que venían a su mente en forma de flashazos en donde se vio así mismo abrazando al monito, acariciando su mejilla, juntando su frente y olfateando su cabello como un maldito pervertido. Esos recuerdos lo seguirían hasta el fin de su miserable existencia y lo peor es que ni siquiera tenía pensada una buena justificación para sus acciones.

probablemente Luffy no preguntaría nada al respecto pero... Ese niño era excesivamente cariñoso y caprichoso así que ya podía verlo exigir mimos de su parte más adelante, cosa que de hecho no le molestaría del todo de no ser porque sabía que con eso solo seguiría ilusionándose como un jodido imbécil, lastimándose así mismo al permitir que el chiquillo se acercara tanto.

«¿Qué demonios hice? ¿Qué se supone que haga ahora? ¡Dios! ¡Eso fue tan malditamente vergonzoso!» Pensando el tatuado sin poder evitar que sus mejillas se colorearan de un fuerte tono rojizo «¡Bien hecho idiota! ¿Ahora cómo le explicarás lo que hiciste? ¡Maldición! ¡¿Cómo podré verlo a la cara ahora?!» siguió torturándose mientras se enroscaba en su posición tratando de no soltar un grito de frustración lo que sólo usó que el chiquillo se removiera un poco entre las sábanas para terminar enredando sus brazos en el cuello del mayor quien sólo pudo quedarse pasmado ante dicha acción.

Clavando sus ojos grises en el más joven no pudo evitar reafirmar lo hermoso que era, amaba absolutamente todo de él, cada facción, la forma de sus cejas, su nariz respingada, sus pequeños y redondos labios, sus ojos chocolate los cuales aún cerrados eran preciosos pues el largo de sus pestañas era fácil de admirar, sus mejillas acolchadas y ese mentón pequeño que le daban un aspecto infantil y celestial, incluso esa cicatriz debajo de su ojo izquierdo lo hacía bello. Luffy era simplemente perfecto para él... Tanto que incluso le daba vergüenza admitir que él había sido su primer y único amor a primera vista... Todo empezó desde ese primer cartel de se busca, con esa estúpida y deslumbrante sonrisa... Desde un inicio había caído rendido ante los pies del pequeño de luz que ahora se aferraba duro a su cuerpo poniendo una prueba todo su ser pues no sabía cómo podía seguir aguantando esa inminente necesidad de tocarlo, besarlo y reclamarlo como suyo para que nunca jamás se alejara de su lado. Law era un maldito cursi cuando se traía del amor... Pero sus inseguridades siempre le impedían abrirse y ser sincero pues ya le habían hecho mucho daño en el pasado.

—Maldición —murmuró por lo bajo mientras sus ojos empezaban a brillar aún sin apartar su mirada del rostro contrario quien aún estaba durmiendo plácidamente— Es muy injusto... —mencionó mientras acercaba al chiquillo, plantando un largo beso en su frente para después abrazar su cabeza pegándola a su pecho en un impulso de estrujarlo duro en su deseo de tenerlo sólo para sí, pero supo contenerse pues no deseaba despertarlo.

«Supongo que soy un idiota» pensó mientras soltaba una sonrisa amarga y después de estabilizar en dicha posición por unos cinco minutos más tuvo que resignarse y ponerse de pie para empezar con su primer día oficial de trabajo. No le costó demasiado liberarse del agarre del chiquillo, pues al igual que antes creó un room e intercambio lugar con una almohada, estiró sus brazos intentando espabilarse mientras soltaba un amplio bostezo para después sentarse en la orilla de la cama.

Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora