Eran las 4:30 de la mañana cuando Luffy por fin regresó al hotel, estuvo platicando prácticamente toda la noche con Toramingo acerca de su infancia en Flevance y cómo era su vida antes de ese desastroso acontecimiento, además de algunos temas de interés para el monito. A decir verdad, este último encuentro ayudó a que la perspectiva de Luffy sobre el emplumado cambiara de forma drástica, pues pasó de ser un depravado sexual a un personaje entretenido con amplio tema de conversación, aún le parecía bastante extraño, pero por lo menos ya no lo veía como un mal tipo.
Como sea, en cuanto llegó, lo primero que hizo fue arrastrar sus pies hasta la habitación, en donde con todo el cuidado del mundo se recostó a lado de Torao tratando de no despertarlo, aunque notó que éste se removió un poco al sentirlo, lo que lo hizo asustarse por unos instantes. Afortunadamente, lo único que hizo fue cobijarlo entre sus brazos y seguir durmiendo como si nada, lo que le hizo suspirar aliviado, pues ciertamente no quería volverlo a preocupar inútilmente, ni responder preguntas incómodas sobre dónde estaba.
Fue así, como luego de dormir por alrededor de unas dos horas, repentinamente se vió molestado por el sonido del despertador el cual le hizo revolcarse en su posición sólo para momentos después aventar su almohada en dirección al molesto aparato lo cual ocasionó que éste se estrellara contra la pared en un golpe seco que terminó por destrozarlo y desconcertó al tatuado, pues no estaba esperando una reacción tan violenta por parte del menor.
—Mugiwara-ya... ¿Qué demonios? —murmuró adormilado.
Luffy no contestó, en su lugar sólo se acurrucó aún más en el pecho del contrario al momento que volvía a respirar de forma acompasada, tratando de retomar su anhelado sueño, acto que si bien alegró al mayor, también lo puso en un dilema, pues sabía que debía de levantarse para empezar con su maldita rutina.
—Oi... Mugiwara-ya, sabes que tengo que...
—No... —interrumpió al momento que envolvía al contrario con sus brazos impidiendo que se marche— Torao... No me siento bien —confesó.
—¿Qué? —preguntó al momento que se despertaba por completo con una sola frase sólo para después apartar levemente al chiquillo con el objetivo de empezar a examinarlo— ¿Qué tienes? ¿Qué te duele? ¿Qué sientes? ¿Comiste algo raro otra vez? ¿Desde cuándo te sientes mal?
—Me duele la cabeza, estoy mareado, me duele el cuerpo... Y estoy cansado.
Más tardó Luffy en decir todo eso, que Law en levantarse de la cama para ir por sus instrumentos médicos y comenzar a hacer un examen completo de los signos vitales del pequeño, empezando por revisar su lengua, garganta, nariz, oídos, ojos, pulso y temperatura, acto que sólo lo hizo extrañarse aún más.
—Mmmm... Que raro, todo parece ser normal... ¿Tal vez tienes indicios de gripe? —se preguntó en voz baja.
—Toraaao, no estoy bien —farfulló por lo bajo al momento que empezaba a inventar nuevos síntomas— Tengo ganas de vomitar, tengo mucho calor, mi nariz está tapada, mi garganta duele, tengo escalofríos, y creo que tengo sarpullido.
—¿Qué? ¿Sarpullido? ¿Dónde? —preguntó extrañado.
«Oh no... Me pregunto en dónde tenía el sarpullido, ¿Qué era el sarpullido? Recuerdo que Chopper lo mencionó alguna vez... ¿Era algo del corazón verdad? Cuando se te agita mucho el corazón... Sí, sí, creo que eso era» pensó el monito al momento que empezaba a sudar frío por los nervios.
—¡El corazón! ¡Tengo sarpullido en el corazón! ¡Siento que se me va a salir del pecho!
«¿Por qué me está mintiendo tanto? No lo entiendo, ni siquiera sabe que es un sarpullido y ya van varias veces que menciona síntomas contradictorios, ¿Qué pretende? lo averiguaré con delicadeza» pensó el cirujano de la muerte al momento que ladeaba su cabeza en un gesto de confusión.
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Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECE
Hayran Kurgu¿Qué es mejor que Trafalgar Law? ¡Dos Trafalgar! ¿Y qué es mejor que dos Laws? ¡Exacto! ¡Tres Laws! ¿Cómo reaccionará el capitán Monkey D Luffy al verse rodeado repentinamente por su aliado y dos versiones más de este? ¿Y que pasaría si los tres com...