Capítulo 66: Miedo

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Era la primera noche a la intemperie luego de que el revolucionario, el pirata y el marine partieron en su viaje hacia el escondite de Donquixote Doflamingo, luego de la breve charla con el capitán de los piratas de corazón, Julieta se había quedado en completo silencio. Sabía que lo que decía aquél maleducado era verdad, conocía los sentimientos del marine desde hace ya mucho tiempo atrás, y la verdad es que había ido a Odille con toda la intención de declararse, pero todo el asunto le resultaba tan jodidamente difícil para él.

Había pasado mucho tiempo tratando de reprimir sus propios sentimientos, convenciendose de que esto no estaba bien, y no sólo porque literalmente estaban en bandos completamente opuestos, que sus caminos parecían estar divididos y que él le había declarado la guerra a todo el sistema de gobierno actual lo que significaba que estaría en el frente de una enorme batalla de la cual ni siquiera sabía si saldría con vida, o inclusive si terminarían peleando uno contra el otro. Eran amigos, razón por lo que ya tenía una implicación emocional que podría distraerlo de su misión principal, ahora bien, si es que se hacían pareja, eso se sería mucho peor, no podría pelear contra él, y significaría un enorme problema en el campo de batalla pues solo estaría atento a él, cuidando que ninguno de su bando lastime a Trafalgar.

Y aún si el marine se negaba a participar en esa gran guerra, si se llegaba a descubrir sobre su relación este sería apresado y juzgado como criminal. Tenía la convicción de derrocar al sistema y liberarlos de cualquier obstáculo que los impedía estar juntos, pero aún así, aún con lo mucho que confiaba en que al final, Roger triunfaría, no podía dejar de preguntarse qué pasaría si algo salía mal. Si pierden y Trafalgar tiene que afrontar las consecuencias de ser un tonto enamorado, ¿Lo ejecutarían?, probablemente sí, y aún si no era el caso, él no merecía pasar el resto de sus días en Impel Down. Ese hombre era el ser más puro y noble que jamás existiría en el mundo, no merecía más desgracias, solo cosas buenas, y es por eso que no podía evitar carcomerse la cabeza intentando analizar los pros y contras de salir juntos.

Y mientras Julieta se encontraba pensando en todo aquello, Torarine no dejaba de verlo a la distancia con confusión. Habían armado un pequeño campamento para pasar la noche y estaban preparando la cena para poder irse a dormir después, pero él no había podido evitar notar el cambio de humor de su amado desde que le pidió ayuda a Torao-kun para que averiguara lo que iba mal entre ellos. Luffy estaba muy callado y estoico, casi no había ayudado en la preparación de la fogata, ni en la búsqueda de ingredientes y todo aquello que se hacía para asegurar la zona cuando se dormía en territorio extraño, simplemente se mantenía.... Perdido en su propio mundo.

—¡¿Qué diablos le dijiste?! —gritó el marine sintiéndose repentinamente irritado con el pirata y no pudiendo evitar darle un golpe en su cabeza a lo que Torao se enojó por ello.

—¿¡Qué carajo te pasa?! —le regresó el grito dispuesto a pelear en ese mismo instante.

—¿Qué fue lo que le dijiste a Luffy-ya? —volvió a preguntar pero esta vez con un tono serio.

—Nada que no sea cierto —se encogió de hombros.

—¡¿Qué hiciste?! —dijo desesperado agarrandolo de los hombros mientras sus ojos empezaban a llenarse de pequeñas lágrimas de angustia.

—¿Quieres calmarte de una buena vez? —dijo apartando las manos del marine de un manotazo para después sentarse encima de un tronco— No le dije nada malo, simplemente deje que las cosas avanzarán de una buena vez, después de nuestra conversación seguro se está replanteando qué hacer de ahora en adelante —dijo con calma antes de agregar— ah... aunque no tengo idea de lo que hará después, bien podría aceptarte o bien podría elegir no volver a verte —dijo con completa calma haciendo enloquecer aún más al de blanco.

Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora