Capitulo 58: Arreglos.

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Después de haberse tomado un poco de tiempo para tranquilizarse, logrando hacer sus ejercicios de respiración, además de algunos estiramientos para relajar su cuerpo de por sí tenso, el revolucionario por fin se dio a la tarea de regresar y buscar al marine. Entendía que probablemente no había actuado de la mejor manera, y debía de admitir que hizo de esa reunión un pésimo primer reencuentro, luego de tanto tiempo de no verse en persona.

Para ser honesto, no es como que hubiera querido golpearlo en primer lugar, o bueno... Creyó querer pegarle al ver que se estaba comportando como un verdadero imbécil después de todas las molestias que se tomó para ir a verlo, pero resulta que el irrespetuoso fue otro y quien terminó pagando por mera casualidad fue el marine, acto que lo hacía sentir un tanto culpable. Aunque tampoco era su culpa, jamás esperó ver a dos Laws en el mismo lugar, ni mucho menos que estuviera pasando algo tan extraño.

Hasta el momento sólo recibió la explicación básica sobre el funcionamiento de la fruta del diablo que trajo a un segundo Trafalgar Law a su mundo, no sabía nada más que el hecho de que el marine estaba tratando de regresar a su contraparte a su universo, acto que de hecho no se le hizo extraño, pues ya sabía de su naturaleza amable que lo instaba a querer ayudar a cualquier persona que se cruzara por su camino, cosa que si bien se le hacía linda, también le irritaba un poco, ya que reconocía que muchas personas solían aprovecharse de él gracias a este relleno dulce que le impedía ver la maldad en los demás.

Como sea, todo el asunto de la carta y el hecho de que Trafalgar no recordara nada sobre esta aún cuando él fue quien la mandó lo desvió por completo de su objetivo, pues su motivación principal para ir a Odille era el de brindarle su apoyo y ya que no tuvo oportunidad de decirlo es que ahora se encontraba buscando al contrario. Por esa razón había estado paseando por las calles concurridas en la avenida principal de la ciudad, lugar donde se encontraba la mayoría de las tiendas y puestos ambulantes de comida.

Para pasar desapercibido se había quitado su sombrero de copa, pues este delataba su identidad con bastante facilidad, y habia cerrado su abrigo negro de cuello alto que tapaba la mayor parte de su rostro hasta su bica, dejando su nariz al descubierto y unas gafas oscuras. Sabía que se encontraba dentro de una isla gubernamental por lo que no podía exponerse a que lo reconocieran, y aunque su apariencia en sí era algo llamativa, la verdad es que con su disfraz difícilmente se le podría relacionar con el emperador de las llamas.

Además, algo que Julieta desconocía era que, muchos de los marines con un cargo medianamente importante sabían que el capitán Trafalgar estaba completamente enamorado del revolucionario, razón por la que si se lo llegaban a reconocer solían hacer la vista gorda. Y es que, si bien sabían que eso era un delito, no les importaba romper la ley con tal de proteger la felicidad de su amado capitán, y es que... Él había hecho tanto por la isla, había logrado tantas hazañas y méritos con Odille que era difícil de enlistar todas las mejoras que habían surgido desde que llegó allí.

No sólo Odille ahora era considerada la isla de la paz gracias al marine quien se encargó de retomar el control de la situación. Antes, la ciudad era un verdadero asco, lleno de delincuentes y bandidos que se encargaban de atormentar al ciudadano común. Salir de casas era peligroso, diario había desapariciones, secuestraban a mujeres jóvenes para venderlas a las casas de subasta en Sabaody, y a pesar de tener una sede de la marina, el líder actual era corrupto y tenía tratos sucios con los piratas quienes le daban cierta aportación de dinero con tal de que los dejasen hacer puerto en la isla, por lo que básicamente era una ciudad vacacional para los sucios piratas quienes hacían y deshacían a placer, y la gente no podía hacer más que adaptarse a vivir dentro de esa precaria situación o buscar mudarse, cosa que no todos podían permitirse.

Rosinante estaba al tanto de que algo extraño sucedía en dicho lugar por lo que había ido a investigar en varias ocasiones, pero el antiguo capitán sabía esconde bien sus trapos sucios razón por la que el rubio no podía demostrar su culpabilidad. Incluso se encargó de interrogar a los pobladores en más de una ocasión para que estos denunciarán al capitán Oyamada Ryuunosuke y así pudieran revocar sus derechos, pero este tenía amenazada a toda la isla, la gente vivía con miedo y se negaban a hablar, lo que permitía mantener su fachada.

Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora