Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECE

Capítulo 53: Reglas

Una vez que los Donquixote se reunieron, ambos se dirigieron a la habitación de Doflamingo quien había transferido todo su trabajo pendiente a manos de alguien más, pues ahora que su amado hijo había vuelto no había nada más importante que pasar tiempo con él y ponerse al corriente con lo que sea que lo hubiera mantenido alejado por tanto tiempo. Por eso, después de que Joker mandó a Baby 5 a atender al dichoso "juguete" nuevo de su segundo al mando, procedió a llamar a los sirvientes para que prepararan un banquete para que su hijo pudiera alimentarse de manera adecuada, esto claro, sin olvidar su carrito de postres.

Una de las peculiaridades del hombre en el puesto de corazón, era que a diferencia de sus yos alternos, él adoraba las cosas dulces por encima de todo lo demás, y es que si bien Torarine también solía comer uno que otro postre, su paladar sólo le dejaba disfrutar aquellos que no fueran tan azucarados tal como los pies de limón, mientras que Torao, bueno... Él por lo general los omitía en su totalidad. Por otra parte, Toramingo era todo lo contrario gracias a que su madre le había enseñado a disfrutar de los placeres de la repostería, al punto que incluso había aprendido a cocinar para ella.

—¡Genial! ¡Ya extrañaba esto! —festejó el hombre de negro mientras se iba encima de un Red Velvet con ganache de chocolate y fresas cubiertas de chocolate blanco y rojo de decoración— ¡No podía comer nada de ésto allá! —alabó totalmente extasiado mientras tomaba un bocado y empezaba a festejar balanceando su cuerpo de un lado a otro en una pequeña danza de felicidad.

—¿En qué clase de lugar estuviste que no podías comer tus dichosos dulces? —preguntó Doffy aún enfurruñado porque lo hubieran abandonado por tanto tiempo y algo irritado por ver que su niño parecía un poco "desnutrido" como para celebrar tanto el hecho de comer su pastel preferido.

—No es que no pudiera comerlos —se encogió de hombros— Pero estaba más preocupado en encontrar la manera de regresar.

—¿Mmmmm? —exclamó de forma sarcástica aumentando su cara de disgusto— Sí, se notó —bufó de forma sarcástica.

—Oye padre, ¡Ya te dije que no fue mi culpa! No me fui porque quisiera, me atrajeron con una fruta del diablo —replicó por fin al sentirse un poco ofendido de que su papá pudiera llegar a pensar que realmente era un desalmado capaz de abandonarlo por un año entero sin darle antes ni una pista sobre su paradero ni mantenerlo informado.

—¿Fruta del diablo? —preguntó ahora intrigado y ahora más molesto con el que sea que quiso meterse con su familia— ¿De qué tipo?

—Una capaz de transportarme a un universo paralelo un poco similar a este —respondió para después dar otro bocado más de su pastel volviendo a festejar internamente, pues había extrañado mucho poder darse sus lujitos.

—¿Ah? ¿Eso existe? —arqueó una ceja sintiendo que era una excusa bastante estúpida como para venir de su hijo— ¿Intentas mentirle a tu padre?

—¡No miento! —se defendió ahora también irritado— Yo estaba haciendo mi trabajo tal y como lo ordenaste cuando repentinamente apareció un portal en el cielo y me transportó en medio del bosque. Al principio pensé que sólo me habían trasladado a otra isla, pero deseché esa idea cuando vi a otras dos versiones de mí utilizando la misma fruta del diablo.

—¿Podrías explicarte a detalle? Todo esto suena muy extraño —mencionó, a lo que el hombre de negro soltó un largo suspiro antes de empezar a resumirle todo lo que vivió recientemente y cómo es que pudo regresar a su propio universo— Ya veo, si lo que dices es cierto, explica que no hayamos podido contactarte a través de tu Den Den Mushi especial, así como tu extraña desaparición que no dejó rastros.

—Pff, sí... Fue un verdadero fastidio —rodó los ojos— Aunque al final saqué algo bueno de esto —sonrió altanero.

—¿Y bien? —preguntó el rubio arqueando una ceja mientras seguía acariciando los negros cabellos de su hijo quien tras terminar de cenar se había recostado en sus piernas mientras permanecía quieto mirando hacia el techo.