Acto 3: Capítulo 51 - La ley del más fuerte.

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Cuando el Donquixote volvió a su universo lo primero que hizo fue mirar a su alrededor, había aparecido en medio de un campo vacío sin nada alrededor más que la blanca nieve bajo sus pies y el inicio del boscaje a unos metros de distancia, lo que lo hizo fruncir enormemente el ceño, pues eso arruinaría sus zapatos y su ropa, es decir, llevaba un traje blanco y su calzado era demasiado elegante para estar en la nieve. Lo peor fue el sentir el frío repentino que lo hizo encogerse un poco en su posición, pues no tenía ropa para la ocasión por lo que rápidamente empezó a inspeccionar sus alrededores, detectando con su haki que había una casa en las cercanías, pues pudo detectar movimiento. Mirando al chiquillo que cargaba en sus hombros supo que no quería que se enferme por lo que decidió ir a buscar un par de abrigos en los alrededores. Había un tercer bulto que arrastraba y al que trataba con mucho menos cuidado que al chico que acababa de secuestrar, acababan de tener una discusión momentos atrás por lo que había decidido dejarla inconsciente pues no quería tratar con berrinches.

Mientras caminaba rumbo a la residencia no podía evitar preguntarse sobre el misterioso clima, pues según sus cuentas debería ser primavera por lo que no pudo evitar pensar que había aterrizado en una isla invernal. Como sea, no le tomó mucho tiempo ingresar a la casa y robar un poco de ropa tras haber apartado "amablemente" a los que residían allí. En otra ocasión podría haberlos matado por el simple hecho de ponerse en su contra, pero estaba de buen humor así que no tenía la necesidad de mancharse las manos de sangre por lo que sólo hizo lo mismo de antes y los dejó inmóviles.

Una vez que se aseguró de cubrir adecuadamente a ángel y de escoger un abrigo largo que se acoplara a sus gustos, procedió a dejar al monito recostado en un sillón mientras tomaba asiento al lado rebuscando entre sus ropas en donde no tardó mucho en encontrar su Den Den Mushi especial con el que le había marcado a Vergo tiempo atrás para que tomase en serio su amenaza y se decidiera a ir a la isla de Odille. Una vez con el caracol en las manos, presionó el botón de marcación automatizada que ya tenía registrado tiempo atrás y la línea se conectó rápidamente.

—Cuartel general —respondió la voz al otro lado de la línea con un tono firme.

—Quiero un barco, ahora —respondió de forma cortante.

—Claro, ¿Hacia qué dirección?

—Pale Court... ¿Qué tan lejos se encuentra? No tengo idea de dónde estoy así que rastrea la llamada.

—... Bien, estaremos allí en breve —respondió el interlocutor tras unos segundos de silencio que molestaron un poco al Donquixote pues le había parecido muy grosera su respuesta.

—Responde la pregunta —dijo en tono amenazante.

—Lo siento, no podemos rastrear la llamada tan rápido.

—Tch... Inútiles, ¡Será mejor que aparezcan aquí en breve o habrá consecuencias!

—De inmediato —dijo antes de colgar.

—Qué insolente —musitó por lo bajo pero decidió ignorar el asunto dado que estaba más enfocado en sentarse al lado de ángel al tiempo que empezaba a acariciar sus mejillas con una sonrisa traviesa sabiendo que por fin estaba de vuelta en su mundo junto al chico tal y como quería. Todo le salía siempre según sus planes.

Pasaron entre treinta a cuarenta minutos cuando la casa provisional en la que estaba comenzó a ser rodeada por marines, estos estaban con la guardia alta mientras la persona a cargo de la tropa caminaba en medio de la formación, dirigiéndose hacia la puerta. Todo el asunto extrañó un poco a corazón, pues los marines parecían estar a punto de atacarlo, cosa que sólo le fastidio y lo hizo salir de inmediato con una actitud de prepotencia, acto que hizo que todos los involucrados bajaran las armas de inmediato y se arrodillaran en su posición.

Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora