Corazón Encrucijado •LawLu• ONE PIECE

Capítulo 47: Alianza

Una vez que Doflamingo vió la cara de su hermanito cuidando a esos dos moribundos, que por el momento estaban inutilizados en batalla, no pudo hacer más que chasquear la lengua en un gesto de fastidio. Reconocía que Rosinante era fuerte, no se había convertido en vicealmirante y un héroe de la marina por poca cosa, había sido él quien lo capturó en primera instancia gracias a un plan elaborado y a su fortaleza para usarla a su favor, y aunque no tenía miedo de su hermano, debía de reconocer que ése no era un buen momento para luchar y no sólo porque acababa de salir de la cárcel y aún debía de reunirse con sus subordinados para rearmar a la Donquixote family como es debido, sino porque llevaba cargando en su hombro a su "no hijo", había esperado tanto tiempo por convertir a Law en una buena mano derecha, pero éste había terminado inutilizado por la influencia de Rosinante, pero ahora por fin tenía lo que siempre buscó y no pensaba dejar que lo dañasen.

—Maldición —bufó por lo bajo para después convertir una fila de edificios en una cantidad inmensurable de hilos los cuales fueron detenidos por el vicealmirante de un tajo con su espada que provocó un choque lo suficientemente fuerte como para ocasionar una explosión de energía en donde ambos luchaban por obtener la dominancia.

—¿Quién? —preguntó Toramingo desconcertado al tiempo que intentaba zafarse del agarre de Doffy para poder observar al contrincante— Rosinante ¿Dijiste? —mencionó interesado, pero por mucho que intentaba observar, el rubio simplemente apretaba más su agarre para evitar que se moviera.

—Ahora no... Law —regañó Doffy, al tiempo que creaba más y más capas de hilos como una barrera protectora.

—Lástima por ti Doffy... Tu estadía fuera de cárcel será corta —mencionó el vicealmirante al momento que de un solo salto se posicionaba al lado del hombre de lentes, recubriendo su puño de haki para propinarle un fuerte golpe que fue recibido con su brazo a tiempo para defenderse.

—Siempre has sido una molestia —replicó al tiempo que su brazo temblaba levemente por la lucha de poderes— ¡Debiste morir junto a nuestro inútil padre! —recrimino irritado, zafándose del contacto para después proceder a sacar sus hilos de colores intentando rebanar al contrario quien hábilmente dió un salto hacia atrás para esquivar.

—Veo que no te has rehabilitado en lo absoluto —respondió en tono sarcástico— No entiendo cómo puedes ser tan retorcido aún con los amorosos padres que tuvimos.

Mientras seguían discutiendo, la lucha continuaba. Doflamingo había sacado sus hilos parásito para comenzar a mover a los "valientes héroes" que habían vencido momentos atrás y con esto pretendió atacar a Rosinante, quien no pudo hacer más que sentirse mucho más fastidiado por ver que su estúpido hermano mayor seguía siendo la misma escoria cobarde que utilizaba peones para pelear como si fueran objetos desechables e irrelevantes.

Lógicamente, el vicealmirante ya estaba de lo más familiarizado con el estilo de lucha del mayor por lo que no tardó en cortar las cuerdas que los ataban al dominio del rubio, todo para después mandarlos a la retaguardia a resguardar a los heridos quienes aún se mantenían donde los dejó.

—Tamaito —murmuró Doffy al tiempo que empezaba a disparar balas de hilos con su dedo índice las cuales fueron desviadas una tras otra impidiendo atravesar su guardia— Aunque no lo creas hermanito... La mierda idealista de nuestro padre no me afectó en lo más mínimo —respondió sin dejar de disparar balas logrando establecer cierta distancia— Yo SÍ heredé la sangre de un Dios... Pero por culpa de ése imbécil lo perdí todo... ¡Una bala en la cabeza fue el mejor regalo que pude haberle dado! ¡Merecía peores cosas! —gritó extasiado al tiempo que su rostro se deformaba en uno de locura.

—Cállate... —respondió el marine logrando blandir su espada en un movimiento horizontal, al tiempo que una ráfaga de luz provocada por la fuerza de choque se formaba, a lo que Doffy rápidamente se cubrió con su capa, recubriéndola con haki de armadura para formar así un escudo lo suficientemente fuerte como para protegerse del impacto y que sin embargo, logró hacer que el chico sobre su hombro escupiera algo de sangre, pues tanto movimiento no hacía más que agravar sus heridas.