T R E I N T A | R O S A 🎭

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«Solo esperaba no tener que volver a confiar en alguien como lo había hecho con él»

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«Solo esperaba no tener que volver a confiar en alguien como lo había hecho con él»

Jamie.

La felicidad de aquella joven se podía ver reflejado en el cristal de aquella ventana. Incluso parecía hasta más descansada, todo gracias a que la noche anterior había dormido mejor que las últimas de aquellos 2 años.

Miraba la vida incluso con más ilusión, más ganas. Todavía le quedaban muchas cosas por hacer, pero los pasos más difíciles los había dado y eso habían sido grandes pasos.

Sobre todo, desde que había entrado al cuarto de su madre, parecía que se había quitado un gran peso de encima.

Sabía que ella necesitaba aquel empujón de alguien, que le dijese que así no era la vida, que debía salir a disfrutarla. Colson la ayudó, al igual que su hermana y su psicóloga, pero los pasos los estaba dando ella. Jamie era la que estaba haciendo lo posible por salir de esa oscuridad en la que se había sumergido por completo. Y comprenderlo la hacía ver las cosas con más claridad. Su punto de vista, su manera de verlo ahora era mucho más diferente al de hacía unos meses.

La joven se alejó de la ventana del cuarto de su madre y, colocando algunas cajas sobre la cama, empezó recogiendo alguna ropa de ella, guardándolas en esa caja las que no utilizaría y quedándose alguna chaqueta que era de su misma talla. Los libros también los estaba guardando para donarlos junto con la ropa.

Ahora, cuando entraba en ese cuarto no le daba tristeza, notaba una añoranza fuerte y recordarla no era doloroso, sino hermoso. Tras 2 años, sabía que debía recoger esas cosas de ella. Perder a un ser querido lo difícil era acostumbrarse primero a vivir sin esa persona y luego a los cambios que sufrirían, más tarde era encontrarse con las cosas de esa persona. De nada servía dejarlo tal y como estaba, nadie se las devolvería, pero podían aprovechar esas cosas, darle una segunda vida y utilizar ese cuarto para lo que ellas necesitaran.

—¿Me explicas esto?

Jamie escuchó la voz de su hermana y, al girarse, se la encontró en la puerta mirando toda la ropa que estaba doblando la joven pelirroja.

—Deberíamos donar esta ropa y quedarnos alguna que nos guste. Yo tengo la misma talla de mamá, podrías quedarte tu algún pijama si te interesa. Lo demás lo donaremos. —Observó los libros de ella y continuó. —Y los libros... No es mi estilo de lectura y creo que la tuya tampoco, también donarlo.

Milly sonrió delicadamente al ver todas las cosas de su madre y, sobre todo, por ver como su hermana iba saliendo de su caparazón poco a poco.

—Me estás sorprendiendo.

Jamie suspiró mirando todos los recuerdos de ella.

—Creo que ya ha pasado suficiente tiempo para que esta ropa siga aquí. He pensado hacer un despacho en este cuarto, para así no dormir con tantas cosas electrónicas y no pasar tanto tiempo en mi cuarto. Tu también podrías utilizarlo de estudio o lectura —sugirió, consiguiendo que su hermana sonriese más.

A Escondidas [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora