«Jamás creí que una chica como ella se fijaría en un chico como yo... Pero ahí estaba, despertándose esa mañana a mi lado con esa hermosa sonrisa»
Maverick.
Una joven Milly se encontraba durmiendo en la cama de aquel joven rubio con el que había pasado una increíble noche.
Sus ojos fueron despertándose poco a poco aquella mañana de domingo, a pesar de que era demasiado temprano para ella ese día. Su mano empezó a moverse en la cama, tratando de buscar el cuerpo caliente de Maverick, pero se encontró con una cama vacía y algo fría para su gusto.
Al abrir los ojos por completo, estaba sola en esa cama, con los rayos solares de la ventana iluminando su rostro. Pero no estaba sola al completo, ya que Luffy estaba a su lado, lamiéndole la mano a la joven.
Milly sonrió feliz de ver a Luffy recibiéndola esa mañana. Empezó a acariciarlo con dulzura y dijo;
—Hola Luffy. ¿Por casualidad no sabrás donde se ha metido Maverick?
El perro ladró y se marchó corriendo hacia el salón, haciéndole entender a ella que ese joven se encontraba fuera del cuarto.
Buscó una camiseta de él y se la puso, quedándole bastante más grande de lo que se imaginaba. Al salir, se encontró a un Maverick completamente distinto al que conocía, sin esa camiseta viendo su espalda desnuda al que había tocado tanto la noche anterior, con un pantalón de chándal que le caía perfectamente por sus caderas, viendo un poco aquel espléndido trasero que poseía. Se encontraba haciendo un zumo de naranja, haciendo algo de ruido con aquella máquina y ella empezó a caminar hacia la isla de la cocina, sentándose en la butaca vacía que había y apunto de volver a quedarse dormida en esa posición.
Maverick se giró para mirarla con una hermosa sonrisa.
—Ya era hora de que despertaras. Empezaba a pensar que tu desayuno sería en la hora del almuerzo —bromeó.
Milly, todavía en el mundo de los sueños, preguntó;
—¿Bromeas? ¿Maverick hace bromas?
Maverick no la miró, pero dijo;
—Ja, ja.
La joven, con su mano apoyada en el rostro de ella, sujetándose para no caerse mientras volvía a quedarse media dormida en aquel sitio, Maverick se giró para dejarle el zumo de naranja frente a ella y, elevando al ceja, habló;
—No eres muy madrugadora, ¿verdad?
Milly no le hizo ni falta abrir los ojos para responder;
—Jamás.
Maverick, divertido, le puso unas tortitas frente a ella.
—Esto te ayudará.
La rubia sonrió y de que manera, ya que hizo feliz al joven que tenía frente a ella por ese simple gesto, amando verla de esa manera, sin maquillaje, con el pelo revuelto y sin arreglar. Perfecta.
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A Escondidas [+18]
RomanceLas hermanas Russell han pasado por una horrible experiencia que las ha cambiado por completo. Milly es la más popular, la más hermosa y con un novio que es el capitán del equipo. Pero ese hombre no la hace feliz y la tóxica relación que tienen la h...