«Él era capaz de hacerme sentir perdida en su mirada y desear que me hiciera sentir de aquella manera tan especial que adoraba»
Jamie.
El sonido del teclado de alguien que estaba escribiendo en el ordenador se escuchaba suficiente a pesar de que la música que tenía de fondo puesta opacaba un poco ese ruido.
Una hermosa joven se encontraba sola en su cuarto, escribiéndole un correo a su jefe para las nuevas ilustraciones y bocetos que había creado para el videojuego. La muchacha de 20 años llevaba un mal día, quizás porque no había dormido nada la noche anterior o porque el trabajo que había estado haciendo hoy no fue demasiado bueno para ella.
Estaba distraída y no le ayudaba pensar en su vecino, que era lo único en lo que su mente pensaba desde hacía días.
Necesitaba pasar página, o tan solo dejar de pensar en él. Pero no era fácil, menos cuando esa joven ya sentía cosas y fuertes por ese hombre que tenía a escasos metros de su piso. Daba las gracias a que no tenía que verlo todos los días ni a todas horas, porque eso no al ayudaba a tratar de dejar de pensar en él.
Varios toques se escucharon tras la ventana que estaba cerca de su cama, lo cual la joven pelirroja se asustó y, tan rápido como pudo, tomó un palo grueso que tenía siempre cerca para defenderse.
Se levantó rápidamente de su silla y, al girarse, se encontró con un Colson esperándola, sentado en la ventana y esperando a que ella lo abriera.
Sus tatuajes estaban más relucientes con los rayos solares de aquella tarde. Se notaba que era sábado, ya que parecía haber más bullicio en las calles a esa hora. No ayudaba en nada a Jamie ver lo irresistible que se veía en ese momento a Colson, con el cabello completamente despeinado, con aquellos piercings que brillaban por el sol y esa sonrisa perfecta.
No, menos ayudaba que llevase una camiseta que dejase ver suficiente su musculatura y su torso.
"¿Por que me tienes que enviar a un hombre tan perfecto, señor?" —Se dijo ella misma en su mente.
En lo que ella caminaba, Colson sonreía más, elevando su ceja al ver lo que la joven llevaba entre sus manos.
Jamie, sin soltar aquel palo de defensa, abrió muy poquito aquella ventana y dijo malhumorada;
—¿Que haces aquí?
Colson, que no dejaba de mirar hacia aquella protección que tenía la joven pelirroja, contestó;
—¿Podrías bajar ese palo? La verdad es que no se si serías capaz de utilizarlo —bromeó, mostrando todos sus dientes.
Pero Jamie no sonrió ni un solo momento, ni siquiera hizo un amago para sonreír.
Tan solo se dedicó a mirarlo de aquella manera bastante seria y, cortante, habló;
—Admito que no es la primera vez.
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A Escondidas [+18]
RomanceLas hermanas Russell han pasado por una horrible experiencia que las ha cambiado por completo. Milly es la más popular, la más hermosa y con un novio que es el capitán del equipo. Pero ese hombre no la hace feliz y la tóxica relación que tienen la h...