Si arrancas una flor, muere otra.
{ BEATRIZ JONES }
—Bea, llegamos...
Sara me sacudió el cuerpo haciéndome despertar de mi pequeño sueño, habíamos estado en el autobús alrededor de treinta minutos y me había quedado dormida, pero al despertar, ví como ya estábamos de vuelta. Sara, Presley y yo nos bajamos, por suerte las otras chicas se habían bajado antes y ya habían entrado, lo que nos facilitó correr dentro del internado, ir hacia nuestras habitaciones y encerrarnos allí, Presley dijo que nos vería en la mañana para continuar con el plan, al parecer estaba más involucrada de lo que creí.
Sara cerró la puerta con llave y fue como si una ola de alivio me recorriera el cuerpo, estábamos de nuevo en nuestra habitación, sanas y salvas.
—Debemos quedarnos aquí durante todo el tiempo posible, Jeremy no sospechará de este lugar.
Sara se quitó el bolso y el abrigo y se rascó el cuello, pude ver cómo sus moretones habían empeorado.
—Jeremy no nos buscará a nosotras... —comencé a decir —...bueno quizás si, pero también buscará los libros, cuando sé de cuenta...
—Estaremos bien, debes descansar.
—¿Estás herida? —me acerqué a ella.
—No, estoy bien, me preocupas tú —Sara miró mis rodillas, por alguna razón estaban todas raspadas y creo que goteaban un poco de sangre, de seguro era por la manera en como siempre me jalaban y me tiraban al suelo, no me había percatado de nada de eso hasta ahora.
—Las dos necesitamos algo.
Me fui hacia mi cama y me metí debajo de ella.
—¿Que haces? —escuché que me preguntó Sara.
Hasta que salí de ahí y saqué un pequeño botiquín de primeros auxilios y le indiqué a Sara con la mano que se acercara, sentandome en el suelo y apoyándome en mi cama, abrí la caja, habían cualquier tipo de cosas básicas que necesitaras, como algodón, un frasco pequeño de alcohol, vendas, toallitas de alcohol, antisépticos y otras cosas que no reconocí.
—Papá me hacía tener un botiquín de primeros auxilios porque siempre me lastimaba en educación física, así podía curarme —le expliqué a Sara quien se sentó a mi lado a escuchame. Tomé un pequeño algodón y lo mojé con el alcohol.
—¿Te lastimabas mucho? —preguntó Sara.
—Recién en un juego de voleibol el balon me dió en toda la cara —admití con pena y ella se soltó una risa baja, pero no fue en modo de burla, fue como si le causará ternura— ¡Ey! ¡Sabes que no soy buena en los deportes!
—¿Y eso se supone es un excusa?
—Siii.
Sara volvió a sonreír al igual que yo. Por un momento pude apreciar su sonrisa y como en este instante, nada parecía tan malo. Ella observó el algodón y luego pasó a mirarme a mi.
—¿Lo harás tu?
—Se cómo hacerlo.
Sara se echó el cabello hacia un lado y dejo ver las marcas en su cuello, eran muy graves, estaban de un color morado oscuro, lo que significaba que llevaban un día o dos, pero ella no parecía preocuparse por eso, así que pasé el algodón con alcohol por encima de ellos con suavidad y Sara arrugó la cara al sentirlo, de seguro le ardió un poco pero lo aguantó.
—¿Jeremy te hizo esto no?
—No, fue cuando me agarre con una zarigüeya.
—¿Que? —Sara volvió a reír y supe que fue una broma.
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Los Internados Rulynson - Cazadores Y Demonios © 2024
Mystery / ThrillerDos internados. Uno de chicas y otro de chicos. Pero desafortunadamente en uno de ellos ocurre una trágica y misteriosa muerte que venía acompañada con un mensaje en las paredes de los internados: "Los demonios serán exterminados y no habrá piedad"...