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SARA GRACE

Todo era un remolino de emociones.

Las manos me sudaban.

Mi pecho ansiaba aire con urgencia.

Debía tener la cara sudada y mortificada.

Y Presley creo que iba igual o peor.

Aún seguíamos corriendo, una gran cantidad de árboles se presenciaban frente a nosotras mientas las alas de los pájaros revoloteaban al nosotras pasar, haciendo un escándalo.

Se suponía que los caballos estaban al norte.

Justo a la distancia perfecta para llegar a las puertas de la gran cancha en dónde estaban las personas esperando, pero parecía que la corrida era eterna, ya me estaba faltado el aire y no como antes, sino que de verdad pensaba que mis pulmones iban a explotar.

Por un momento tuve que detenerme, me apoyé del tronco de un árbol y respiré hondo, porque mi cuerpo estaba muy cansando, sentía que mis piernas dolían y que ya no podría correr más, pero Presley me tomó del brazo y jaló fuerte para que continuara.

Así que lo hice, ambas seguimos corriendo, creí que jamás llegaríamos, veía la llegada muy lejos de mi destino, hasta que para nuestra fortuna, pudimos visualizar a los caballos.

Estaban en toda la salida del bosque, listos para que alguien los tomara y avanzara con ellos hacia los internados.

Presley me sonrió, pero claro...

Vimos que alguien más también estaba corriendo.

Claro que tenía que ser él.

Jeremy estaba a como unos cinco metros de nosotros, algo alejado, pero se podía ver claramente cómo también estaba tratando de alcanzar los caballos.

Jeremy era veloz, corría incluso más rápido que Presley y yo juntas y eso se debía a todos los años de entrenamiento que había tenido en la organización.

Él por un instante giró su cabeza y pudo observarnos también, una sonrisa se reflejó en su rostro, una sonrisa que me decía que aún estando corriendo se podía burlar de mi. Sin embargo ya sabía que había logrado llegar a las finales.

Pero solo uno llegaría a los caballos primero y ese fue Jeremy.

Lo ví desviarse hacia la salida del bosque y llegar.

Tomó el primer caballo que vió y con un agilidad que quizás no me esperé, saltó y se le montó encima, hizo un movimiento con su pie y luego el caballo avanzó rápidamente por el libre prado.

Unos segundos después llegamos Presley y yo.

Y al estar frente a los caballos me pareció algo irreal, algo que no creí que podría pasar, algo por lo que había perdido por completo las esperanzas, pero aquí estábamos.

Por un momento me quedé procesando la situación, como si no supiera exactamente que hacer y es porque literal, no sabía.

Jamás me había montando a un puto caballo.

—Sara ven... —Presley me extendió la mano, se había colocado a un costado del caballo—. ¡Tienes que subir ahora!

Yo tragué saliva, sentí mi garganta muy seca en ese momento.

—No se hacerlo, no se montarlo.

—¡¿Que?!

—¿Pero no debe ser tan difícil verdad? —Traté de sonar optimista y Presley y se tomó el puente de la nariz.

Los Internados Rulynson - Cazadores Y Demonios © 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora