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El blanco es sinónimo de pureza, decía el chico de vino.

{BEATRIZ JONES}

El ambiente estaba sombrío, fúnebre y tétrico pero como siempre aquí estaba de nuevo...

Viviendo las mismas cosas por las que ya había pasado ya.

Me había despertado y Sara no estaba, me había despertado y mi padre tampoco estaba, me había despertado y descubrí que casi me voy a ver a al maldito infierno.

Estaba en mi cuarto completamente sola luego de haber despertado, para descubrir que me habían encerrado aquí adentro, es decir, la puerta no abría, aunque intenté varias veces era imposible, le habían puesto llave. La verdad no recordaba casi nada de lo que pasó estado en la ambulancia, solo se que me dormí y mi padre y Sara estaban allí y luego ya no. También recordaba como Sara peleó con Presley por el libro antes de yo me desmayara y no me cabía en la cabeza como era que Presley lo tenía.

No sabía si Sara había logrado recuperarlo.

No sabía si Presley aún lo conservaba.

No sabía ni por qué me había dado una pálida en medio del pasillo.

No sabía nada.

Estaba perdida en el limbo.

Volví a intentar abrir la puerta, le di una patada pero me hice más daño yo que a la puerta ¿Que te creías Beatriz? ¿Kung fu panda?

-¡Abran la puerta! ¡¿Hay alguien allí?! -mis gritos no fueron escuchados, intenté de todo para salir, intenté abrir la cerradura con un pequeña gancho para el pelo pero tampoco funcionó, no fue como en los angeles de Charlie, entonces se me ocurrió la idea más estúpida del mundo pero creo que podría funcionar, buscando en algunas gavetas de mi tocador encontré cinta adhesiva, tomé varias almohadas, las até a todo mi cuerpo así como si fueran una armadura usando la cinta, las puse en mis dos brazos y mis dos rodillas y una en todo el abdomen.

Como se lo podían imaginar... me veía ridícula...

Me alejé lo más posible de la puerta y puse atención a lo que haría, me preparé, tomando aire, apreté la barriga y coloqué un pie detrás del otro para poder tomar impulso.

Debía salir de aquí...

Y quizás está sea la única manera.

Corrí rápidamente hacia la puerta con todo la fuerza que pude y pensaba en pegarle con mi cuerpo para que se derrumbara pero justo cuando estaba por llegar, la perilla se movió y la puerta se abrió de golpe, no pude detenerme de ningún manera por lo que grité y caí encima de alguien.

Y en cuento miré me di cuenta de que era Presley.

La persona que menos creí ver..

-¡Presley!

-¡Beatriz! ¡¿Que mierda haces?! -exclamó y me observó encima de ella con esa armadura de almohadas así que tuve que levantarme rápido, Presley también lo hizo.

-Estaba... trataba de... -intenté explicarlo pero eso ya serviría de nada -¡¿Cómo abriste la puerta?!

-¡Le robe la llave a la coordinadora Ágatha! -me la mostró alzandola en su mano, pero me di cuenta de que fue con su mano izquierda por qué la otra estaba toda vendada.

-¿Que te pasó? -pregunté, por alguna razón supuse que tuvo que ver con Sara y conmigo pero igual decidí preguntar.

-Eso no importa -ella me empujó de nuevo hacia el cuarto y ambas nos adentramos -. Vine aquí por qué tienes que decirme en qué mierda estas metida...

Los Internados Rulynson - Cazadores Y Demonios © 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora