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SARA GRACE

Una sorpresa iba tras otra.

Las decisiones que tomamos a veces van de la mano con la irracionalidad.

Porque lo único que queremos es salvar un poco de lo que queda de tu historia y que termine con un buen final ¿No?

Hacemos lo que está a nuestro alcance, aún cuando sabemos que las posibilidades de fracasar son más altas que la de triunfar, ahí estabas, dispuesta a tomar el riesgo.

Pero todo se desmoronó como siempre me advirtieron que sería.

Quizás fue hasta algo que ví como irreal, pero ya había llegado el día, la hora y el momento y pasó como si una pesadilla hubiera cobrado vida ese mismo día:

Cuando Green me dijo lo de los Daemons, quedó un silencio pulcro en toda la cancha, pude escuchar la respiración que tomé al bajar mi arco porque había muchas cosas que procesar en un mismo momento y no pude hacer todas al mismo tiempo.

Lo primero que hice fue mirar hacia las gradas, miles de personas sentadas, observandome....

Profesores, alumnos, padres y madres, hasta niños pequeños estaban aquí.

Todos haciendo un total silencio que me atormentó, porque yo sabia que algo malo estaba por pasar, no, era algo más que malo, era horrible y ahí estaba yo, tratando de buscar el desastre, tratando de analizar que estaba sucediendo, pero no podía ver nada, ni escuchar nada.

Los Daemons...

Los Daemons serán creados en la misma cancha...

No, no podía ser posible, eso no tenía sentido, nada lo tenía.

Green me estaba engañando.

Todos me estaban engañando y ya no sabía a quién creer.

—Green... —en un hilo de voz salió su nombre, me sentí aterrada, jamás había experimentado tanto miedo como lo sentí en ese momento.

Pero no respondió, solo... volvió a desaparecer.

Ví que unos empleados se estaban acercando a la plataforma para llevarse el cuerpo de mi venado, pero se detuvieron en seco cuando yo comencé a gritar.

—¡¡Tienen que salir de aquí!!

Fue de golpe, creo que nadie se lo esperó.

Se lo grité a las personas, a los estudiantes, a los niños, a todos:

—¡¡Tienen que irse!! ¡¡Tienen que huir!! ¡¡Ahora!!

Obviamente nadie pareció escucharme, todos estaban confundidos, me veían como si fuera una loca y creo que si lo estaba pareciendo.

—¡¡Morirán si se quedan aquí!! ¡¡Por favor!! ¡¡Vayanse!! ¡¡Huyan!!

No se que pasó por mi cabeza en ese momento. Creo que estaba tan afectada por todo lo que estaba pasando que simplemente ya no me quedaban opciones y decidí hacer eso.

—¡¡Tienen que escucharme!! ¡¡No se queden ahí mirándome!! ¡¡Tienen que irse de aquí!! ¡¡Tiene que huir!! ¡¡Tienen que...!!

De pronto alguien me tomó del brazo, deteniendo mis gritos, en cuanto volteé; pude ver a la entrenadora. Se había subido a la estructura.

—¡Sara ya es suficiente! —me regañó pero yo me solté de su agarré.

—Tienen que escucharme...

—¡Estás diciendo disparates!

—No...

Yo miré de nuevo a las personas.

Los Internados Rulynson - Cazadores Y Demonios © 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora