El impacto de ese hecho, le golpeó la cabeza. Sintió que le faltaba el aliento. Se sentía mareado. Sus ojos estaban rígidos. Apo miró hacia abajo.
Tenía la nuca enrojecida y no podía decir nada. Pero eso no era todo. Las palabras de Mile, que escuchó justo antes de eyacular, resonaron en su cabeza. Se extendieron en su mente como una vibración.
'Otro Alfa... .'
Dijo otro Alfa...
Le picaban los ojos. Todo su cuerpo se debilitó, y de repente surgieron emociones que no podían definirse con pocas palabras. La vergüenza de mostrar una fealdad indescriptible, la humillación causada por el hecho de que Mile era quien estaba frente a él, y las palabras de Mile hablando de otro Alfa, hicieron que algo ardiera en su interior.
Y mientras se las arreglaba para reunir fuerzas, Apo soltó la mano de Mile. La sensación de escozor alrededor de sus ojos, hizo que la humedad se acumulara rápidamente.
Entonces, Apo empujó a Mile con fuerza, para alejarlo de él. Luego, bajó de la cama, tratando de recuperar el aliento.
—¿Apo? —lo llamó Mile con curiosidad, mientras se incorporaba.
A Apo le dolían los ojos. Entonces, con los ojos enrojecidos, habló en voz baja, sin mirar a Mile.
—...Creo que tengo que irme.
—¿A qué te refieres con eso?
Apo se quedó callado. Había algo en sus ojos rojos. La sensación de un líquido caliente acumulándose en el rabillo de sus ojos, hizo que Apo se apresurara.
El líquido que quedó atascado en la parte superior de su cuerpo, fluyó por sus muslos hasta sus pantorrillas. Apo luchó por no temblar, ante los vergonzosos rastros que corrían por sus tobillos. Pero Mile, que estaba sorprendido, agarró a Apo antes de que saliera de la habitación. Lo sostuvo del brazo.
—¿Estás bien, Apo?
No estoy bien. Ni siquiera puedo ver a la persona que me gusta. A pesar de que acabo de hacer algo que ni siquiera los niños harían... Mile continúa...
—Suéltame.
Después de decir eso, Apo le golpeó la mano. Con los dientes apretados, se alejó obstinadamente. No estaba seguro de poder mirar a Mile a la cara. No quería verlo. No podía permitirse ver lo ridículo que se vería ante sus ojos.
No, ni siquiera pensó que a él le importaría en primer lugar. Se sintió triste de repente. Estaba enojado y triste. Se odió por no poder controlar sus emociones.
—Mírame, Apo. —pero Mile no lo dejó ir.
Esta vez, lo agarró por los hombros. Mile se puso rápidamente frente a él. Apo cerró la boca y volvió la cabeza. Mile, que se adelantó, lo miró a la cara y de inmediato abrió mucho los ojos.
—...Apo, ahora... ¿estás llorando?
Con una expresión de mucha sorpresa, Mile se acercó. Y como si quisiera evitarlo, Apo volvió la cabeza hacia el otro lado. Una mano débilmente estirada, sostuvo la mejilla de Apo y lentamente lo hizo mirarlo a la cara.
El rostro lánguido de Mile, se volvió suave y gentil como de costumbre, y pronto dio la impresión de que no sabía qué hacer. Mile le frotó la mejilla con una mirada de gran desconcierto.
—Apo, ¿eh? Por favor mírame. ¿Sí? —le preguntó Mile, con una voz apesadumbrada.
Apo respiró lentamente y volvió los ojos en silencio. La fuerte necesidad de marcharse de la habitación de inmediato, se calmó un poco al escuchar la voz de Mile llamándolo.
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DTR ||MileApo||
RomanceApo, que ha vivido una vida donde el matrimonio, el amor y todos los aspectos de su vida son controlados por su familia, un día es diagnosticado con insensibilidad psicológica. Siguiendo la sugerencia de su médico, quien le dice que debe tener sexo...