El tiempo pasó insoportablemente lento. Como si caminara sobre un eje de tiempo que se estiraba a la fuerza, las cosas a su alrededor fluían pesada y lentamente.
Apo tenía dolores de estómago intermitentes y no podía dormir. Pero prefería no hacerlo. En cambio, aumentó sus horas de trabajo. Si se enfocaba en una sola cosa, las cosas relacionadas con Mile se desvanecían un poco, así que estaba dispuesto a pasar el tiempo ocupado.
Mientras tanto, adquirió un hábito. Cada vez que recibía una llamada en el celular que usaba para uso personal, es decir, donde aún quedaban rastros de Mile, sentía como si estuviera esperando algo.
Un día después, una semana después y dos semanas después, Apo esperó a que alguien lo llamara, aunque no lo deseara.
Fue en la tercera semana, que su Rut por fin estalló. Basándose en su última experiencia, Apo decidió tomar inhibidores para pasar un Rut que llegó más tarde de su ciclo habitual. No podía encontrarse con alguien para pasar su Rut. La sola idea de entrar en contacto con otra persona, lo hizo sentir asqueado y enfermo.
Mientras Apo se encontraba con Tong para solicitarle una prescripción médica, Tong notó su insomnio y su dolor de estómago sin dificultad. Apo recibió la receta, y dijo secamente que él no tenía nada de qué preocuparse.
Tong inicialmente se negó a recetarle una dosis doble de inhibidores, pero se rindió cuando Apo mencionó, que buscaría a otro médico para remplazarlo. Entonces, él miró a Apo con preocupación, pero él simplemente lo miró a los ojos como si no entendiera.
No estoy enfermo. No es la gran cosa. No tienes nada de qué preocuparte, Tong. Es solo que... solo necesito un poco de tiempo.
Su Rut sin Mile, era más doloroso de lo esperado. Su cuerpo anhelaba constantemente las feromonas de otro Alfa. El calor que no podía resolver, estaba estancado y anhelaba a Mile. Las pastillas para dormir no funcionaron. Después de obligarse a tragar varias pastillas, Apo puso la cara en el inodoro y vomitó lo que tenía en el estómago.
Se sintió mareado por haber sido engañado indecorosamente. No podía imaginarse qué debía hacer ahora. Se tambaleó y apretó su teléfono celular como si le hubiera dado un ataque. Toda su casa estaba llena de rastros de Mile. Lo inundó un deseo insoportable.
Con su mano temblorosa, Apo marcó un número que había memorizado hace mucho tiempo. La señal sonó durante mucho tiempo. Mile no le contestó. Y solo después de colgar, Apo se dio cuenta de lo descaradas e indecorosas que eran sus acciones. Entonces, en lugar de volver a llamarlo, hundió la cara en la sábana y aguantó.
Te extraño.
Mucho.
Un montón.Lo extrañaba tanto que no podía respirar. Tenía miedo de la sensación de vacío como si hubiera un gran agujero a través de su esternón y sus músculos. Sus párpados temblaron levemente.
Apo dejó escapar un suspiro superficial y miró su teléfono. Entonces, leyó el texto que no había podido borrar. Su linda carita sonriente, las palabras diciéndole que fuera a verlo, el mensaje donde le enviaba la hora y el lugar de la cita, el registro de llamadas que apenas llegó al número diez...
Apo reflexionó sobre la frase que había memorizado de inmediato, y la grabó en su cabeza. Luego, cerró los ojos para borrarla. Entonces, en su retina, apareció una imagen que se había grabado debajo de sus párpados. La imagen de Mile sonriendo, estaba por todas partes. También se esparcía un sutil, fresco y dulce olor a madera. Dondequiera que Apo respirara, Mile estaba presente.
Apo se puso de pie con el dolor que apretaba sus vías respiratorias. Apenas logró darle fuerza a sus piernas para no colapsar. En el pasillo oscuro, en la sala donde estaba el piano, en la cocina, había rastros de Mile por cada lugar que pasaba. Sintió pánico. Finalmente, al pasar junto a la pintura, Apo soltó una sonrisa baja y desquiciada.
Fue por el repentino alivio. Además... fue porque pensó que Barcode tenía suerte de ser feliz con Jeff. Barcode, que había guardado sus dolorosos sentimientos durante tanto tiempo, era asombroso.
Apo había aguantado mucho dolor en esas tres semanas, pero ni siquiera podía imaginar la agonía de Barcode, al ver a Jeff conocer y amar a alguien por el resto de su vida. Pero en eso también eran diferentes. Si fuera él, no habría podido sobrevivir ni medio día.
Entonces su situación no era tan mala. Tenía que soportar. Su dolor no era nada. El amor implicaba pérdida. Apo ni siquiera podía imaginar lo que había perdido, pero todo el dolor que sentía, seguramente solo era algo temporal causado por su pérdida.
Apo, cuyo corazón palpitaba con una risa que se desvanecía, se acercó lentamente a la pintura. Entonces, quitó el marco que colgaba en posición vertical y lo llevó a la mesa. Y después de poner la pintura boca abajo, se quedó mirando su teléfono celular durante mucho tiempo.
La llamada telefónica que hizo antes de la medianoche no había sido atendida hasta el amanecer. Y quizás, su respuesta nunca iba a llegar. Era natural. Él había sido grosero e irrespetuoso hasta el final. Apo sabía muy bien que no era un hombre bueno ni amable y por lo tanto, fue egoísta hasta el final. Así que ahora lo lamentaba. Eso no significaba, que no debería sentir rencor. Mile tuvo que darse cuenta de inmediato, que él era diferente.
Si le hubiera dicho que lo recordaba desde hace mucho tiempo, desde el día en que nos besamos por primera vez, ¿Habría cambiado algo si le hubiera dicho que esa persona era yo? Probablemente no.
Mile ni siquiera lo recordaba, porque dejó en claro desde el principio, que nunca se enamoraría de alguien como él. Todo era culpa suya, por no asumir la responsabilidad de sus propias palabras. Como siempre.
Apo miró hacia el jardín, donde los pétalos comenzaban a caer, mientras el clima se enfriaba lentamente. No había rastro de las flores en flor, solo hojas
El verano estaba llegando a su fin.
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DTR ||MileApo||
RomantikApo, que ha vivido una vida donde el matrimonio, el amor y todos los aspectos de su vida son controlados por su familia, un día es diagnosticado con insensibilidad psicológica. Siguiendo la sugerencia de su médico, quien le dice que debe tener sexo...