Capítulo 4

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Con la aprobación del alfa para que su hija formará parte de la manada, Ana regreso a su hogar, debía reagruparse antes de enfrentarse a su siguiente tarea... ver a Lance, no podía retrasar las cosas, en poco tiempo el alfa se enteraría de que había vuelto a la manada y con una pequeña en brazos, debía ser sincera con él y contarle lo que estaba sucediendo antes de que empezarán a correr los rumores mal intencionados.

—Ves yo te dije, esta niña es hija de un líder—. Rompió el silencio Diana cuando estuvieron dentro de la casa.

—Ya lo sé, no tienes que repetírmelo, estoy completamente segura que la omega desaparecida es la que está enterrada en mi patio, lo que no entiendo es: ¿cómo llego precisamente a mi casa?, ella nunca había estado aquí...

—La madre luna hija, la madre luna guío su camino... las cosas pasan por algo, el destino de esta cachorro de lobo ya está escrito, va a ser grande, ella junto a su alfa van a traer paz a la manada.

—Es mucha responsabilidad para una pequeña—, hablo nuevamente Ana tomándola en brazos.

—Por supuesto, es mucha responsabilidad para una niña en estos momentos, ella crecerá normal como cualquier cachorro, pero cuando sea mayor tendrá muchas responsabilidades, su camino no será fácil, pero nos tendrá a nosotras para guiarla, en este momento lo único que me molesta es que hay un padre por allí con el lazo roto llorando la pérdida de un niño no nacido, lamentablemente no podemos decirle nada, eso nos traería muchos problemas y la madre luna no quiere eso.

—Lo sé, eso fue lo que más me dio vuelta en la cabeza cuando él alfa hablo de la omega desaparecida, me entristece mucho no poder decirle nada, ni siquiera sabe que tuvo una niña.

—Es lo mejor, esta pequeña tiene que permanecer en el anonimato... "Se avecinan tiempos oscuros, un gran mal está al acecho... un alfa le hará frente, pero no será suficiente, solo cuando alfa y omega unan sus vidas el mal será derrotado, separados son fuertes, pero unidos son invencibles" —, hablo de la nada Diana en medio de un trance, en donde sus ojos se volvieron completamente blancos.

Su protectora había hablado a través de ella a pesar de ser aún de día, la madre luna siempre estaba pendiente de sus hijos, los cambia formas eran suyos para cuidar, por ello había hecho todo lo posible para garantizar su supervivencia, incluso el sol estaba de acuerdo y le permitía intervenir cuando él estaba cuidando la tierra.

Para Ana lo que había pasado con su abuela la desconcertó un poco, pero ya estaba acostumbrada, la luna siempre hablaba a través de ella, lo que la tenía asustada era el saber que toda la responsabilidad sobre el bienestar de las manadas recaía en las manos de dos niños que había ayudado a llegar al mundo, dos pequeños inocentes que no sabían el trabajo que tendrían frente a ellos cuando fueran mayores.

— ¡Dios lobo!, a esta edad siempre termino agotada cada vez que sucede, ya la oíste debemos cuidar a esa niña y al hijo del alfa, ellos son nuestro futuro.

—Eso no tienes que decírmelo, lo entendí desde el momento que me transmitiste la primera profecía, cuando traje al mundo a Helios pude sentir que las cosas estaban por cambiar, apenas tuve a ese niño en brazos, supe que sería grande, incluso hice algo que nunca había hecho, le coloque su nombre sin importarme que era el hijo del alfa.

—La luna hablo a través de ti, el destino de ese niño está marcado, el de ambos niños, tienes que buscar la manera de que vayan construyendo su lazo desde pequeños, eso hará que cuando se unan su apareamiento sea fuerte.

—Esa va a ser una gran tarea por realizar, pero estoy segura de que lo lograre, ahora te dejo, tengo algo que hacer, voy a ver si le consigo papá a esta niña, deséame suerte—. Tomo el bolso con las cosas de la bebé y camino hacia la puerta.

Los Elegidos de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora