Capítulo 25

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Amaris llego al orfanato para comprobar el estado de los niños y se sorprendió al ver el daño en las ventanas del edificio, también zonas dañadas por el fuego, al entrar se consiguió con las cuidadoras haciéndose cargo de los cachorros, varios centinelas se encontraban allí custodiando la estructura en prevención de un nuevo ataque, todos estaban bien, solo algo asustados por haber sido sacados de sus camas.

Hablo con Val y a través de ella pudo saber que las instalaciones en donde dormían los pequeños no fueron dañadas, estaban en óptimas condiciones para mantenerlos allí sin ningún problema, lo que debían atender urgente era el problema de los vidrios rotos, ya que eso permitía el paso de las corrientes de aire y podían enfermarse, ante eso la pelinegra inmediatamente se dirigió hacia donde estaba el centinela que la acompañaba y le dio órdenes de que fuera a buscar todo lo necesario para restaurar las ventanas en la siguiente hora.

Siguió recorriendo los pasillos, constatando con sus propios ojos que todo estuviera bien, esa casa hogar era el orgullo de su suegra Kira y no podía permitir que esos niños se quedaran sin un techo en sus cabezas después de lo que había pasado en su anterior manada, lo único que se merecían era estabilidad y tranquilidad, no podían estar moviéndolos de un lugar a otro, muchos de ellos habían corrido con la suerte de que alguno de sus padres sobrevivió al ataque de Adriel a la manada Salvan, pero no fue así para todos, lo cual, le hacía pensar que alguno de esos niños podría haber sido ella, si su madre no la hubiera adoptado.

Estaba tan metida en sus pensamientos, que no se dio cuenta del momento que llego a una habitación, en donde estaba una de las cuidadoras intentando calmar a un niño que no paraba de llorar —¿Qué le pasa?, ¿está herido? —, pregunto preocupada.

—No, pero desde que comenzó el ataque no ha parado de llorar, no hay manera de calmarlo, ya le di su leche, lo revise en busca de lesiones y no tiene ninguna —, hablo apesadumbrada la mujer.

Amaris frunció el ceño y se acercó a ella para tomar al pequeño niño entre sus brazos, haciendo que dejara de llorar cuando comenzó a emitir un poco de su olor a caramelo —Ya pequeño, no hay que llorar, estas a salvo—. Lo meció en sus brazos hasta que solo se escucharon sus sollozos y se durmió.

—¡Gracias a Dios lobo y a la madre luna ha dejado de llorar!, muchísimas gracias—, dijo la mujer realmente aliviada.

—No te preocupes, yo estoy aquí para ayudar —. Siguió meciendo al niño —Por cierto, ¿cómo te llamas?

—Mi nombre es Carmen, soy una de las sobrevivientes de la manada Salvan.

—Es un gusto conocerte Carmen, este pequeño ¿cómo se llama?, ¿cuál es su historia?

—Su nombre es Aqmar y como ya debe intuir pertenecía a la manada Salvan también, su madre cuando llego aquí apenas estaba iniciando su embarazo, cuando la encontraron ella había inhalado demasiado humo, su nombre era Kalia, su alfa lamentablemente falleció defendiéndola en la invasión, su embarazo fue normal, pero a la hora de dar a luz hubieron algunas complicaciones, la doctora Ana nos dijo que el humo que había inhalado le había desarrollado una afección que no habían detectado, lamentablemente ella murió dos meses después de que ese hermoso niño llego al mundo, el lazo roto la termino de debilitar, solo se mantuvo con vida hasta que su cachorro pudiera nacer, desde entonces Val y yo nos hemos hecho cargo de él.

—Aqmar que lindo nombre, si mal no recuerdo de los textos de mi abuela su significado es brillante como la luna—. Beso sus cabellos — Que triste historia tienes pequeño, ahora entiendo porque no detecto ningún olor por parte de él—. Levanto la mirada hacia su cuidadora.

—No tuvo tiempo de desarrollarlo, su madre no pudo amamantarlo, no producía la suficiente leche y mientras vivió estuvo postrada a una cama, no convivio lo suficiente como para desarrollar un lazo que lo ayudara a obtener su olor, esa es una de las cosas que nos preocupa a Val y a mi ¿qué será de ese niño cuando sea mayor?

Los Elegidos de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora