La luna como la gran madre que es, había ayudado a Elián y Kira a mantener la paz a pesar de las adversidades, los tiempos difíciles y lo que estaba por venir, una muestra de ello eran todos los cachorros que crecían sanos y fuertes, aunque nadie se había dado cuenta de esa pequeña peculiaridad, la natalidad de la manada había ido en aumento en esos últimos diez años, incluso ellos mismos ya tenían una segunda hija a la cual llamaron Eleonor y a todas luces se notaba que iba a ser una hermosa omega.
Y como la vida sigue sin detenerse, Ana y Lance se habían dedicado en cuerpo y alma al centro de salud, manteniendo un equilibrio en el cuidado de sus propias hijas, teniendo la incondicional ayuda de la abuela Diana que se había quedado a vivir con ellos, la casa era grande, tenían el suficiente espacio para que cada quien estuviera cómodo.
La mujer mayor, sobre todo, debido a que en los últimos años había tenido que emplear todos sus conocimientos al máximo, para ayudar al alfa a mantener la paz que estaban disfrutando.
— ¡Abuela, ya llegué! —. Saludo Lance ingresando a su hogar, había logrado salir temprano del trabajo para pasar la tarde con sus hijas.
—Hola hijo, ¿y mi nieta? —. Lo saludo la mujer desde la cocina.
—Se quedó un rato más en el centro de salud, está con Gaby, nacieron cuatro cachorros más hoy, se está asegurando que la última omega que atendimos se encuentre bien, por cierto, ¿dónde están mis niñas?
—Están en la plaza jugando, ¿no se te hace extraño que hayan nacido tantos cachorros este último tiempo? —, pregunto la anciana frunciendo el ceño, ¿cómo no se había dado cuenta de eso antes? —Sabes... eso es un mal augurio...
— ¡Abuela!, ¿cómo puedes decir eso?, los niños son bendiciones de la madre luna, eso demuestra la fertilidad de nuestra especie.
—En algún otro momento ese habría sido su significado, pero en los tiempos que estamos viviendo eso solo significa que la guerra está cerca, un ejército debe ser formado, además es una forma de asegurarse de que nuestra gente prevalezca, que nuestra especie continúe en el tiempo —, hablo con pesar la mujer dándose cuenta de que en realidad solo estaban viviendo una falsa calma, debajo de la superficie el mal se estaba preparando para atacar en cualquier momento.
Entre tanto, no muy alejados de la plaza, unos niños corrían queriendo llegar a esta para jugar con sus amigos —Helios...— Lo llamo una niña mientras veía como se alejaba cada vez más de ella—Espérame... no corras tan rápido, mis piernas son cortas y no dan para tanto, ya estoy cansada —. Se quejaba Eleonor, la hija más pequeña del alfa de la manada.
Pero su hermano mayor no le hizo caso, siguió corriendo sin importarle que la pobre niña no le podía soportar el mismo trote, por eso cuando por fin llegaron al lugar colocó sus manos en las rodillas y comenzó a respirar cansada para luego preguntarle a su hermano:
— ¿Porque tanta prisa? —. Lo miro con los ojos entrecerrados —¡Ya sé lo que sucede!, ¡quieres ver a Amaris! — Lo señaló con su pequeño dedo y una sonrisa ganadora en su rostro —Te gusta... la amas... Helios y Amaris sentados debajo de un árbol...— Comenzó a cantar solo para verse interrumpida rápidamente por su hermano.
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Los Elegidos de la Luna
FantasíaEn una noche de luna roja, surge un suceso extraordinario que cambiara el destino de una manada de cambia formas lobo, un alfa y una omega han nacido; se preguntaran: ¿que tiene de extraordinario?, ambos son hijos de grandes lideres y se supone que...