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No hay Hiccstrid, al menos hasta el final, es más bien centrado en Astrid y Brutilda.

La noche había llegado y Astrid se preparaba para dormir, ese día Hiccup había sido prácticamente arrastrado por sus amigos para ir a tener una noche de hombres dejando a Astrid sola con su bebé, Zeypher

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La noche había llegado y Astrid se preparaba para dormir, ese día Hiccup había sido prácticamente arrastrado por sus amigos para ir a tener una noche de hombres dejando a Astrid sola con su bebé, Zeypher.

Aunque odiaba no dormir con su esposo estaba contenta de que los amigos se reunieran, normalmente siempre estaban todos juntos pero aveces los hombres necesitaban tiempo a solas con otros hombres, además ella tenía a su hija, estaba bien con ello.

El sonido de la puerta siendo tocada hizo que la rubia soltará una maldición y saliera de su cómoda cama para bajar las escaleras de mala humor, ¿Quién podría venir a molestarla a estás horas?

—¿Brutilda?— preguntó sorprendida al ver a su compañera frente a su puerta, estaba pálida y tenía los ojos rojos.

—Lo siento por venir a esta hora pero no sabía dónde ir.

La rubia hizo que la jinete entrará a la casa y la sentó cerca de la chimenea para que su cuerpo entrara en calor, pronto volvió a ella con una taza de té en sus manos y se la dió para que bebiera.

—Gracias— murmuró con la voz ronca, Astrid pudo notar que había vuelto a llorar.

—¿Qué pasa?— cuestionó la jefa preocupada.

La rubia observo a su compañera sintiéndose pequeña ante su intensa mirada azul, Astrid aveces le daba miedo y se enojaba con ella pero era la única mujer en el grupo y....confiaba en ella.

Sin poder contenerse la chica Thorton se largo a llorar, el instinto maternal de Astrid provocó que en solo segundos sus brazos la atrajeran a su cuerpo intentando consolarla.

Nunca imagino que un día así llegaría, nunca imagino ver a la chica con la que había convivido toda su vida romperse de esa manera y menos frente a ella.

La relación de Brutilda y Astrid nunca fue buena, al ser las únicas mujeres del grupo uno pensaría que se llevaban bien pero no, ambas eran diferentes y es por eso mismo que chocaban.

Astrid no tenía demasiada relación con los gemelos, menos con Brutilda pero ver a su compañera de aventuras llorar de esa manera le rompió el corazón.

Brutilda se aferraba a Astrid buscando consuelo mientras que la rubia acariciaba su cabello y la mecia en sus brazos.

Astrid no era buena consolando a la gente pero su instinto de madre siempre estaba alerta y es como si le indicará lo que tenía que hacer.

RAMÉ - Hiccstrid Ones ShortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora