Ambientado en un Universo Alterno
Segunda Parte del capítulo 13
El nacimiento de la pequeña Zeypher Haddock era motivo de fiesta por lo que Hiccup fue el primero en empezar a organizar la fiesta de bienvenida para su pequeña hija, por supuesto que los jinetes no dijeron que no a la hora de ayudarlo con los preparativos.
Astrid estaba sentada en el escritorio de Hiccup mientras revisaba la correspondencia de aquel día, una pequeña mueca de decepción se formó en su boca al no encontrar una carta de su amiga Heather.
Le había enviado una carta un día antes de entrar en labor de parto, habían pasado cuatro días y no había respuestas de la Berserker.
—¿Por que tienes esa cara, My Lady?— Hiccup se acercó a su esposa y besó su cabeza para luego acercar una silla a su lado y tomar asiento. —¿Qué está mal?— acarició su mejilla con dulzura.
—Heather no respondió mi carta— suspiró frustrada dejando las cartas de lado. —¿Debería enviarle otra?
—Tal vez— asintió, —posiblemente se olvidó de responder o no le llegó tu mensaje.
—¿Puedes mirar a Zeypher mientras le escribo otra carta?
Hiccup sonrió asintió.
—Por supuesto nena, pero vas a escribirlo desde la cama.
La rubia soltó una queja.
—Nada de quejas señorita, deberías estar en la cama.
—Pero odio hacer eso.
—No me importa, tu herida necesita curarse, además está silla no es cómoda— respondió obvio mientras se levantaba de su asiento y alzaba en sus brazos a su esposa.
La rubia se aferró a su cuello soltando un suspiro resignada, no tenía sentido pelear con Hiccup. Cuando se trataba de su seguridad él peleaba hasta lograr su cometido.
El jefe depósito su cuerpo con cuidado en la pequeña cama que había hecho para ella en la sala, no quería dejar a Astrid sola cuando él estaba trabajando en la sala así que le había construido esa cama para que pudiera descansar mientras él trabajaba.
A un lado de la cama se encontraba la cuna de la pequeña Haddock quien dormía sin problema alguno, Hiccup la cubrió bien con su mantita y volvió a acercarse a la cama de Astrid con su cuaderno y un lápiz.
—Estaré trabajando, cuando termines la carta me avisas y la enviaré. ¿De acuerdo?
—Gracias— sonrió la Hofferson, la pareja compartió un beso y luego el castaño se sentó en su escritorio para seguir trabajando.
Heather observó el Gran Salón sin mucha emoción, se sentó en una mesa junto a sus amigos y bebió de su tarro de hidro miel, estaba algo cansada por el viaje a Berk así que no se iba a quedar mucho tiempo en la celebración.
Los habitantes del pueblo bailaban, cantaban y bebían como si no hubiera un mañana, estaban eufóricos por la llegada de la pequeña Zeypher.
Sonrió con tristeza viendo la forma en la que Hiccup besaba la cabecita de su bebé sin separarse de ella o de Astrid en ningún momento.
Esa debería ser yo.
Alejó aquellos pensamientos de su cabeza sintiendo como la culpa crecía en su interior, no debería querer eso, no debería desear el lugar de su mejor amiga, no estaba bien.
Sin embargo no podía evitar mirar a sus amigos y sentir algo de envidia, había vivido toda su vida sola hasta que ellos llegaron y cuando estuvo apunto de empezar a formar una relación con Patapez tuvo que alejarse cuando se dió cuenta que no se veía teniendo una vida con él si no con Hiccup.
Y aún así, después de ver cómo Hiccup y Astrid formaban una familia, no podía hacer desaparecer aquel sentimiento tan molestó.
Odiaba sentir aquello.
Le impedía seguir adelante.
Pero tampoco tenía el valor de alejarse de ellos, eran su familia, la única que tenía después de Dagur y Mala.
Estaba harta de sentir lo que sentía.
Si hubiera una forma de poder arrancar ese sentimiento sin duda alguna lo haría, por qué mientras Hiccup y Astrid vivían su vida a Heather solo le quedaba mirarlos de lejos.