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Hiccup
Mi padre había decidido realizar una Carrera de dragones para alegrar a nuestro pueblo, se que él quería que participará pero lamentablemente tenía otros planes como ir a explorar junto a Chimuelo.
Al salir de mi casa camine en dirección hacía la cabaña de mi prometida, Astrid Hofferson, si no quería recibir un golpe de su parte era mejor que le avise que no pensaba asistir a la Carrera.
Ni siquiera me molesté en tocar, abrí la puerta con la llave que ella me había dado e ingresé al lugar, la cabaña estaba en silencio y no había señales de que mi chic había desayunado.
Posiblemente estaba dormida aún.
Subí las escaleras siendo lo más cuidadoso posible, al menos lo que mi prótesis me permitía, e ingresé silenciosamente al cuarto de Astrid.
Sonreí como tonto cuando la ví sobre su cama cubierta de sábanas, su cabello rubio sin su trenza habitual, su pequeño camisón blanco y sus lindos ojos cerrados en un profundo sueño. Me encamine hasta la cama y no dude en arrodillarme frente a ella.
Como si mi mano tuviera mano propia acaricié suavemente su mejilla, siendo la mujer en alerta que era siempre abrió sus ojos permitiendome perderme un poco en sus ojos azules.
Una tierna sonrisa salió de sus labios mientras inclinaba más su rostro hasta la palma de su mano, sonreí aún más y no aleje mi mano de su rostro.
Si ella quería ser mimada, ¿Quién soy yo para privarla de ello?.
—Buenos días M'Lady.
—Buenos días Chico Dragón— soltó un pequeño bostezó, frotó su ojo con una mano. —¿Qué haces aquí?
—Solo venía a avisarte que saldré a explorar con Chimuelo, tal vez no llegue a la Carrera.
Mi vikinga alzó una ceja y se sentó en la cama, arregló su cabello despeinado y me miró.
—A tu padre no le va a gustar que no estés presente.
—Sabia que dirías eso— me quejé sentandome en su cama, dejé caer mi cabeza en sus piernas y ella no tardó en acariciar mi cabello.
—Eres el...
—El futuro jefe de Berk, lo sé, lo sé— la interrumpí cerrando los ojos. —Todos me repiten lo mismo, no necesito que me lo digas tu de nuevo As.
Astrid se mantuvo en silencio y siguió acariciando mi cabello, sus manos eran tan suaves y delicadas que causaron un escalofrío en mi cuerpo, suspiré aliviado dejando ir toda mi tensión.
—¿Prometes volver para verme ganar?
—Lo intentaré— sonreí abriendo los ojos y mirándola, se agachó un poco y beso mis labios suavemente. —Si no llegó, ya sabes dónde encontrarme.
—Trata de no morir por una de tus idioteces.
—Lo dice la chica que se envenenó para salvar a su dragón.
Solté un quejido cuando golpeó fuertemente mi hombro, me senté en su cama sosteniendo mi hombro con una mueca.
—¡Necesito ese brazo!
—Lo dudó— rodó los ojos.
Sonreí y volví a acomodarme apoyando mi cabeza en su vientre y rodeando su cintura con mis brazos, suspiré cuando su mano volvió a jugar con mi cabello.
¿Por qué eso era tan relajante?
—Cuando nos casemos debes hacer eso todos los días, en serio es relajante... —murmuré lo suficientemente alto para que ella pudiera escucharme.
Su respuesta fue una dulce risa y un beso en mi cabeza.
Si, deberíamos hacer esto más seguido.
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Algo cortito pero lindo✨. Ya saben, recomienden la historia a gente del fandom para que seamos más, y gracias por todo el apoyo de siempre ♥️.
