Ambientado después de HTTYD 3
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¿Alguna vez vieron como la persona que podía complementarlos le pertenecía a alguien más?
Pues eso es lo que estaba viviendo Eret hijo de Eret mientras presenciaba con gran dolor la boda entre el jefe y su prometida.
Astrid y Hiccup finalmente se estaba casando para alegría de muchos pero para desgracia de dos corazones.
Eret no podía evitar sentir dolor al ver que la mujer de la que estaba enamorado iba a vivir su vida con alguien más.
Y no es que les deseé mal alguno, claro que no, estaba feliz de que ambos por fin dejarán de darle vueltas al asunto y se casarán de una vez. Pero claro como todo amor no correspondido, había dolor de por medio.
Ni siquiera podía explicar bien en que momento su corazón empezó a salir con fuerza cada vez que cruzaba palabras con la nueva jefa de Berk.
Tal vez fue en el momento en el que la conoció, cuando ella junto con Hiccup y sus dragones cayeron en el barco que él dirigía.
O tal vez cuando Drago Manodura secuestro a los jinetes y dragones, y Astrid lo enfrentó con valentía y actitud declarando que había un Maestro Dragón más poderoso que él.
O tal vez cuando el medio de la pelea Astrid y él montaron a Tormenta y lucharon a la par.
Ese día su corazón latió con tanta fuerza que juraba que saldría de su pecho si seguía así.
Pero cuando se decidió a dar su primer paso pudo notar que lo Hiccup y Astrid era más que una simple amistad, y el anillo con el símbolo Haddock que ella portaba en su dedo anular lo demostró.
El corazón de Astrid Hofferson le pertenecía a Hiccup Haddock.
Y aunque fue difícil de asimilar, lo hizo.
Nunca se le pasó por la cabeza interponerse entre la relación que ambos habían forjado durante años, sabía que aquella mujer de ojos azules como el cielo era la única que podía traer a la tierra a El jefe de Berk.
Y él siendo ahora un berkiano más jamás podría dejar al pueblo sin una líder como Astrid.
La rubia poseía una belleza inigualable, tal vez por eso en muchas tribus era conocida como la valkiria de ojos de cielo y el estaba de acuerdo con aquel apodo.
Todo en Astrid demostraba delicadeza pero también valentía, fuerza y firmeza.
Entendía por qué Hiccup parecía tan loco por ella.
Si él fuera su esposo tampoco la dejaría sabiendo que aquella mujer era más valiosa que todo el tesoro de Berk.
Con una pequeña sonrisa intentando disimular su dolor aplaudió cuando los jefes por fin sellaron su matrimonio con un dulce beso.
Si, no tenía oportunidad está vez pero estaba bien con eso.
Después de todo Astrid era de Hiccup, y Hiccup era de Astrid. Se pertenecían el uno al otro sin importar que.
Siento que Eret y Astrid podrían haber sido grandes amigos, tal vez lo eran, pero como las películas no se centran tanto en Astrid entonces nunca podremos saberlo.