Ambientado en un Universo Alterno.
Solo un poco de dulzura Hiccstrid🥰.
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La cafetería de Hiccup Haddock estaba repleta de gente ese día, el mal clima y el frío de aquella tarde fueron la excusa perfecta para que mucha gente decidiera ir a tomar un café en una de las mejores cafeterías del pueblo de Berk.
Hiccup estaba en el mostrador mientras hacía unas cuentas, los demás se encargaban de servirle a los clientes. Astrid se acercó a Hiccup y se sentó a su lado mirando con curiosidad como hacía las cuentas con rapidez y elegancia.
Hiccup era conocido por tener una gran inteligencia y creatividad, tal vez era por eso que su cafetería “Mundo Oculto” crecía cada vez más por qué los clientes se sentían atraídos por las manualidades de dragones y más cosas.
—No entiendo cómo logras hacerlo tan rápido— se quejó la rubia causando una sonrisa en el rostro de su pareja, Hiccup la observó con diversión.
—Solo debes tener algo de práctica.
—Solo debo volver a nacer o resetear mi cerebro.
El castaño soltó una pequeña risa mientras inclinaba su cuerpo hacía ella depositando un beso en su mejilla, la rubia sonrió.
—No digas cosas como esas, eres muy inteligente cuando quieres y cuando te conviene también— se burló —para cobrar tu sueldo eres bastante lista.
—Estamos hablando de dinero Hiccup, y tú sabes que amo el dinero— sonrió divertida antes de levantarse del asiento lista para volver a trabajar. —Al propósito como tú pareja desde hace 10 años he decido que quiero un aumentó.
—¿Vas a cobrarme por todos los años que estuvimos juntos?— preguntó incrédulo.
—Si quieres verlo así, si, también voy a cobrarte por las dos veces que me embarazaste.
—Fueron tres.
—Bueno, la cosa es que voy a cobrarte.
Si Hiccup no conociera a Astrid probablemente se habría espantando por la seriedad con la que decía aquellas cosas, aunque él podía notar como sus labios luchaban por no sonreír.
—¿Y por qué debería pagarte?— decidió seguirle el juego, se bajó de su asiento.
La rubia tuvo que alzar la mirada para poder verlo correctamente, odiaba la altura de su marido, cuando eran niños ella era más alta pero la adolescencia hizo su trabajo en Hiccup y ahora era ella quien se sentía intimidada ante su altura y sus preciosos ojos verdes.
—¿Cómo qué por qué?
—En mi opinión no estás haciendo un buen trabajo últimamente— se encogió de hombros fingiendo desinterés —los empleados me han dicho que haz pasado más tiempo en la oficina del jefe que en tu trabajo y eso señorita, podría causar una baja en su sueldo.
—Eso ya no es mi culpa, es culpa del jefe por solicitar mi presencia todo el tiempo— lo miró de forma acusadora mientras golpeaba su hombro.
—Es que el jefe no puede vivir sin la atención de su mujer— Astrid sonrió cuando Hiccup la sujeto de la cintura con una delicadeza propia de él.
—Lo he notado, es que su mujer es irresistible.
—Exactamente. Es la mujer más hermosa y tierna de todo el mundo.
La rubia soltó pequeñas risas cuando el castaño empezó a besar su cuello causándole cosquillas que la hicieron retorcerse un poco mientras reía.
—¡No seas así!— lo detuvo avergonzada sintiendo algunas miradas sobre ellos.
—¿Mi valiente esposa tiene vergüenza?— se burló el castaño recibiendo un golpe en su pecho que le saco el aire. —Okay...— jadeó en busca de aire —no diré nada más.
La rubia soltó una pequeña risa mientras depositaba un pequeño beso en su mejilla, él castaño sonrió.
—No es necesario que te quedes aquí, puedes volver a casa y descansar— murmuró el hombre mientras depositaba pequeños besos en la frente de la rubia.
Después de su tercer embarazo Astrid había estado enferma varias veces, sus defensas bajaron bastante por lo que Hiccup siendo el esposo atento que era siempre la obligaba a estar abrigada, a descansar, dormir las horas correctas, comer bien y no excederse en el trabajo.
—Sabes que odio no hacer nada, los niños están en una excursión y el bebé duerme todo el día. No tengo con que entretenerme— se quejó mientras sus ojos se cerraban ante los besos de su marido.
—Trata de no excederte tanto— pidió.
—Lo prometo— y con un pequeño beso en los labios la rubia se alejó para seguir trabajando.
Por órdenes de Hiccup ella solo tomaba los pedidos, hasta que no esté completamente recuperada no podía cargar cosas pesadas.
—Hiccup...— la voz suave de Heather lo hizo desviar la mirada de su esposa y mirar a su amiga que se acercaba con un pequeño bulto en sus brazos. —Esta despierto.
—Gracias— le sonrió antes de tomar en sus brazos a su bebé y notar como sus pequeños ojos azules lo miraban con intriga.
Heather se alejó asi que tomó asiento en uno de los bancos y meció a su bebé en brazos besando su rostro y causándole cosquillas con sus dedos.
—Mirate, que lindo eres— rió suavemente mientras besaba las mejillas regordetas de su bebé. —Si, eres muy lindo.
Las cosquillas solo causaban pequeñas risas en su bebé, su corazón se calentaba cada vez que aquellos hermosos ojos azules cargados de inocencia se encontraban con sus ojos.
Le recordaba tanto a Astrid.
—Eres tan pequeño— murmuró mientras se inclinaba y rozaba su nariz contra de la de su bebé. —No te preocupes, papá va a cuidar bien de ti.
Espero que les guste, ya saben, pueden seguirme en Tiktok como @SimplyHaddock y en Telegram donde estoy subiendo las películas y series de “Como entrenar a tu dragón”. El link está en mi perfil ❤️