Capitulo 17

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Ashley
— Creo que deberíamos ir ya, van a acabar mal pensando— dice Cama separándose de mi, y aunque no quiero separarme de él lo acabo haciendo.

Salimos del agua, y me envuelve en una toalla abrazándome, no sé si esta será la decisión más correcta pero sé que es la única que quiero ahora mismo, y solo voy a pensar en el día de hoy.

— ¿Tienes frío? — dice preocupado lo cual hace que me ría, el me mira — ¿que he dicho?

— ¿Sabias que eres muy tierno?

— Eso me han dicho

— Ah que eres así con todas — digo haciéndome la celosa

— Puede... — pone cara de pillo — es broma solo tú sacas esta parte de mi— dice mientras me atrae hacia él de nuevo.

— Chicos, ¿pensáis venir o que?— dice Sebastián asomándose por la puerta que da al jardín, esta vez Edu, no me deja separarme de él, su hermano nos mira sonríe y niega con la cabeza volviendo a entrar.

— ¿Y eso? — le pregunto divertida.

— Me encantaría que cualquier persona me relacionase contigo— su respuesta me hace sonreír, ya que al fin y al cabo es una forma de demostrar que lo que siente va enserio, lo cual me da miedo, me pongo de puntilla y dejo un casto beso sobre sus labios, tras esto me separo y comienzo a andar, el me sigue y entrelaza sus dedos con los míos, y a pesar de que ya he probado sus labios este leve gesto hace que una corriente eléctrica recorra mi cuerpo.

Llegamos a la mesa, y el aprieta aún más fuerte mi mano.

— No pienso desperdiciar ni un solo segundo de este día— dice susurrando a mi lado.

Se que todos nos miran, habrá alrededor de 15 personas, y a muchas de ellas no las conozco, gracias a dios nadie dice nada de nuestras manos unidas, el único es el hermano pequeño que si nos hace un pequeño gesto, que listo es.

Ambos nos sentamos uno al lado de otro, como ya a dicho no piensa dejarme ni un segundo y esa idea me encanta.

— Ashley me han dicho que eres abogada— dice un chico joven que supongo que deberá ser uno de los amigos de su hermano.

— Así es— respondo, preparada para cualquier cosa.

— ¿Y no te parece que los abogados tienen una doble moral?— típica pregunta que me han hecho desde que quise ser abogada.

— ¿En qué sentido?— tengo claro en qué sentido lo dice, pero aún así pregunto, el resto de la mesa nos escucha, Edu mientras tiene mi mano agarrada.

— ¿Defenderías a un asesino? — en fin lo que decía típica pregunta, a un abogado.

— Si lo haría— todos quedan perplejos menos Edu que ya parece conocerme y se esperaba mi respuesta.

— Lo que yo decía doble moral.

— La doble moral es la tuya, todo el mundo tiene derecho a ser defendido, la vida no es una película en la que puedas avanzar y ver a la persona cometer el crimen, no puedes condenar a alguien solo por una creencia de que ha sido el, debe demostrarse, y conseguir el trato que mejor se ajuste a los hechos. Desde tu punto de vista estás robándole los derechos a una persona— digo de seguido bajo la atenta mirada de todos, el chico no vuelve a decir nada.

— Bueno cambiemos de tema— dice su madre haciéndome sentir extraña. Edu parece notarlo.

— Eres increíble— dice acercándose a mi— les has dejado sin palabras a todos.

— A todos menos a ti.

— A mi me dejas sin palabras desde el día en que te conocí — dice mirándome y creando una gran tensión de nuevo, pero en el buen sentido, la química entre nosotros es arrolladora, y negarla no tiene sentido.

— No sabía que eras tan facil de impresionar Eduardo— digo pronunciando su nombre completo.

— No lo soy pero es que tú brillas con luz propia— no me esperaba Esa respuesta lo cual hace que me sonroje. — Aunque me pone mucho que digas mi nombre completo, me gustaría que me llamases Edu, así es como me llaman mis seres queridos— me indica, lo cual hace que me sonroje aun más, no solo por la referencia sexual.

— ¿Soy uno de tus seres queridos?

— Podríamos decir que algo asi.

— ¿No crees que es pronto para decir te quiero?

— Creo que siempre está bien mostrar lo que se siente, no creo que haya una fecha determinada para enamorarse o para querer a alguien, que conozcas años a una persona no quiere decir que vayas a quererla más, siempre tendemos a limitar lo que sentimos, y a tener miedo de esos sentimientos— hace un a pausa— y hoy yo siento que te quiero. — me quedó algo impactado pero él sigue hablando— no sé si es pronto o tarde para decirlo ni si quiera tengo la certeza de que seguiré vivo mañana y dudo que nadie la tenga es por eso por lo que no quiero limitarme a unos tiempos, simplemente quiero ser y vivir.

— Es una forma preciosa de ver la vida— dejó un beso en su mejilla, olvidando que estamos rodeados de gente, y esta vez nadie puedo ignorarlo.

— Uuu— dicen todos al unísono.

Y de nuevo vuelvo a sonrojarme mientras todos reímos, podría acostumbrarme a esta sensación.

Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora