Ashley
Llego la hora de ir a por Edu, estoy bastante nerviosa, voy dispuesta a contarle la verdad, y me da bastante miedo su reacción.
Llego al aparcamiento el avión estará a punto de aterrizar, hay otros familiares y coche esperando a los jugadores, cuando era mas joven haber estado en esa situación me hubiese parecido impresionante, pero ahora no tanto, llevo codeandome años con gente importante y te das cuenta que al final son personas normales con vidas algo más extrafalarias pero no por ello más felices.
Me bajo del coche al ver a Mina.
— Hola chicos, no sabia que veníais. —Ben se acerca corriendo a mi
— Este chiquitín no soportaba un minuto mas sin su papá.
— Ashley
— Dime peque
— Camavinga me gusta mucho
— Bueno no eres al unico al que le gusta— dice su madre mirándome, no estoy entendiendo mucho esta situación.
— ¿Tu y Camavinga vais a casaros?— me dice el niño mirandome, pero que le ha dado hoy a todo el mundo con el tema
— Beni por favor deja de decir esas cosas— le regaña su madre.
— Pero papá dice que ella y Camavinga se quiere y la gente que se quiere se casa, nos lo ha explicado hoy la profesora— me agacho junto al pequeño sin que se me escape el detalle de lo que dice Fede de mi
— Sabes Beni, no todo el mundo que se quiere se casa, por ejemplo tu y tu mamá os quereis mucho y no os casais— le explico
Se queda pensativo unos segundos y se gira a soreirle a su madre
—Mamá, ¿podemos casarnos?— los tres nos echamos a reir ante la ocurrencia del niño.
— Vaya que bien os lo estais pasando— Edu y Fede llegan a nuestra altura.
— Camavinga— mina y yo nos miramos, ahi va de nuevo
— Dime enano
—¿ Cuando os vais a casar Ashley y tu?— su expresión cambia pasando de la serenidad a la vergüenza pero sabe salir bien de la situación.
— Pues cuando ella quiera, yo ya tengo el anillo comprado— le responde al niño que aplaude, mientras yo pongo los ojos en blanco, ¡que chico!
— Anda Ben ven aqui suficiente por hoy— lo coge en brazos y se lo lleva después de darme un abrazo
— Pero yo quiero ir a la boda eh— dice ya alejándose
— Este niño ¿de donde sacará esas cosas?— dice Fede eludiendo culpas, Cama le da un golpe en la espalda
— Bueno os dejo solos, tengo que ir a explicarle a los niños que lo que se habla en casa no se dice— y se aleja
Edu y yo nos miramos
Pues empieza potente la noche.
Camavinga
— No entiendo que acaba de pasar— digo.
— Sinceramente yo tampoco, pero creo que deberias llevar mas cuidado con lo que lea cuentas a tus compis— lo dice en un tono de risa, la verdad es que pocas veces habla seria, solo cuando esta en el trabajo que se transforma en otra persona, y las pocas veces que la he visto en esas circunstancias puedo asegurar que da miedo.
— Sí, creo que deberia dejar de hacerlo— digo mientras subimos al coche.
— ¿Que les cuentas?— me pregunta
— ¿A que te refieres?
— ¿Que les dices de nosotros?— parece curiosa, lo cual me pone nervioso, puto Fede, y eso que que a malas penas les cuento nada, pero es algo que se nota de lejos.
— Pues nada, todos estan locos con la relacion de amistad que tenemos, no entienden porque si nos gustamos no estamos juntos— sus ojos se abren como platos, y entonces soy consciente de lo que he dicho
— ¿Nos gustamos? — dice antes de que pueda rectificar, no se donde meterme, pero llego la hora de ser valiente.
— Tu a mi si; me haces bien, me gusta estar contigo, me haces ser mejor.— suelto todo esto mirandola mientras ella ni si quiera aparta los ojos de la carretera, la conozco lo suficiente como para saber que es experta en mostrarse impasible siempre que quiere.
El silencio se extiende, me esperaba una contestación.
— ¿No vas a decir nada?
— Estoy conduciendo— es su única respueta, llegamos a casa y baja del coche, estoy bastante frustrado con la situacion.
— Ya no estas conduciendo— suelto un poco mas brusco de lo que me gustaría, se tensa no me gusta estar llegando a esto.
— Ya hemos hablado de esto
— Lo se, pero esto que tenemos es real, es mágico, no podemos no vivirlo— digo acercandome y sujetandole las manos, sus ojos se posan en los mios, no se descifrar nada de lo que esta pasando por su mente, pero se que esta nerviosa.
Pego mi frente a la suya queriendo tranquilizarla, mi nariz se roza con la suya, y de la forma mas natural y fluida nos besamos, esta vez no es brusco, ni anticipado, esta vez llega en el momento justo, y con muchas mas ganas.
Es ella la que rompe el beso de una forma suave.
— Me gustas muchísimo desde el primer dia que te vi en la puerta del ascensor, y me encantaria estar contigo de verdad, pero ahora no puedo— las lágrimas comienzan a caer por su rostro— Lo siento— suelta mis manos y se va.
Yo me quedo un par de minutos asimilando lo que acaba de pasar, me lo he cargado todo, solo por un capricho tenia una mujer genial a mi lado, fuese de la forma que fuese tenerla era maravilloso y ni si quiera he sido capaz de preguntarle por el chico.
Acabo entrando a casa, y veo la cena lista en la mesa del comedor y una pelicula preparada para darle al play, mi noche no tendria que haber acabado asi y por un minuto pienso que podria haber sido de otra forma.
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Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)
RomanceUna prestigiosa abogada que no cree en el amor, hasta que uno de los futbolistas más reconocidos del país se cruza en su camino. Dos mundos totalmente diferentes y condicionados por el que dirán. Una historia de amor o desamor, ¿te atreves a descub...