Capitulo 24

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Me despierto a las 4 de la mañana con el álbum entre las manos,me levanto y voy a la cama, intento dormir pero no lo consigo, la casa se me cae encima, miro de nuevo el reloj, son las 5, solo ha pasado una hora..., no me puedo ir a casa de mi madre, despertaría a los niños, y Mike está de viaje de trabajo.

Finalmente decido ir a casa de Lety, de aquí a que llegue serán las 6, ella suele madrugar bastante así que supongo que para esa hora ya estara despierta y efectivamente, no me equivocaba, atiénde mi llamada en pocos tonos en la que le explico que estoy fuera, me abre la puerta, no quería llamar al timbre ya que eso despertaría a los demás.

— Lo siento; no sabía dónde ir— no puedo contener las lágrimas al ver a alguien familiar, ella me abraza.

— Pasa cariño, pasa— me lleva sin soltarme hacia el salón, sigo llorando, durante no sé cuánto tiempo, llevaba reprimiendo estos sentimientos demasiado tiempo, Lety guarda silencio mientras me abraza.

Camavinga

— ¿Y Ash? — Isabel pregunta al ver que estoy solo en el sofá.

— Se ha ido a casa— no tengo ganas de hablar con nadie, ni de contar lo que ha pasado.

— ¿Que ha pasado?, todo estaba bien antes de irse a por ti.— sigue insistiendo

— No ha pasado nada ¿vale?— soy más borde de lo que me gustaría, ella no tiene la culpa, me mira mal y se vuelve a ir, pero justo detrás aparece Sebastián, el que faltaba, se sienta a mi lado sin decir nada, es sospechosa esa actitud.

— ¿Nos has visto verdad?— conozco a mi hermano, y es cotilla cuánto menos, así que si no me ha preguntado es porque lo sabe.

— Justo estaba llegando cuando os he oído hablar, no quería interrumpir.

— No está bien escuchar conversaciones ajenas— le recriminó, aunque así ya no es necesario que se lo cuente.

— Lo se, pero entrar en ese momento hubiese sido incomodo así que he preferido esperar— vuelvo a recostarme en el sofá, aún algo enfadado.

— Ahora te caerá aún peor que antes.

— No se que decirte, después de haberla escuchado así, creo que si que le gustas de verdad— no me esperaba esa afirmación— no te pones así por cualquier persona, yo diría que lo que siente es real, no ha pasado mucho tiempo desde que os conocéis pero supongo que el amor no entiende de plazos.

—Me ha rechazado— le recuerdo.

— No te ha rechazado, te pidió un tiempo, y no se lo has sabido dar, no es tu culpa, no tienes porque darle un tiempo a nadie si no quieres, es una chica testaruda, me ha sorprendido verla así.

Sus palabras me dejan aún más confundido, no se que pensar realmente de todo lo que está pasando, decido quedarme el resto de la noche en el sofá, no creo que vaya a poder pegar ojo.

El sonido de unas llaves cayendo al suelo me despiertan, me acerco a la ventana, y la veo salir, son las 5 y media de la mañana, siento un gran impulso de salir y hablar con ella, saber cómo está, si de verdad le duele lo que ha pasado, pero esta vez decido ser cauto, me ha dicho que se acabo, es su decisión y esta vez si debo respetarla o no creo que nuestra relación pueda recuperarse tras otro golpe más, finalmente se sube al coche, cuando desaparece decido que es hora de ir a la cama, aunque la intriga de saber a donde va me está matando, ¿irá con el?

Ashley

Un olor muy agradable me despierta, estoy en el sofá de la casa de Lety, los niños están sentados justo a mi lado viendo la tele, ¿como es posible que no me haya dado cuenta de nada?

— Por fin te has despertado— dice el más pequeño.

— Hola chicos— me siento en el sofá algo aturdida aún por la noche que he pasado— ¿sabéis qué hora es?

— Las 13 — responde la mayor, como es posible que haya estado durmiendo todo la mañana, ni si quiera he podido ir a la oficina, Mike debe estar preocupado.

— Por fin estás despierta— sonrió al ver cómo utiliza la misma expresión que su hijo— niños id a la habitación que los mayores tienen que hablar— se van obedeciendo a su madre.

— ¿Vas a contarme ya que paso a noche?— deja una taza de café en la mesa que decora el salón, yo asiento a su pregunta y narro todo lo sucedido la noche anterior.

— Vino a hablar conmigo antes del vuelo— la miro para que siga hablado— estaba preocupado por Alejandro, por cierto me alegro de que haya vuelto.

— Si fue inesperado, es decir, sabíamos que volvería, pero no que dejaría el ejército ha sido una de las mejores noticias del año.

— Las cosas comienzan a ir bien de nuevo

— No sabría decirte— respondo atendiendo a los últimos sucesos, aunque hayan sido culpa mía.

— No puedes culparle, el no sabe nada de tu historia, es totalmente respetable que no quieras contarle nada, pero al chico le importas de verdad, lleva hablado con Luka sobre ti desde que te conoció— abro los ojos sorprendida.

— No tenia ni idea de eso— me anima un poco saber que ha estado interesándose en mi, aunque me hubiese gustado que me preguntase directamente aquello que quisiese saber, igual así hubiese sacado fuerzas para contarlo — estoy hecha un auténtico lío.

— Lo entiendo, es normal, sois jóvenes, no te presiones más, descansa y ya mañana volverás y enfrentarás lo que tengas que enfrentar, ahora descansa.

— ¿Puedo quedarme el resto del día?

— Por su puesto— llama de nuevo a los niños para que vengan al sofá.— los mayores ya han terminado de hablar — les indica.

— ¿Podemos llamar a Jacob para un venga a jugar?— Dice de nuevo el más pequeño, el y mi sobrino van juntos a clase, uno de los motivos por lo que nos hicimos tan amigas, cuando mi hermana se fue tuve que empezar a ir a buscar a los niños al cole, ya había visto a Lety en otras ocasiones cuando trabajé en Valdebebas, con el paso del tiempo la amistad se fue haciendo cada vez más fuerte, hasta el día de hoy.

Acabo llamando a Alex para que traiga a los niños, al final pasamos una tarde de juegos en familia, ninguno ha mencionado que día es hoy,  aunque  ella no abandona nuestro pensamiento en ningún momento.

Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora