Capitulo 30

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— Vas preciosa— dice Mike cogiéndome de la mano y haciéndome girar sobre mi misma, finalmente escogí el vestido morado, me he recogido el pelo en un moño, clásico en mi, y mi madre me ha maquillado, ya que suelo ser bastante patosa con eso y quería innovar algo más.

— Tu no te quedas atrás, aunque parece el mismo traje de todos los días— le pico

— No lo es, este negro es el de ocasiones especiales— intenta hacerse el gracioso ya que solo usa trajes negros

—Ves, Randall si que va bien vestido, atrevido e innovador— señaló al marido de mi amigo que viste un traje azul cielo y una camisa con volantes, se dedica al mundo de la moda así que era de esperar que aparecería vestido como una estrella y no como un heterobasico.

— Sois la combinación perfecta entre sensatez y locura.

— Pero ¿quien es quien ?— sonríe Randal

— Buena pregunta — los 3 reímos.

Estamos en uno de los comedores del hotel ritz, Luis ama a Mike, por eso se ha currado tanto su despedida, no creo que lo hiciese por nadie más, la verdad.

Es una sala amplia, hay un escenario, y unas mesas con canapés, algunos invitados ya están llegando, Florentino y Luis, algunos de los clientes más conocidos de Mike, el equipo deportivo del club, muchos empleados del club, a los cuales no conozco a pesar de haber trabajado allí durante un año.

Mike se va a saludar a todos y agradecer que hayan venido, entonces los jugadores empiezan a llegar, agradezco que Luka y Lety sean los primeros.

— Hola chicos, gracias por venir — abrazo a mi amiga.

— A ti siempre, ¿ ha llegado ya el?— Pregunta Lety

— No o al menos no lo he visto— digo visiblemente decepcionada supongo que una parte de mi esperaba poder hablar con el.

— Dijo que igual no venia— señala Lukas lo que acentúa aún más mi decepción, pero no puedo permitirme estar mal, hoy no.

Alex y los niños llegaron hace un rato, Mike decidió invitarles también, ya que al final somos como una pequeña familia, todos los jugadores han llegado y no hay rastro de Edu, así que supongo que finalmente ha decidió no venir.

Pero la vida vuelve a sorprenderme, le veo entrar, lleva un traje, azul marino, y corbata, nunca le había visto tan arreglado y debo confesar que es mejor de lo que me imaginaba, se ha recogido las rastas en una coleta como cuando juega.

No me muevo, no sé si quiero que me vea, aunque si ha venido es porque quiere verme... a pesar de no haber contestado ninguno de mis mensajes ni llamadas.

Algunos de sus compañeros se acercan a él, me relajo ya que no creo que se fije en mi, sigo observándole unos minutos,  se le ve bien, esta como siempre, aunque parece algo nervioso supongo que por las mismas razones que yo.

Empieza a pasear su mirada por la sala hasta que su mirada choca con la mía, sigue pareciéndome abrumador la forma en la que conectamos a penas nos miramos, no sé que hacer, el sonrie levemente su gesto se vuelve triste, y no puedo evitar contagiarme de esa tristeza, y vuelvo a hacer lo mismo que he hecho hasta ahora huir.

Eduardo

Al final decido ir a la fiesta, no creo que sea tan malo, ademas va mucha gente, no creo que me la cruce, ademas Isabel ha sido muy insistente con que tenia que ir.

— ¿La has visto ?— le digo a Tchoumeni nada más entro por la puerta, la verdad es que ella es lo único que me importa.

— Si si la he visto y va guapísima tío así que si quieres superarla no la busques— sus palabras me dan aún más ganas de encontrarla, comienzo a buscarla por la sala hasta que efectivamente la encuentro a lo lejos, mirándome, su mirada conecta con la mía de esa forma tan mágica en la que siempre lo ha hecho, sonrió levemente por que me gustaría acercarme y decirle que va preciosa, que ese vestido le queda de muerte, pero no puedo hacer nada de eso, ella responde a mi sonrisa y rompe nuestro contacto visual.

Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora