Camavinga
Por fin llega el domingo, no podía esperar que llegase este día desde que la invite, a pesar de que la he estado viendo bastante a menudo, siempre ha sido de pasada y no hemos vuelto a tener tiempo para estar juntos.
— ¿Qué pasa hermanito?, ¿nervioso? — dice mi hermano mayor Sebastián.
— Llegará en cualquier momento— digo histérico, lo que hace que este se ría.
— Nunca imagine verte así por ninguna chica— y es verdad yo tampoco suelo ser de las personas que se enamoran fácilmente o que se dejan llevar ciegamente por las emociones.
— Lo se pero esta vez es diferente, ella es...— no se como decirlo.
— Tampoco la conoces tanto— conozco a mi hermano como para saber que aún no se fía de ella, suele ser muy protector con mi imagen, ya que al ser una persona publica mucha gente especula y dice cosas.
— No me importaría que me relacionasen con ella— digo bajo su mirada— pero creo que es ella la que no quiere que la relacionen conmigo, pasa algo que nadie me quiere contar.
— A ver igual hay algún motivo para que actúe así— a mi hermano si le conté lo del beso y como ella reaccionó además de la charla con Luka.
— No se que será pero ten paciencia, respeta sus tiempo si de verdad te gusta. — se que tiene razón así que asiento y sonrió pensativo.
Ashley
Por fin llego el día, he estado bastante nerviosa con el día de hoy pero por fin llego, me pongo el bikini blanco y una blusa ancha a modo de vestido, me recoge el pelo en un moño desecho y bajo las escaleras, no puedo evitar sonrojarme nada más pensar que voy a verle en bañador.
— Ashley — grita Celio cuando abre la puerta, lo que hace que Eduardo se acerque.
— Hola— me dice
— Hola — respondó— estos últimos días no hemos podido pasar mucho tiempo juntos, es por eso que ahora noto muchísima más atracción el haberle echado de menos y pensando en él me ha confirmado las sospechas que tenia sobre mis sentimientos, y no puedo evitar sentirme aterrada ante ello, no quiero volver a vivir aquello, no quiero enfrentarme a todo lo que conllevaría una relación con el, al menos no ahora.
— Pero mujer pasa— me dice su madre desde dentro, al parecer hemos quedado mirándonos durante más tiempo del debido, al entrar le rozó el brazo y no puedo evitar recordar su tacto en el beso.
— Eh cama, deja a la chica y ven— dice Sebastián — me sonríe y se va.
Yo entro hasta la cocina donde las mujeres de su familia preparan las cosas para la barbacoa, yo mientras le observo desde la ventana como juega con sus primos pequeños
— Te gusta— dice una voz sacándome de mis ensoñaciones y poniéndome nerviosa.
—Sabes que no— le respondo a Isabel dándole un codazo para evitar que la oigan, Isabel es una de las hermanas pequeñas de Cama, aunque no estará muy alejada de nuestra edad, a diferencia de con Cama esta semana si he pasado más tiempo con ella, ya que subió un día a casa a presentarse ya que el día de la cena ella no estaba, al final se quedó a cenar y entablamos confianza.
— Si lo hace— dice su madre acercándose a las dos— y tú le tienes loco a él nunca le he visto así— no puedo evitar sonrojarme y miro hacia el suelo para que no se me note, no me esperaba esta intervención.
— Que no de verdad solo somos amigos— aclaro enseguida.
— Ya claro— dice Isabel
— Mira ahí viene— Camavinga entra por la puerta corredera que da a la cocina
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Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)
RomanceUna prestigiosa abogada que no cree en el amor, hasta que uno de los futbolistas más reconocidos del país se cruza en su camino. Dos mundos totalmente diferentes y condicionados por el que dirán. Una historia de amor o desamor, ¿te atreves a descub...