Capitulo 16

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Camavinga

Por fin llega el domingo, no podía esperar que llegase este día desde que la invite, a pesar de que la he estado viendo bastante a menudo, siempre ha sido de pasada y no hemos vuelto a tener tiempo para estar juntos.

— ¿Qué pasa hermanito?, ¿nervioso? — dice mi hermano mayor Sebastián.

— Llegará en cualquier momento— digo histérico, lo que hace que este se ría.

— Nunca imagine verte así por ninguna chica— y es verdad yo tampoco suelo ser de las personas que se enamoran fácilmente o que se dejan llevar ciegamente por las emociones.

— Lo se pero esta vez es diferente, ella es...— no se como decirlo.

— Tampoco la conoces tanto— conozco a mi hermano como para saber que aún no se fía de ella, suele ser muy protector con mi imagen, ya que al ser una persona publica mucha gente especula y dice cosas.

— No me importaría que me relacionasen con ella— digo bajo su mirada— pero creo que es ella la que no quiere que la relacionen conmigo, pasa algo que nadie me quiere contar.

— A ver igual hay algún motivo para que actúe así— a mi hermano si le conté lo del beso y como ella reaccionó además de la charla con Luka.

— No se que será pero ten paciencia, respeta sus tiempo si de verdad te gusta. — se que tiene razón así que asiento y sonrió pensativo.

Ashley

Por fin llego el día, he estado bastante nerviosa con el día de hoy pero por fin llego, me pongo el bikini blanco y una blusa ancha a modo de vestido, me recoge el pelo en un moño desecho y bajo las escaleras, no puedo evitar sonrojarme nada más pensar que voy a verle en bañador.

— Ashley — grita Celio cuando abre la puerta, lo que hace que Eduardo se acerque.

— Hola— me dice

— Hola — respondó— estos últimos días no hemos podido pasar mucho tiempo juntos, es por eso que ahora noto muchísima más atracción el haberle echado de menos y pensando en él me ha confirmado las sospechas que tenia sobre mis sentimientos, y no puedo evitar sentirme aterrada ante ello, no quiero volver a vivir aquello,  no quiero enfrentarme a todo lo que conllevaría una relación con el, al menos no ahora.

— Pero mujer pasa— me dice su madre desde dentro, al parecer hemos quedado mirándonos durante más tiempo del debido, al entrar le rozó el brazo y no puedo evitar recordar su tacto en el beso.

— Eh cama, deja a la chica y ven— dice Sebastián — me sonríe y se va.

Yo entro hasta la cocina donde las mujeres de su familia preparan las cosas para la barbacoa, yo mientras le observo desde la ventana como juega con sus primos pequeños

— Te gusta— dice una voz sacándome  de mis ensoñaciones y poniéndome nerviosa.

—Sabes que no— le respondo a Isabel dándole un codazo para evitar que la oigan, Isabel es una de las hermanas pequeñas de Cama, aunque no estará muy alejada de nuestra edad, a diferencia de con Cama esta semana si he pasado más tiempo con ella, ya que subió un día a casa a presentarse ya que el día de la cena ella no estaba, al final se quedó a cenar y entablamos confianza.

— Si lo hace— dice su madre acercándose a las dos— y tú le tienes loco a él nunca le he visto así— no puedo evitar sonrojarme y miro hacia el suelo para que no se me note, no me esperaba esta intervención.

— Que no de verdad solo somos amigos— aclaro enseguida.

— Ya claro— dice Isabel

— Mira ahí viene— Camavinga entra por la puerta corredera que da a la cocina

Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora