Capitulo 34

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Alejandro
Acerco a los niños a casa de Ash, o mejor dicho de Camavinga, ya que van a pasar la noche ahí, me alegro por ella, se merece ser feliz y él es un buen chico.

— Vamos niños— les saco del coche y salen corriendo hacia la puerta, Ash ya está ahí, y detrás de ella Edu, veo como la mira de lado mientras coge a mis hijos en brazos, no parece perder detalle de sus movimientos, echo tanto de menos sentir eso...

— Hola tío— dice el chico cuando mi cuñada ya ha entrado dentro— ¿estás bien?

— Eh si si claro— afirmó enseguida— solo es que hoy es el aniversario de nuestra boda y bueno...— confieso no sé muy bien porque, no tengo muchos amigos aquí, y Ash no es la mejor persona para hablar sobre esto, a ella le duele lo mismo que a mi o incluso más.

— Lo siento mucho — se acerca algo más hacia a mi, es normal que la gente no sepa muy bien como reaccionar ante situación así, ni si quiera yo sé cómo quiero que reaccionen— puedes contar conmigo para cualquier cosa, de verdad, no puedo entender el dolor que sientes pero puedo asegurarte que te escuchare.

Me emocionan sus palabras es un gran tío.

— Gracias, de verdad— la situación se a puesto más melancólica de lo debido así que vuelvo a sacar mi actitud picara— y pensar que hace una semana cuando me conociste querías arrancarme la cabeza.

— Ayer también quería arrancártela, da gracias que Ash me contase vuestro parentesco antes de que hubiese tenido ocasión de hacerlo— ambos reímos.

— Vaya que bien os lo pasáis— dice ella acercándose al portal donde aún estamos charlando, Edu vuelve a mirarla de esa forma tan intensa, la toma por los hombros y la acerca a el, la química entre ambos se ve a kilómetros.

— Ya ves al final nos hemos caído bien— digo haciendo que dejen de mirarse como dos adolescentes enamorados, porque a pesar de ser adultos el amor que están experimentando ahora mismo es lo más preciso a volver a tener 15 años.

— Bueno me voy, no hagáis guarradas delante de los niños.

— Como se te ocurre si quiera pensar eso— Ash contesta algo mosqueada ya que no le suele gustar hablar de sus relaciones amorosas o mejor dicho sexuales, Edu en cambio se ríe, el es mucho más natural y espontáneo, eso le vendrá bien a ella, necesita aprender a soltarse algo más.

— Porque soy un tío y sé que por la forma en la que te mira lleva queriéndote arrancar la ropa desde que te a visto— continuo para joderla un poco más, solo un poco, nuestra relacion siempre fue buena, era como mi hermana pequeña, y a seguido siéndolo y puedo asegurar que siempre lo será.

Se sonroja y esconde la cara en el pecho del chico, yo y el reímos.

— Dejad de reíros de mi— pide aún en el pecho del chico, yo me acerco apoyando mi mano en su espalda a modo de despedida le doy la mano a Edu y comienzo a alejarme de la casa.

— Lo de la guarradas va enserio— digo ya algo lejos, puedo oír como Ash suelta algún improperio hacia mi persona.

Me subo al coche y me dirijo a mi siguiente destino.

Ashley
— ¿Siempre os habéis llevado tan bien? — comenta Edu mientras ponemos la mesa para que los niños cenen.

— Bueno, podemos decir que si, aunque al principio no me caía muy bien— enarca una ceja— bueno ya sabes como soy...

—Si se bastante bien como eres— pega su pecho a mi espalda— y se lo difícil que eres de persuadir— comienza a dar besos por mi nuca, hasta que los niños entran en la cocina y me separa rápidamente de él, genial, Justo lo que no debíamos hacer.

— Es que ahora son novios— susurra Celio, aunque ambos podemos escucharle.

— No somos novios— le aclaro rápidamente a mis sobrinos que están algo asombrados, nunca les he presentando a ningún chico, ni nada parecido.

— ¿Ah no?— Edu pregunta confuso, realmente no hemos dicho en ningún momento que fuésemos novios.

— No — aclaró rápidamente.

— ¿Y por qué no? — pregunta Celio— os he visto besaros antes — mis dos sobrinos abren los ojos, ¿por que los niños de ahora crecen tan rápido? Yo a su edad no entendía este tipo de cosas.

— Pues— me quedo pensando que respuesta darle a los niños— porque no me ha pedido ser su novia— miro a Edu que está Justo detrás de mi.

— No sabía que eras romántica Ash— dice repitiendo la frase que me dijo ayer en la cama.

— Si lo es— dice Jack — sus películas favoritas son las de amor, siempre nos obliga a verlas, a mamá no le gustaban, por eso nunca te dejaba elegir a ti la peli— me quedo algo sorprendida al oírle hablar de ella con tanta naturalidad aunque por otro lado me siento bien, no quiero que eviten hablar de su madre, quiero que la recuerden siempre, y que guarden eso recuerdos como un tesoro.

Edu rompe el silencio ya que yo no me atrevo.

— Ash, ¿quieres ser mi novia?— dice arrodillándose como si me estuviese pidiendo matrimonio, los niños saltan, tiene la anilla de un bote de cocacola en la mano dispuesto a ponerlo en mi dedo, y por muy cliché que pueda resultar este momento, me encanta, porque siempre he sido fan de los chicles.

No puedo evitar echarme a reír mientras asiento, el pone la anilla en mi dedo y me levanta por el aire, mientras los niños aplauden, ósea que podemos decir que somos oficialmente novios.

Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora