Ashley
Después de la llamada tuvimos que volver rápido al campamento, el hijo de Luis había teniendo un accidente y estaba ingresado nada grave gracias a dios, pero necesitaba alguien de confianza que se hiciese cargo del puesto y era yo.— Voy a echarte de menos— dice Edu poniendo su mano sobre mi mejilla— otra vez separados— me parece tan tierno, beso sus labios.
— Está vez no será mucho tiempo, después de estar separados un año esto no te parecerá nada— le consuelo — aunque yo también voy a echarte de menos.— me rodea la cintura con sus brazos, y yo me acomodo en su pecho, hasta que el ruido de un coche hace que nos separemos.
— Iba a decirte que te vinieses conmigo a la gira de Estados Unidos—confiesa— por eso te invite a esa cita especial.
— Lo siento... no creo que pueda ir.
— No importa, te necesitan— me besa la frente— hasta el lunes
— Hasta el lunes— digo subiendo al taxi, le miro desde la ventanilla del coche, me despide con la mano y yo imito el gesto, no quiero separarme de él...
Alejandro
Me separo lentamente de ella, mi mano sigue en su mejilla y sus ojos aún están cerrados como si tuviese miedo de abrirlos y que lo que acabamos de hacer fuese un sueño y no la realidad, pero por suerte o desgracia ha pasado, y es uno de esos pequeños actos que sabes que van a cambiar tu vida, eso que se conoce como efecto mariposa, toda tu vida puede cambiar si tomas una decisión distinta aunque no parezca importante. A lo largo de mi vida he pensado mucho en este efecto y he deseado volver a atras para cambiar muchas cosas y comprobar que hubiese pasado, si la vida hubiese sido diferente, pero en este momento no cambiaría nada de lo que he vivido, porque todo me ha traído a este preciso instante y aunque seguramente esto no acabe bien, prometo no arrepentirme de nada.— Eso no me lo esperaba— dice abriendo los ojos por fin, intensificando mis sentimientos, porque la diferencia entre la realidad y un sueño, es que las mariposas en el estomago no se pueden controlar y ahora mismo moles de mariposas revoloteaban en mi interior.
— Yo... no se lo que me ha pasado la verdad, lo siento si no es lo que querías.
— No te preocupes, creo que es exactamente lo que quería— eso me hace sonreír, pero sonreír de verdad, hacía tiempo que no me sentía tan vivo. Así que vuelvo a besarla, con el objetivo de alargar un poco más esta sensación de euforia.
Su boca me recibe alegremente ya que puedo notar su sonrisa cuando nuestros labios vuelven a unirse.
— Mjum— alguien nos interrúmpe, rompiendo definitivamente la magia que nos envolvía— ¿pueden apartarse por favor?— al parecer nos hemos movido hasta el paso a una escalera, rápidamente nos disculpamos y nos movemos avergonzados.
— Que corte— dice ella llevándose la mano a sus labios.
— La verdad es que si—yo sí que me he quedado bastante frío — creo que será mejor que nos vayamos ya— digo adelantándola, porque me siento bastante avergonzado de mi comportamiento, esa llamada de atención me ha sentado como un jarrón de agua fría, me estoy comportando como un adolescente y no lo soy.
—¿Puedes ir más lento?, por si no te has fijado mis piernas son bastante más cortas que las tuyas— lo dice casi gritando ya que la distancia que nos separa es bastante más grande de la que pretendía dejar.
— Lo siento es que...
— Lo olvidamos y ya — dice rápidamente— no quiero romper nuestra amistad.
—¿Que? Claro que no vamos a olvidarlo, besarte es una de las mejores cosas que me ha pasado en estos últimos años, siento haberte dado esa impresión, pero me he puesto algo nervioso, me siento como un adolescente después de dar su primer beso— me rio nerviosamente, ella me imita.
Isabel
—Pues deja de pensar y solo déjate llevar.— debo confesar que cuando me he visto salir a esa velocidad pensaba que no iba a querer volver a verme nunca más, pero sus palabras me han aliviado.
— Si de verdad nos dejásemos llevar creo que acabaríamos en mi casa— me sonrojo automáticamente.
— ¿En tu casa?,¿para que?—trato de seguirle el juego.
— ¿Quieres descubrirlo?— me tienta, y yo me siento muy tentada, pero no puedo ignorar el hecho de que acaba de salir corriendo casi literalmente.
— Creo que deberíamos digerir lo que acaba de pasar antes de hacer cualquier otra cosa— intento hacer lo más sensato.
— Si, creo que tienes razón, ves lo que te decía de mi yo adolescente...— ambos reímos. — vamos te llevo a casa.
Nunca pensé que día acabaría asi, igual que nunca pensé que podría llegar a gustarle, es decir, le pille mirándome de forma extraña alguna vez pero no pensé que de verdad se fijaría en mi, pero bueno la vida siempre te acaba sorprendiendo y no seria la única sorpresa del día.
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Fuera de juego || Eduardo Camavinga (1 y 2 parte)
RomanceUna prestigiosa abogada que no cree en el amor, hasta que uno de los futbolistas más reconocidos del país se cruza en su camino. Dos mundos totalmente diferentes y condicionados por el que dirán. Una historia de amor o desamor, ¿te atreves a descub...