Capítulo 25.

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Poché

Estaba nerviosa, estábamos esperando a los papás de Diana.

—María José cálmate por favor, todo estará bien lo prometo—

—¿Segura que él no reaccionará mal?—

—No, estoy segura—respondió y me tomó del rostro—Mírame, y aunque no lo acepte eso no cambiará nada porque yo ya elegí—

—Eso no me ayuda Diana—ella sonrió y me abrazó, la pegué más a mi cuerpo para calmar mis nervios—Me gusta tu olor—

—A mi me gustas tu—respondió y no pude evitar sonreír. Junté nuestras frente y luego nuestros labios, me gustaba el sabor de sus besos. El timbre sonó y mis nervios volvieron incluso más—Mamá entra—ella entró y me sonrió.

—Hola ¿estás nerviosa?—me dio un beso en la mejilla.

—Demasiado—

—Raúl no muerde—

—Eso espero—dije y el timbre volvió a sonar era él.

—Hola pa' entra por favor—él entró y se me quedó viendo confundido.

—Buenas noches—saludó a Lina y luego a mi—¿María José verdad?—

—Sí señor mucho gusto—nos quedamos unos segundos en silencio hasta que Diana habló.

—¿Pasamos al comedor?—

—Sí vamos, muero de hambre ¿tu cocinaste?—

—Ee sí, yo lo hice—

—Pues entonces estará exquisita la comida—ellos tomaron su lugar y yo a la par de Diana, ella tomó mi mano debajo de la mesa y se lo agradecí.

—Antes de empezar a comer me gustaría saber el motivo—habló él—No soy bobo ¿qué está pasando?—

—Papá... —apreté su mano en señal de que me dejara hablar a mi y ella asintió.

—Lo que pasa señor es que, planeamos esta cena para... —

—¿Embarazaste a mi hija?—se levantó rápido de su asiento que en cuestión de segundos la tenía cerca de mí agarrándome del cuello de la camisa.

—¡Papá! ¡Suéltala por favor!—

—Dime que no es eso—gritó furioso.

—No papá—

—Raúl suéltala, no es nada de eso—él aflojó su agarré y luego me soltó, volvió a su lugar y nos vio atento.

—¿Entonces? ¿Para qué es esto?—preguntó ya mas relajado.

—Ee...es  pa...para pedirle permiso para poder salir con Diana—dije nerviosa después de lo que pasó.

—¿Entonces es verdad? ¿Daniela Calle y tu se divorciaron?—asentí rápidamente. 

—Nos divorciamos hace un poco mas del año, sé que esto es raro para usted pero le prometo que mis intenciones con Diana son sinceras, ella me ha devuelto la alegría y... quisiera poder estar con ella con el permiso de ambos—ellos se voltearon a ver.

—Diana ¿le dijiste?—ella bajó la mirada.

—Aún no, pero lo haré pronto—respondió ella, no estaba entendiendo.

—¿Pensé que ya lo habías hecho?—dijo ahora Lina.

—Perdón ¿qué tengo que saber?—pregunté confundida.

—Déjenme hacerlo a solas por favor, es un tema delicado para mí—ellos asintieron.

—Bien, pues... perdón por lo que acaba de pasar, pero debes entender que es mi hija y con respecto a tu petición, tienes mi permiso, siempre y cuando respetes a Diana en todo sentido y por encima de todo—

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