Capítulo 58

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Poché

Cuando Daniela regresó del baño ya todas estábamos relajadas por el plan que a mi adorada hija se le ocurrió.

-Siéntate por favor Dani ya te sirvo- le dije y ella asintió.

-¿Cuánto falta para que nazca mi hermanito?- le preguntó mi hija.

-Falta mucho todavía Dianita, a penas tengo mes y medio y son nueve-

-Ahh, cuando nazca voy a jugar con él o con ella a los resbaladeros-

-Para eso falta aún más, pues cuando nacen ellos solo necesitan cuidado, mayormente solo duermen, comen y hacen popo- dije y ella hizo cara rara.

-Los bebé no son divertidos-

-Sí lo son, puedes acariciarlos  y ellos prestan mucha atención a lo que sus mayores dicen o hacen y tú mi osito panda eres su hermanita mayor- Daniela me veía con ternura y eso era punto a mi favor.

-Entonces seré la mejor hermana mayor- sonrió -¿Mami mi hermanito también será un osito panda?-

-Solo si Dani acepta que lo llamemos así- la voltee a ver y ella sonrió.

-Por mi encantada, mientras yo sea la otra mamá panda- sentí una alegría muy grande cuando dijo eso.

-Pues bienvenida al club de los pandas- dije y ella empezó a comer, Dianita me guiñó el ojo y yo solo sonreí por la complicidad de mi hija.

Tuvimos una cena muy amena y debo confesar que el plan de mi hija y Lupita había funcionado al menos por hoy.

-Gracias por todo, me tengo que ir-

-Ya vengo mi amor, voy a ir a dejar a Dani- le di un beso en su frente -Cuídala Lupita-

-No se preocupe señora y si quiere se puede quedar allá- me dijo en voz baja. Negué con una sonrisa y salí con Daniela hacia el apartamento.

En todo el camino no dijimos nada, solo que esta vez no era un silencio incómodo mas bien fue uno lleno de paz, de tranquilidad.

Llegamos a su edificio y ella no se bajaba.

-¿La vas a ir a conocer?- preguntó.

-¿A quién?- pregunté confundida.

-A la mujer que mencionó Dianita- dijo sin verme, quise reírme pero me aguanté.

-Mmm no sé tal vez, debe ser una mujer muy agradable si le cayó bien a mi hija- ella solo asintió y se bajó del carro molesta. Caminó a paso rápido así que la seguí.

-Ey ¿Qué pasa?- justo se iba a subir al elevador.

-Nada, hablamos mañana- se subió pero fui más rápida y me subí con ella -Poché vete por favor-

-No me voy a ir hasta que aceptes que estas celosa- la vi de forma retadora.

-Ja ¿Celosa? Por supuesto que no- el elevador llegó a su piso y nos bajamos, ella abrió la puerta y entonces la acorralé en la puerta.

-Dime que te mueres porque te bese como yo me estoy muriendo por hacerlo- su respiración se volvió agitada.

-No, no me estoy muriendo por eso- su mirada se dirigió a mis labios.

-Si lo estas haciendo, te conozco Daniela Calle, te conozco incluso mas que a mi misma- apreté su cintura y sentí como su cuerpo tembló.

-Po... Poché suel... suéltame por favor-

-No quieres que haga eso, lo que quieres es que te toque- apreté mas su cuerpo junto al mío -Que te bese, que te abrace, quieres sentir mi calor junto al tuyo, quieres ser mía como yo quiero ser tuya- sus ojos no dejaban de ver mis labios, los humedeció y entonces supe que era el momento.

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