Capítulo 21.

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Poché

Ella estaba aferrada a mis brazos, su respiración estaba agitada, su cuerpo temblaba por el miedo que sentía, así que lo único que hice fue abrazarla a mi cuerpo para tratar de calmar su temor.

—Tranquila, todo está bien—sentí mi hombro mojarse por sus lágrimas—Shsh ya pasó—le decía, empecé acariciar su cabello, no me importó estar a media calle con ella entre mis brazos.

—Gracias por llegar a tiempo, tuve mucho miedo—sollozo.

—Está bien tranquila, debemos irnos—me puse de pie y la ayudé hacer lo mismo—¿Vienes en auto?—pregunté y ella asintió.

—No me siento bien para manejar—

—Yo te llevo, solo me dices tu dirección—ella asintió y me guió hasta su auto, le abrí la puerta del copiloto para que subiera, puse su cinturón y volví a cerrar, subí al lado del conductor, iba arrancar pero mi celular sonó, era Gonzi quien llamaba.

Llamada

—Dime Gonzi—respondí.

—¿Cómo que dime Gonzi? ¿Dónde estás? Te fuiste solo a responder una llamada y no volviste ¿estás bien?—tenía razón al estar molesto.

—Perdón bebé—ella no quitaba su mirada de la ventana—pero encontré a una amiga así que me vine con ella, perdón por no avisarte—

—Uuyy ¿pochesito come esta noche?—preguntó de forma pícara y yo solo negué.

—Tan bobo, pero bueno te hablo mas tarde—

—Dale bebé pero dale duro contra el muro—sonreí y mejor terminé la llamada.

Fin de la llamada

—Lo siento, era un amigo—

—No te preocupes—me susurró.

Arranqué el auto y seguí la dirección que me puso en el GPS, llegamos a un edificio bastante grande, se podía ver lo lujoso que era.

—¿Me acompañas por favor?—pidió así que no lo pensé mas y entré con ella.

—Buenas noches señorita Diana—saludó el portero.

—Buenas noches—saludó ella y nos adentramos al ascensor. Entramos y sí que era espacioso, creo que es el triple de grande que el mío—Gracias por todo María José—dijo sentándose en el sofá.

—No tienes nada que agradecer, hice lo que pude pero ¿qué hacías tan noche sola?—me vio con pena.

—Es muy vergonzoso si te lo digo—dijo tomando su cara entre las manos lo cual me pareció tierno.  

—Mírame soy yo, no tienes que sentir vergüenza conmigo—dije quitando sus manos para que me viera.

—Teestabasiguiendo—dijo tan rápido y en un susurro que no logré entender.

—¿Qué cosa?—pregunté confundida.

—Que te estaba siguiendo—ahora si entendí y me sorprendió mucho su respuesta.

—¿Me estabas siguiendo? ¿Pero cómo por qué?—

—Yo estaba ahí y te vi llegar con tus amigos, quise acercarme pero te vi muy a gusto con una de ellas, bailaron toda la noche, cuando iba a salir nosotros también pero me quedé al ver que tu te quedabas y pensé "ahora si voy hablarle" pero te vi con esa otra chica bailar nuevamente así que decidí que era mejor irme , sin embargo cuando salí ese tipo se acercó a mí y me atacó, y agradezco el que tu llegaras porque no sé qué sería de mi—sonreí por lo que dijo así que me acerqué a ella y la abracé.

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