Capítulo 44

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Poché

Caí al suelo por el golpe que me dio Raúl, no entendía nada, quiso atacarme otra vez pero Diana no lo dejó, vi a Lina y solo tenía cerrados los ojos mientras negaba, Vale me ayudó a levantarme, ella estaba igual de sorprendida y confundida que yo.

—Te voy a matar—decía Raúl muy enojado.

—Papá por favor cálmate—Diana lo agarraba con fuerzas.

—Ahora mismo buscamos una clínica y abortas a ese bebé—

—No papá, eso no pasará—dijo Diana.

—Claro que si, no podemos perder el tiempo—

—¡Basta!—grité—Me explican todo este alboroto—

—Eres una maldita eso es—

—Basta Raúl—habló Lina nerviosa—Poché no lo sabía—al momento de decir eso Raúl se calmó y Diana bajó la cabeza—¿No se lo dijiste verdad hija?—

—¿Decirme qué?—estaba muy confundida—Diana ¿qué no me dijiste?—sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Dijiste que habían hablado ¿Por qué no lo hiciste?—preguntó Raúl ahora.

—Diana ¿qué tengo que saber?—sus lágrimas salieron al igual que las de ellos dos.

—Diana tiene insuficiencia renal, el doctor le dijo que si en dado caso quedara embarazada su vida como la del bebé correrían peligro—contó Lina y Vale y yo nos quedamos en una especie de shock, mis lágrimas empezaron a salir ¿por qué Diana no me contó esto?

—¿Por qué no me lo dijiste?—pregunté por fin, ella volvió a bajar la cabeza—¿Diana por qué?—grité.

—Quería estar contigo como una pareja normal, sabía que si te contaba ni siquiera me pondrías un dedo encima, te conozco María José—

—Por supuesto que no lo haría, te cuidaría lo mas que pudiera, tu papá tiene razón hay... hay que hacer algo, no puedo perderte—

—No—dijo rápido y decidida—Ninguno de ustedes toca a mi bebé, por algo que dieron la oportunidad de quedar embarazada, así que no lo voy a lastimar—

—Entiende que tu vida está en peligro—dijo Raúl.

—Pues daré mi vida por él o ella—

—No puedes hacer eso, no me puedes dejar sola—dijo con miedo.

—Mi amor—se acercó y me tomó del rostro—Es nuestro hijo, fruto de nuestro amor, no podemos hacerle daño, eres consciente que nunca hicimos el amor sin cuidarnos, y eso lo tomo como una señal, señal de que nuestro hijo merece vivir—

—¿A qué costo?—dije sollozando.

—Amor una vez te dije que mi mayor sueño era ser madre y puedo tener esa oportunidad, lamento no decirte la verdad pero ya está, nuestro hijo está aquí—llevó mis manos a su vientre—Nuestro hijo está aquí en mí y no lo voy a lastimar, y me harías la mujer mas feliz del mundo si estas conmigo en este proceso pero si no puedes tampoco te voy a obligar—mis lágrimas bajaban al igual que las de todos los que estábamos en este lugar.

—No te quiero perder—dije.

—No lo harás—sonó tan firme que solo la vi a los ojos, agarré con fuerza su cintura y la besé.

—Te amo, por favor prométeme que toda estará bien—

—Así será mi amor—volteamos a ver y Raúl salió del apartamento, Lina solo nos abrazó a las dos.

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