Capítulo 31.

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Daniela

Entendí que no estoy bien, que algo pasa, no sé con exactitud el qué pero no pienso seguir haciéndole daño a ella, ella merece a alguien que esté cien por ciento segura de lo que siente, y yo soy inestable.

Me fui a despedir de ella, seguramente no la volveré a ver por mucho tiempo o eso creo yo, nadie sabe las cosas del destino, siempre me imaginé vivir mi vida a su lado, éramos la pareja más feliz del mundo, me imaginaba tener hijos con ella, envejecer con ella, ahora me parece imposible hacerlo y ni siquiera logro ver con exactitud lo que será mi vida, es como si el dicho "vive el presente" lo estuviera aplicando muy literal pues, ni siquiera sé lo que haré mañana.

Hay algo raro en mí que no logro entender.

—¿Estás segura de lo que quieres hacer?—preguntó Manu ante mi decisión.

—Muy segura, necesito entenderme, saber lo que me pasa, es agotador no tener claros mis pensamientos y mucho menos mis sentimientos—dije frustrada.

—Pues al final me parece una excelente decisión, estoy segura que te hará bien tomarte este descanso con tus papás—dijo y asentí.

—Se lo comunicaré a Esteban, lo haré antes de irme de gira—ella asintió y salí con mis cosas, el festival había terminado.

—Hola hermosa, nos vamos—me dio un pico y tomó mis maletas.

—La próxima semana viajaré a Colombia—dije y él me vio confundido.

—¿A qué irás? La gira se acerca Dani, no creo que Estaban te deje ir—

—Para la gira aún falta y no hay ningún otro compromiso—

—¿Te parece poco ensayar?—preguntó con ironía.

—Quiero pasar unos días con mi familia David eso es todo—dije y él se quedó en silencio.




Diana

—¿Puedes calmarte?—me regañaba Juana.

—No puedo, no hasta que la vea venir por ahí caminando hacia mi—respondí y ella rodó los ojos. No podía dejar de dar vueltas, me parecía que las horas iban demasiado lentas.

—¡Allá está!—dijo Juana y voltee pero inmediatamente se empezó a reír.

—No es gracioso Juana—le reclamé y la vi seria.

—Ya está bien, pero en serio relájate, ya nos informaron que el vuelo se retrasó es todo—no le respondí y solo seguí haciendo lo mismo.


Poché

El vuelo iba retrasado, me moría de ganas por llegar, no soy muy fan de los aviones me generan ansiedad.

—Pasajeros abrochen sus cinturones de seguridad vamos a aterrizar—se escuchó que informaron, cerré los ojos. Y cuando loa volví abrir ya el avión no se movía.

—Nunca me imaginé que la chef Garzón le tuviera miedo a los aviones—escuché que dijo la persona que venía a mi lado.

—¿Perdón?—no sabía quien era.

—Perdón por mi imprudencia pero en cuanto entré al avión la reconocí, solo que no fui capaz de hablarle—estaba sorprendida.

—¿De dónde me conoce?—

—La vi por televisión, concurso en Cartagena—asentí, parece que ese programa si me hizo conocida.

—Pues ahora ya lo sabe, solo no de esa información por favor—dije y ella rió.

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