Capítulo 36.

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Daniela

Estúpida niña esa, se había atrevido a decirme todas mis verdades, que aunque me dolieran sabía que era cierto omitiendo por supuesto el hecho de que me haya metido con David por dinero, me enrollé con él por atracción pero no por el hecho de ser rico, jamás me interesó el dinero de lo contrario jamás me hubiera metido con Poché sabiendo que ella no lo tenía.

Salí del lugar hecha una furia,saber que ahora es a ella a quien Poché toca, acaricia y le hace el amor me tiene mal, siempre imaginé que sería la única en su vida pero luego recordé lo que hice y sentí un nudo en la garganta, ahora entendía el profundo dolor que debió sentir ella al encontrarme follando con David y aún siendo esposas. En cuanto salí del lugar varias personas se acercaron a pedir autógrafos y fotografías conmigo, me amaban y eso de alguna manera me reconfortaba, decidí que le daría una visita a mi padre, hace mucho que no iba a la empresa. Pero cuando estaba a punto de entrar me arrepentí de inmediato, no estaba como para tener que soportar que tanta gente me hablara, así que arranqué de nuevo el auto y me fui a la casa.

Llegué y me pareció raro el silencio que había.

—¿Sabes dónde está David?—le pregunté a una de las trabajadoras.

—Salió con la señora Mafe—fruncí mi ceño últimamente pasaban bastante tiempo juntos.

—¿Dijeron a dónde iban?—volví a preguntar.

—No señorita, solo salieron—asentí y subí a mi habitación, me sentía aburrida, sin ganas de nada.

Me levanté y tomé mi traje de baño, para ir a la piscina, me quería relajar, sin embargo a penas toqué el agua escuché gritos por toda la casa hasta que vi a la persona que los provocaba, mis ojos se centraron en ella y ella en los míos, pero su mirada era fría y se veía bastante furiosa.



Poché

Estaba en mi hora de almuerzo cuando mi celular empezó a vibrar, al principio lo dejé pasar pero sentí que lo volvía hacer, así que vi y era Juana, respondí de inmediato.

Llamada

—Dime Juana—dije.

—Diana está mal, no ha dejado de llorar y no me dice nada—me alarmé de inmediato.

—¿Dónde están?—me puse de pie y empecé a caminar a la salida, sin importarme dejar el trabajo.

—La estoy llevando al apartamento, parece como metida en un shock grande, solo llora y no dice nada—

—Voy para allá—

Fin de la llamada

Salí corriendo, afortunadamente ya tenía el auto así llegaría mas rápido.

Minutos después estaba bajando y subiendo hacia su piso, mis manos sudaban por los nervios ¿Qué pasaría? Toqué el timbre y de inmediato la puerta se abrió dejándome ver a Juana con cara de preocupación.

—¿Dónde está?—

—En la habitación, espera—dijo al ver que iba para allá.

—¿Qué?—le dije.

—Creo que tiene que ver contigo—fruncí mi ceño.

—¿De qué hablas?—estaba confundida.

—Estábamos bien, fui a comer y se levantó para ir al baño, tardó mas de lo que debía así que me levanté para ir a buscarla pero en cuanto iba a entrar una mujer salió echando chispas de ahí y... pude reconocer que se trataba de tu ex—eso me sorprendió—entré de inmediato y la encontré llorando con su mejilla roja producto como de un golpe—mi corazón empezó a latir con fuerza—Le pregunté lo que pasaba pero simplemente no dijo nada y sigue sin decirlo—

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