Capítulo 32.

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Diana

Aún no podía creer lo que había pasado, me había entregado a ella y fue de las mejores experiencias de mi vida, nunca pero nunca me voy arrepentir de haber esperado tanto para tener mi primera vez, aunque me perdía de mucho como decía Juana pero estoy segura que nadie se compara con ella, María José me hizo su mujer de manera mas linda del mundo, me sentí amada, respetada, protegida y deseada al mismo tiempo, me sentí una mujer completa al estar entre sus brazos.

Desperté siendo la mujer mas afortunada del mundo, ella aún seguía dormida, detalle su rostro, era hermosa y su forma de ser aún mas. Escuché el sonido de un celular y me levanté con cuidado para ver cual era.

Llamada

—Hola—respondí bajito al ver que era el mío.

—Dime que follaste con la mamasita de Poché—rodé los ojos, Juana como siempre.

—¿Por qué te interesa tanto?—

—Porque necesito saber que dejaste de ser virgen, Diana eres la única mujer a esta edad que lo eres—

—No lo puedo creer, además estoy segura que hay mas mujeres igual que yo—

—No te creas, pero dime lo hiciste—me quedé en silencio por unos segundos y ella gritó—¡Ahaha! No lo puedo creer si lo hiciste—

—Juana me vas a dejar sorda—le reclamé.

—¿Cómo fue? ¿Te gustó? ¿Poché folla bien? Cuéntame todo—

—No te voy a dar detalles, conformate con saber que si lo hicimos y que fue lo mejor que me pudo haber pasado—confesé y en ese momento sentí sus brazos rodear mi cintura.

—Me tienes que contar Diana, soy tu mejor amiga—

—Estamos ocupadas Juana, te habla después—le dijo María José y cortó la llamada.

Fin de la llamada

Me dio la vuelta y me besó con pasión.

—Te necesito—me susurró y para esta hora ya estaba mojada.

—Pues tómame—respondí y me cargó para llevarme a la cama—Espera—dije cuando estaba a punto de penetrarme.

—¿Qué pasa?—no sabía como decirlo.

—Pasa que yo... este—

—No sientas pena dime lo que sea—me sonrió y me dio seguridad.

—¿Ti... tienes condones?—me vio atenta—Quisiera que... lo hiciéramos con condón para... —me dio un pico y sonrió.

—Tranquila te entiendo, pero debemos esperar entonces—se levantó con su gran erección.

—¿Por qué?—pregunté confundida.

—Pasa que hace mucho no tenía relaciones sexuales y pues no tengo, pero no te preocupes voy a comprar—

—¿Con ella no utilizabas?—

—No, ella tenía un parche anticonceptivo—respondió.

—¿Son seguros?—

—En ella funcionó, pero tranquila no tengo problema en usar condón, al contrario me gusta que hables conmigo y seas honesta—sonreí—¿Nos bañamos?—asentí y me fui con ella a la ducha, obviamente no pasó nada pues no confiaba en otro método que no fuera el condón y quería vivir mas cosas con ella así que todo a su tiempo.







Poché

Me sentía la mujer mas afortunada del mundo al llevar de la mano a Diana, siento que por fin todo se está acomodando y que por fin puedo ser verdaderamente feliz.

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