Aurora Walker, una joven de 19 años, es de la familia más multimillonaria de Londres, pues su padre es un gran empresario, con múltiples negocios por todo el mundo. Hasta que un día la mujer es secuestrada.
El secuestrador resulta ser el jefe de la...
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Aurora Walker
La boda se transformó en aquello con lo que había soñado algún día. Era extraño tener la boda de mis sueños con el hombre que odiaba. El sol se oponía sobre el mar, y permitía que las palmeras y los demás árboles brillaran a la luz del sol. Las flores blancas brillaban a la radiante luz del atardecer. Los invitados van vestidos con total extravagancia. Las tradicionales mesas están al rededor de la pista de baile y otras junto a jardines de flores. Hay mesas alineadas junto a la barra de bebidas, cubiertas de manjares y banquetes.
El hermano de Brian, James y Noah se acercaron.
- Felicidades, Brian. En hora buena - dijo James abrazándolo. - Felicidades, señor y señorita Aurora... - Señora O'Conner, Noah, a partir de ahora señora O'Conner - dice Brian sonriendo, mientras abraza cortésmente a Noah.
Me quedé de pie rígida tratando de evitar la mirada devoradora de William que me recorría el cuerpo. Brian se percató enseguida y me rodeó la cintura con el brazo, pegándome a él. Suspiré, irritada.
- Vayan a beber algo, caballeros. Noah, tienes la noche libre.
Los chicos sonrieron y se encaminaron hacia la barra.
- Suéltame. Hice todo lo que querías, solo quita tus manos de mí - murmuré con rabia. - Eres mi esposa, Aurora. Harás todo lo que yo te diga. Aún no acaba la noche, cariño, así que sigue sonriendo con ese hermoso rostro - susurra en mi oído y me estremezco delicadamente. - Para ser una boda falsa hiciste parecer que todo es real - digo observando el lugar. - Pues vas a tener que disfrutarlo - me dice.
Al pasar de un rato llegan personas nuevas, Brian me obliga a saludarlos, intercambiamos nombres y una ligera conversación. Al parecer, todos creen que los recién casados se aman, pues no dejan de vernos con adoración.
O'Conner me mantiene sujeta a él todo el tiempo. Somos la atracción de la fiesta que nadie quiere perderse. Actúo como si estuviese encantada, a pesar de que toda esta gente no me interesa para nada, no son más que estúpidos mafiosos.
- Oh, Brian, la boda es espectacular - susurra una mujer con el cabello negro, hermosa, morena y bajita, avanza para abrazar a Brian.
A su lado habían dos personas que me miraban fijamente con abierta curiosidad. Una mujer tenía el pelo largo, de un castaño claro, ondulado, con cuerpo delgado y escultural, parecía modelo. Y su acompañante era calvo, moreno, fornido y musculoso. Los tres eran tan atractivos.
La morena de cabello negro seguía reteniendo a Brian.
- Gracias, Letty. - O'Conner, te hemos extrañado - susurra el tipo musculoso y abraza fuertemente a Brian. Cuando lo suelta, él ríe entre dientes. - ¡Dom! No creí que vendrías, hermano. - Nunca me perdería un momento como este. No dos veces se casa Brian O'Conner. - Eras más atractivo soltero - susurra la chica de de cabello castaño, la que parece ser sacada de una revista. - Cuánto tiempo, Gisele. Luces magnífica.
