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Aurora Walker

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Aurora Walker

Los escalofríos, el dolor de cabeza y unas ganas violentas de vomitar me despiertan; jadeando, abro los ojos. La luz del sol golpea mi vista con fuerza, obligándome a entrecerrar los ojos y poner mi mano sobre ellos, cubriéndo mi rostro. Lo primero que veo es un balcón frente a la gran cama. Las puertas de cristal con cortinas grises están abiertas, dejando ver la maravillosa vista frente a mí.

Eso me confunde. Mi habitación no tiene este balcón tan espectacular enfrente, sino más bien a un lado de la cama. Este no es mi cuarto. ¿Dónde carajos estoy? Inclino mi cabeza y veo un brazo musculoso al rededor de mi cintura. Siento un aliento cálido en la piel de mi cuello. ¡Mierda! Aterrada giro mi cara lentamente para mirar y lo veo a él. Brian está enroscado sobre mi cuerpo: la cabeza enterrada en mi cuello, reposada sobre mi pecho, el brazo al rededor de mi cintura y una pierna entre las mías.

Las sábanas de seda gris cubren su cintura hacia abajo. Me reviso con las manos temblorosas y noto que tengo su camisa de la noche anterior. Miro a mi al rededor y hay ropa nuestra tirada por doquier. Oh, no. ¿Qué he hecho? ¿Qué diablos pasó? Lo último que recuerdo es que después de que Dom se marchara Letty y yo charlamos durante un par de minutos acerca de Brian, ella salió y todo lo demás es borroso. ¿Por qué carajos tuve que venir a la habitación de Brian? Si quisiera alcohol lo hubiera encontrado en cualquier parte de la mansion, sobre todo en su despacho. ¿Acaso busqué una excusa para tenerlo cerca? ¡¿POR QUÉ LO HICE?! Solo recuerdo desmayarme de lo ebria que estaba.

¡Arg! ¿Tuvimos sexo? Honestamente, no creo que Brian me haya echo nada estando tan borracha, ¿oh si? Me levanto cuidadosamente de la cama y camino a puntillas en busca de mi camisón. ¿En dónde está? Si tuvimos sexo debe estar por aquí. La idea me estremece. No puedo salir con la camisa de Brian y nada debajo. Con todo el silencio del mundo corro hasta la puerta e intento abrirla.

- ¿Intentas escapar esta vez?

Su voz me hace dar un brinco. Me giro, y para mi sorpresa, está sentado, apoyándose sobre los codos y me mira, con el ceño fruncido. Se ve tan guapo. Dios, odio lo mucho que me resulte atractivo.

- ¿Qué sucedió anoche? - pregunto con voz baja, tímida. Me muero de vergüenza.
- No lo sé, cuando llegué a mi habitación tu ya estabas aquí, bebiendo mi botella favorita de Whisky - me contesta serio.

Intento tragar pero mi garganta está seca.

- Tú... yo... ¿No habremos...? - tartamudeo. Me mira alzando una ceja y me pongo más roja que nunca. Me miro las manos.
- Aurora, podré ser un imbécil, pero no es lo mío acostarme con mujeres inconscientes - me contesta secamente.

Sin dudarlo, le creo.

- ¿Cómo te encuentras? - pregunta con algo extraño en la voz.
- Estoy bien, creo... - dije asombrada.

Podría jurar que Brian me odiaba, pero estaba tan agradecida de su cortesía al cuidar de mí y no aprovecharse de eso.

- Descuida, Aurora, vomitaste y tuve que bañarte, me robaste un par de besos pero... - sus labios esbozan una sonrisa divertida y burlona.

𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora