𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫

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Aurora Walker

Brian grita y gime desesperadamente y me doy cuenta de que eso es lo que me ha despertado.

- No - lloriquea - no mamá, no. ¡Papá! ¡Papá no me dejes tú también, por favor! - grita. Está acostado a mi lado, con la cabeza hacia atrás, los párpados apretados y la cara llena de angustia y miedo. Está teniendo una pesadilla.
- ¡No! ¡Mamá! ¡Déjenla! - grita.
- Brian, despierta, shhht - me incorporo con dificultad, apartando la sábana de una patada con fuerza. Me pongo de rodillas a su lado, le sujeto el rostro y lo muevo cuidadosamente.
- ¡MAMÁ, POR FAVOR, SUÉLTENLA! ¡NO!
- Brian, por favor, ¡despierta! - lo tomo por los hombros y lo sacudo.

Abre los ojos de golpe, azules, salvajes y perdidos. Me mira con los ojos vacíos y angustiados.

- Aurora - gimotea.
- Mi amor, estoy aquí, estoy aquí. Era una pesadilla, Brian. Estoy aquí. Estás aquí.

Mira a su al rededor muy nervioso. Sus ojos se encuentran con los míos.

- Shhht, aquí estoy Brian.
- Estás aquí, oh, Dios mío.
- Solo fue un sueño, Brian, todo está bien - le rodeo la cabeza con las manos. Sus ojos arden cuando lo miro y la angustia que veo en ellos es terrible.

Me envuelve con su cuerpo y apoya la cabeza en mi pecho. Le acaricio la espalda con una mano y el pelo rubio con la otra. Suspira y se relaja en mis brazos.

- Nunca había escuchado que tuvieras pesadillas - susurro.
- Por eso no dormía contigo, no quería que lo supieras. He anhelado dormir contigo desde que te conocí pero, no quería asustarte - murmura.
- Oh, Brian - le doy un dulce beso en la frente - estoy aquí, contigo.
- Quiero que te quedes - susurra.
- No iré a ninguna parte, ya te lo dije. Me quedaré contigo.
- No quiero que nada malo te pase Aurora, no quiero perderte a ti también - susurra, abrazándome más fuerte.
- No me perderás - digo con dulzura.

Apoya su frente con la mía.

- Haces que toda esta mierda desaparezca - murmura con voz débil. Le doy un beso dulce en los labios.
- A partir de ahora podrás ir a donde tú quieras, eres libre de irte si así lo deseas, pero si quieres quedarte, por favor, deja que los guardaespaldas vayan contigo, no puedo ponerte en riesgo. Tengo muchos enemigos - se pasa una mano por el pelo.
- Está bien, descuida, no me pasará nada.
- No quiero que vayas a las carreras, ni a lugares peligrosos, por favor.
- Lo intentaré, Brian, estaré bien.
- Aún no sabemos si el cabrón de Dev siga por ahí, así que necesito que estés acompañada siempre. No sé de qué más sea capaz ese idiota - gruñe.
- Si, no saldré sola a ninguna parte.

Suspira y lo peino suavemente con los dedos. Se acerca y me da un beso. Su barba de pocos días me causa cosquillas.

- Esto pica - digo tiernamente mientras acaricio su mandíbula, siguiendo el rastro de la barba y el bigote - Me gusta.
- Tú me gustas, nena - jadea y sin más preámbulos me toma la cara con las dos manos y me besa con pasión. Su lengua me invade la boca.