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Brian O'Conner

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Brian O'Conner

Abro los ojos y recuerdo que no es Aurora la mujer desnuda que está encima de mi. Sujeto a Bethany de los brazos y cuidadosamente la empujo, cayendo a un lado mío. Me mira desconcertada.

- No, no puedo. Vístete y vete - jadeo mientras me siento rápidamente en la cama.
- Brian, ¿qué haces? Nunca me has dicho que no - susurra en un hilo de voz.
- En ese entonces no estaba enamorado - me alejé de ella, me levanté de la cama y me abroché la cremallera.
- ¿Enamorado? Eres un idiota, nunca me has negado sexo. Nunca has sentido amor por nadie - grita, furiosa.
- Por mi esposa si - digo con voz tensa - vístete y sal de aquí.
- ¿Por tu esposa? ¿Por esa maldita hija de puta me has rechazado? - se levanta rápidamente de la cama y me empuja fuertemente - ¡Yo era tu novia! - las lágrimas comienzan a fluir por sus mejillas.
- Eras mi consuelo, Bethany, siempre lo supiste, tú misma me lo ofreciste. Ahora por favor, sal de aquí.

Escucho sus sollozos desgarradores mientras me visto. Carajo, no quiero hacerle daño, pero esto no puede suceder. No puedo fallarle a Aurora.

- Lo sé, tarde o temprano te enamorarías de ella. Estuviste un año observándola, era lógico que sintieras algo al tenerla aquí - solloza.
- Puedes pasar la noche aquí, pero por la mañana regresarás a tus tierras. Iré a mi habitación, no intentes nada estúpido Bethany - ella asiente con la cabeza, con el maquillaje corrido por las lágrimas. Me doy la vuelta y salgo de la habitación para entrar a la mía.

Estuve a punto de cometer un error. No deseo a ninguna otra mujer más que a mi esposa, Aurora. Si quiero que permanezca a mi lado tengo que dejar de ser un cabrón. Me acuesto en la cama y me dejo caer en un sueño profundo.

~

A la mañana siguiente me levanto y me doy una ducha rápida para poder seguir con mis reuniones y poder regresar lo más pronto a casa. Extraño a Aurora y necesito verla ya.

- - Brian, cariño, sal de la ducha, creo que Letty está al teléfono - escucho la voz amortiguada de Bethany detrás de la puerta. ¿Qué carajos hace aquí? ¿Con quién habla?

Cierro la llave y envuelvo mi cintura con la toalla. Salgo corriendo y veo a Bethany acostada en mi cama con mi teléfono en su mano.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí? Ya deberías haberte ido. Dame mi teléfono. ¿Quién ha llamado? - pregunto irritado.
- No lo sé - murmura.
- Letty nunca llama por ese número - susurro.

Oh, mierda. Fue Aurora. Aurora es quien ha llamado. Sujeto a Bethany del brazo y la arrastro por la cama hasta levantarla a tropezones.

- ¿Por qué carajo contestaste? ¿Qué demonios le dijiste? ¿Sabías que era ella?
- Oh, Brian. Nunca te dejaré ser feliz con ella. Ahora si, me iré de aquí. Deberías llamar a tu esposa, pudo haberse imaginado cualquier cosa - dice divertida y sale rápidamente de la habitación moviendo sensualmente sus caderas.

¡Carajo! Aurora debe creer que la he engañado. Cuando regrese a casa se lo explicaré todo. Me visto rápido y bajo al salón principal para reunirme con James, William y mi personal. Discutamos algunas formas para atrapar a Walker y dejar fuera a Christian, sin que se interponga en mi camino y me arrebate a mi mujer. Al cabo de un rato suena mi móvil y el número de Noah aparece en la pantalla. Salgo de la mansión para poder escucharlo mejor.

- Lamento interrumpirlo, señor O'Conner - hay ruido de fondo y suena como si estuviera en una fiesta o un bar.
- ¿Qué es ese ruido, Noah? Se supone que tendrías que estar cuidando la casa - murmuro.
- Estoy en uno de sus clubes con Letty y... con su esposa.

Una oleada de furia, angustia y miedo me recorre todo el cuerpo. Mierda. ¿Por qué carajos se ha ido a un puto club?

- ¡¿QUÉ?!
- ¡QUE BRIAN SE VAYA AL DIABLO! ¡WAU! - grita Aurora de fondo. Puedo escucharla a pesar del ruido de la música. La angustia estalla en mi vientre. Y se que está borracha, pero necesito asegurarme de que esté bien. En mis clubes hay personas peligrosas, si no saben que es mi mujer podrían hacerle algo.
- ¿En dónde están Noah? Carajo. Te di órdenes muy exactas. Mándame en cuál de todos mis malditos clubs están. En un par de horas estaré allí. Más te vale que cuides bien de mi mujer y de Letty - y cuelgo.

Me quedo mirando el móvil. Quizá haya hecho todo esto porque creyó que estaba con otra mujer. Quiere desafiarme. Es una mujer joven, borracha, hermosa, en algún lugar de Los Ángeles, rodeada de posibles personas peligrosas. No está segura.

- ¡JAMES! - grito. Me pellizco el puente de la nariz con la vana esperanza de que esté lo más pronto posible en Los Ángeles. No quiero perder el control.

No me lo puedo creer. Ella se ha ido a un lugar en donde exactamente le pedí que no fuera.

- Brian, ¿qué sucede? - dice agitado mientras sale corriendo de la casa.
- Prepara el Jeet. Tengo que volver a casa y asegurarme de que mi mujer esté a salvo.
- ¿Desde cuándo te interesa el bienestar de la hija de tu enemigo? - me mira como si no estuviera creyendo lo que acabo de decir.
- ¿Quieres venir? No tengo tiempo.
- Por supuesto. Sube a la camioneta, te llevaré a la pista.

Noah no me responde ninguna de las llamadas. ¿En cuál de todos mis putos clubes estarán? Me meto en la camioneta mientras James conduce a gran velocidad. Llamo a mi abogado Harry y su voz áspera me contesta al cabo de unos segundos.

- Señor O'Conner, ¿puedo ayudarle en algo?
- Necesito que envíe a mis guardias en busca de mi mujer. Localícela. Necesito saber dónde está ahora mismo.
- Entendido, déjemelo a mi, señor O'Conner.

Al cabo de unos largos minutos llegamos a la pista. Salgo rápidamente del auto y subo al Jeet, de regreso a Los Ángeles, en busca de mi esposa.

~

5 horas más tarde llegamos a Los Ángeles. Una camioneta nos espera en el aeropuerto. Me subo y conduzco.

- Están en el club al sur - murmura James.

Subo la velocidad y piso el acelerador a fondo. En 15 minutos llegamos. El club está llenísimo, lleno de personas decididas a hacer el mejor día de su vida aquí y la pista de baile está a reventar de cuerpos que se mueven locamente al ritmo de la música. Mi mujer, ella está aquí, en alguna parte.

- ¿La ves? - grita James por encima de la música. Observo a mí al rededor y localizo a Letty. Parece ebria. La mesa está repleta de botellas de Ginebra, champán y vodka. Camino con los puños aprestados hasta llegar a la mesa de Letty. Todas las personas guardan silencio en cuanto me ven.

Si, idiotas, yo soy el dueño de este lugar.

- ¿En dónde está Aurora? - digo con ira.
- Me dijo que iría a los baños - por el tono de voz se que Letty también está ebria. Carajo.
- James, llama a Dom para que venga por Letty. Quédate aquí con ella - gruño. Él asiente.

Me abro paso entre la multitud y voy hacia los baños. Y de pronto, la veo. Está con Noah, en sus brazos. Él trata de apartarla cuidadosamente pero ella lo sujeta del cuello y comienza a besarlo de la barbilla. Mierda.

- Señora O'Conner, no, la llevaré a casa - dice Noah.

Ahora resulta evidente. Ella está haciendo todo esto porque cree que la engañé. No quiero que otro cabrón la bese. No puedo verla con alguien más. ¿Cómo se le ocurre tratar de besar a mi guardaespaldas personal de años? ¿Por qué me hace esto?

Y de pronto, lo besa. ¡Mierda! Con las manos cerradas en puños a los costados, echo andar hacia ellos. Esto no se quedará así.

𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora