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Brian O'Conner

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Brian O'Conner

Cogí el coche y me largué pisando el acelerador a fondo, recorriendo las calles de los Ángeles. Necesitaba estar solo. Aurora al fin se había entregado a mí, al fin era mía, al fin la había hecho mi mujer. Estaba perdiéndome en ella, en el abismo de su cuerpo, en la lujuria y la calidez al estar dentro de ella, respirar su dulce aroma. Mi esposa Aurora, tan diferente a todas las mujeres que he conocido. Me he comportado como un verdadero cabrón, lo sé, pero es por que he vuelto a sentirme vivo desde que la conocí.

Esos últimos días en la Isla, cuando ella se había entregado a mí, habían sido lo más emocionantes, los más fascinantes de mi vida. Sonrío al recordar al ver dormida a mi lado a Aurora, tan dulce e inocente, con su cuerpo desnudo, carajo, se veía tan arrebatadora y hermosa. Cuando estaba cerca de ella, el olor de su fragancia, ese olor tan propio de ella, ese olor estaba en mi mente, por todas partes, como cada recuerdo de ella. Me sentía perdido, perdido en ella, perdido porque sabía que lo que sentía por Aurora no era simple deseo, sino algo más fuerte y poderoso. Por eso me comportaba como un imbécil, porque solo así podía controlar mis impulsos de tenerla cerca, de hacerla mía, y de controlar lo que llegase a sentir.

Aurora era totalmente diferente a todas las mujeres. Era fuerte, no caía rendida a mis pies, era terriblemente frustrante, fastidiosa y incontrolablemete exitante, pero mi cuerpo y mente me traicionaban, y no sabía que demonios hacer. Cada noche deseaba sin control volver a estar entre sus piernas y hacerla mía. Me había loco cuando me hundí en ella, cuando nos besamos salvajemente y con dulzura a la vez, me enloqueció la forma en que gritaba mi nombre, perdí la razón y me volví completamente loco cuando nos entregamos, cuando la hice mía, sin vergüenza, sin complejos, completamente perdiéndonos el uno al otro. ¿Y ya está? Joder, ella me pidió que me alejara, me dijo que me odiaba y prefería que mantuviera distancia, ¿qué quiere que haga? Es ella quien mandó todo al carajo, de no ser por eso, seguiría dándole las mejores noches de su vida. Lo cierto es que Aurora ha puesto mi mundo patas arriba, ha descontrolado todo. Lo cierto es que le he arruinado la vida, la arruiné desde el principio.

Eran las siete de la tarde, había quedado de ver a mi detective personal para ver que había averiguado del imbécil de Walker. Entré a un bar en la cuidad, y caminé hasta llegar a una mesa en el fondo, muy privada. Bebí un par de tragos hasta que finalmente llegó Harry.

- Señor O'Conner, un gusto verlo de nuevo. ¿Todo está bien? Hace mucho que no venía a los Ángeles - dijo inclinando la cabeza, sentándose frente a mí y dejando la maleta que sostenía sobre la mesa.
- He regresado para asegurarme de que mis negocios estén en orden, y hacerle una visita a Adams después de incendiar uno de mis clubes. El muy cabrón está obsesionado con mi mujer, por eso lo hizo.
- Si, ese hombre es algo peligroso - murmura, sacando una carpeta.
- ¿Consiguió más información sobre Walker? Necesito actuar, no puedo dejar que ese cabrón goce de todo lo que es de mi familia y esté libre luego de asesinar a mis padres - gruño y me bebo de un trago la copa.
- Ehhh, si, señor O'Conner, encontré algo que quizá podría servir - susurra, extendiéndome la carpeta.

Lo abro y comienzo a leer detalladamente.

- Parece ser que... Aurora no es hija biológica  de el señor Walker, al parecer la adoptaron después de que su padre biológico, Jack Toretto, falleciera en un accidente automovilístico.

¿Qué? ¿Jack toretto?

- Su esposa en realidad es Mia Toretto, señor O'Conner - cambia de postura en la silla y se aclara la garganta - sin embargo, desde ese entonces, el señor Walker ya tenía negocios ilegales, pero se hacía pasar como un hombre honorable, necesitaba crear una imagen de tener una buena familia, por eso adoptó a la señorita Toretto. Fue así como engañó a sus padres y después los asesinó, señor O'Conner.

¡Qué demonios?

- ¡¿Qué?! ¿Cómo es posible?
- Estoy tratando de averiguar todo, señor O'Conner, pero todo parece indicar que su esposa es Mia Toretto, hija del señor Jack Toretto y hermana de Dominic Toretto. Por eso su padre, bueno, el señor Walker no ha hecho nada por realizar el intercambio, no le importa lo que le pase a Aurora... a Mia - carraspea - porque no es su hija biológicamente. Únicamente la necesita para eso, para su imagen pública.
- ¿Está completamente seguro Harry?
- Si, señor.
- Bien. Averigua más, lo que sea. Y quiero estar informado de Walker, quiero cada papel en donde se compruebe que adoptó a Aurora... - carraspeo - a Mia, a mi esposa, que revisen las cámaras de seguridad de la última vez en donde estuvieron mis padres y él.
- Estoy en ello - gruñe Harry.
- Ni una sola palabra de esto, ni a James, ni a  William y sobre todo, a Dominic.
- El FBI ha retomado el caso del asesinato de sus padres, quizá puedan al fin atrapar a Walker con eso y darse cuenta de que todo lo que posee es un fraude.
- Vale, puede que ellos averigüen algo. Quiero una lista de las personas que estén detrás del asunto de mi esposa, sobre quién es realmente y de los que sabían los negocios sucios de Walker.
- Mi equipo está elaborando un listado de sospechosos - asegura Harry.

¿Qué es todo esto, carajo? ¿Aurora en realidad fue engañada por Walker? ¿Ella es Mia Toretto? ¿Es realmente la hermana que Dom ha estado buscando todo este tiempo? Esta mierda era lo último que necesitaba ahora.

- Lo mantendré informado, señor O'Conner.

Me levanto de la silla y le estrecho la mano cordialmente.

Mi esposa en realidad es Mia Toretto.

𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora