17

359 22 0
                                    

Aurora Walker

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aurora Walker

El día está sumido en una oscuridad gris y deprimente. Me dirigo a mi gran armario, y el vestidor se ilumina de esa luz cálida. Se que Brian mandó a llamarme con Noah por tener invitados y no puedo hacerlo esperar. Echo una ojeada a los interminables armarios y estanterías del vestidor e intento decidir que ponerme para la ocasión. Todas las prendas son finas, exquisitas y parecen costar una fortuna.

Me dirigo al fondo del armario y elijo un vestido corto hasta las rodillas rojo, con el escote de los pechos al descubierto. Si, lo llevaré puesto para molestar a Brian. Después de todo no creo que le importe. Me pongo el vestido y lo ajusto bien para que resalten mis curvas.

Me hago una cola alta y dejo mi fleco al descubierto sobre la frente. Mantuve mi maquillaje al mínimo, buscando un aspecto natural. Una vez terminando de verme satisfactoriamente me levanto del tocador y regreso a la habitación.

Y en ese preciso momento entra la señora Clark.

- Buenos días, señora O'Conner - la voz de la señora Clark me sobresalta al tiempo que entra a la habitación - ¿necesita ayuda con algo?
- Hola, señora Clark - sonrío tranquilizadoramente al verla. Es la única persona que me agrada aquí - no, muchas gracias.
- He puesto su vestido de novia en su armario nuevamente - me ruborizo al recordar esa noche, mi casi noche de bodas con ese imbécil.

Recuerdo verlo tener sexo con esa mujer rubia. Es mi turno de verte arder, Brian.

- El señor O'Conner quiere que baje al salón, señora.

Inhalo hondo y asiento con la cabeza.

- ¿Preparada? - me pregunta Clark.

Echo un vistazo a mi al rededor, temerosa de lo que podría hacer Brian si lo molesto e irrito demasiado.

- Si, estoy lista.

Ella me sonríe y se marcha a toda prisa. Salgo de mi habitación y camino hasta llegar al gran salón, mientras los tacones finos hacen eco sobre el suelo y las paredes. Escucho la voz de Brian a través de la puerta. Parece estar feliz. El corazón me late muy deprisa. Cojo aire, empujo las puertas de madera y entro en el gran salón.

En un abrir y cerrar de ojos me planto en el salón, que es inmenso, elegante. En las esquinas hay flores blancas y las paredes están llenas de cuadros. Hay una mesa de comedor larga rodeada de dieciocho sillas. En realidad es hermoso. Parece que nunca terminaré de recorrer la mansión, es realmente enorme, de una riqueza exagerada. Banquetes llenos de comida están sobre la larga mesa, con finos cubiertos, platos y bandejas. En la mesa está Dom, Letty, Gisele, James, William y Brian. Sus expresivas expresiones alertan a O'Conner de mi presencia. Se voltea mientras me detengo y lo miro con una sonrisa triunfante en el rostro al ver como todos los hombres de la habitación a excepción de Dom se quedan boquiabierta mientras me observan de arriba abajo. Disfrútalo, O'Conner.

No puedo negar que él se ve bastante bien... traje de noche negro, aunque es algo común verlo así. Letty sonríe satisfactoriamente, y se sienta en el muslo derecho de Dom. Brian me observa detenidamente con una mirada profunda cargada de rabia. Se que le ha molestado verme así, radiante.

El camina hacia mí.

- Creí que te dí instrucciones acerca de usar este tipo de ropa frente a otros hombres.

Sus palabras me ponen los pelos de punta.

- Te importa el como me vista, Brian. Pero no el tratar de violarme y después acotarte con otra mujer. Me das asco - murmuro entre dientes.

Frunce el ceño y se pasa la mano por el pelo rubio y rizado, mientras exhala fuertemente.

- ¡Aurora! Me da alegría volver a verte. La luna de miel te está asentando bien. Espero no te incomode que nos quedemos aquí por unos días - me dice Letty dulcemente. Ella se ve radiante.

Parece ser una chica ruda, pero realmente es encantadora.

- Me alegra que estés aquí, Letty. Espero que podamos ser buenas amigas - susurro, mirando a Brian con una sonrisa torcida.

Él no podrá hacer nada. Sus amigos no saben que estoy secuestrada, así que será mejor que disfrute de el espectáculo. Me acerco a la mesa y saludo a todos de forma cordial. Me siento junto a Brian mientras el me mira por el rabillo del ojo. Le arden los ojos por la furia. Todos comienzan a comer de los grandes banquetes, y entablan una conversación sobre anécdotas.

Brian sujeta mi mano y la coloca encima de la mesa. Sonríe falsamente, al igual que yo, tratando de aparentar un matrimonio maravilloso.

- ¿Cómo supiste lo de Bethany? - dice entre dientes.
- ¿Eso importa? Creí que quizá con el tiempo te toleraría, pero ahora me doy cuenta de que eres un maldito.
- Oh, te arrepentirás de haber dicho eso, Aurora.
- No, ni siquiera un poco - sonrío.
- ¿Por qué has bajado vestida así? ¿Intentas provocarme? Te dije que perdería el control...
- Y cuéntanos, Brian, en dónde conociste a Aurora - dice Gisele.
- Si, Brian, cuéntales - digo, soltándolo.

Oh, mierda, creo que me estoy excediendo, pero la diosa que llevo dentro se siente triunfante. ¿Por qué estoy haciendo todo este espectáculo?

- La conocí por su maravilloso padre. Él y yo tenemos muchos negocios, y asuntos pendientes - dice, con voz suave como la seda.

Mi padre, Intentará chantajearme con eso. Palidezco.

- Y cuéntanos, Aurora, ¿qué tal te va la vida de casada ahora? - murmura William sarcásticamente.

Brian lo mira amenazadoramente y su hermano agacha rápidamente la mirada.

- No lo sé... ver a mi esposo acostarse con otra mujer el día de nuestra boda me ha echo arrepentirme - le solté elevando el tono de voz.

Oh, la bomba estallará... un silencio sepulcral cierne el lugar. Todos nos miran con el rostro tenso. ¿Qué te parece eso, Brian?

Él se inclinó con gesto amenazador hacia mí.

- Compermiso - me levanté, me limpie las comisuras de los labios con un pañuelo y salí del salón con una sonrisa triunfante.

Escucho como golpea fuertemente la mesa, se levanta bruscamente y me sigue.

- ¡Aurora! ¡Detente! - dice detrás de mí. Oh, está furioso.
- ¡Eres un maldito! - grito.
- Te arrepentirás de lo que acabas de hacer - gruñe.

Oigo sus pasos siguiéndome mientras voy camino a mi dormitorio, recorriendo toda la mansión. Cierro la puerta corriendo en cuanto entro. Me sujeta del brazo y me arrincona en la pared, con fuerza.

- ¡¿Qué carajos fue eso?! Primero te gusta que todos los hombres te coman con la mirada y después armas un maldito espectáculo - me gritó.
- ¡No te debo ningún respeto! ¡No eres más que un imbécil!
- Eres una estúpida - me dijo destilando con rabia cada una de sus palabras - pareces una...
- ¿UNA QUÉ?

La bofetada llegó tan rápido a su rostro que ni siquiera sentí en que momento estiré el brazo. Brian cerró los ojos con fuerza y me cogió por los hombros con fuerza.

- Atrévete a hacerlo de nuevo - me dijo, apretándome más fuerte lo hombros.

No pude evitarlo, quería llorar. Sentí impotencia. Suspiré profundamente un momento y mis ojos se humedecieron. Sus ojos buscaron los míos.

- ¿Por qué me fastidias, Walker?- dijo rozando sus labios contra mi oreja. Sentí un escalofrío. Levanté la mirada hacia él con los ojos enrojecidos.
- Te odio, Brian.
- Y yo a ti, preciosa.

Se acercó a mi y entonces...

𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora