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Aurora Walker

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Aurora Walker

Despierto al día siguiente. A pesar de que es de día la habitación está a oscuras por las cortinas color gris. Aparté de una patada las sábanas y encontré la cama vacía. Suspiré. Es verdad, Brian ayer por la tarde. Tiene tantos asuntos por resolver, así que debería haber previsto que tendría que marcharse, pero no tenía que pensar en eso por qué estábamos en la perfección. Lo quería. Me enjugué el sudor de la frente.

Estaba completamente despierta ahora, aunque el reloj de la mesita de noche marcaba que era más de las 11 am. Me levanté y me di una ducha antes de bajar y vagabundear sin destino definido por la casa. Me parecía tan extraño estar aquí, tan solitario, sin Brian. Tan diferente. Termino mi paseo en la cocina y decido que tengo que comer. No había comido bien en los últimos días, ya que Brian y yo nos la pasábamos en la habitación, hasta terminar sudorosos y agotados. Revisé el refrigerador hasta que encontré los ingredientes para hacer pollo frito.

Mientras comía me preguntaba que estaría haciendo Brian ahora. ¿En dónde podría estar? ¿Con quién? Dudo que esté aquí en Los Ángeles, pues dijo que regresaría mañana por la noche. Lo extraño tanto. No quería salir de la habitación hasta que Brian regresara, pero tampoco quería aburrirme, así que me dirigí al salón principal y me tumbé en el sofá. Sujeto el teléfono que está en la mesita de madera en el centro y abro una pequeña libreta que se encuentra también allí, hasta que por fin encuentro el número de teléfono de Brian. Lo llamo.

- ¿Hola?

Se me eriza el vello. Mierda. Es la voz de una mujer.

- ¿Hola? ¿Letty?

¿Conoce a Letty? ¿Quién es esta mujer? ¿Qué hace con el teléfono de Brian?

- Brian, cariño, sal de la ducha, creo que Letty está al teléfono.

Me quedo escuchando con la boca abierta y después cuelgo rápidamente. Ha estado por ahí con una mujer, ¿quién es? Oh, no, no, no. Subo las rodillas para apretarlas contra mi pecho y las rodeo con los brazos. Una sensación de traición me recorre el cuerpo. Creí que todo iría mejor ahora. ¿Cómo pudo? ¿Cómo puede estar con otra mujer? Unas lágrimas furiosas corren por mis mejillas. ¿Qué esperaba? Él me secuestro, me trató como una cualquiera desde el principio, era un mafioso, el más peligroso. Lo sabía. Tarde o temprano esto pasaría.

Empiezo a quererlo y mi supuesto marido ha estado acostándose con otra mujer. Le haré las cosas más difíciles. No voy a permanecer aquí con él. Cuando menos se lo espere me iré, no sin antes hacerlo pagar por esto. Subo corriendo a la habitación y entro en la regadera, y eso bloquea mi tristeza por algunos minutos. Oh, qué calentita. Durante un momento, un breve momento puedo fingir que todo está bien, que el hombre al que quiero no se ha acostado con otra mujer después de creer que todo entre nosotros sería diferente, que él lo sería.

Cuando termino de bañarme, me siento mejor, lista para enfrentarme a Brian O'Conner. Salgo del baño y entro en mi enorme armario. Miro un vestido negro con lentejuelas sin espalda y escotado de enfrente, bastante corto, más arriba de las rodillas. Era demasiado ajustado y hacía resaltar todas mis curvas. Me puse el vestido y elegí zapatillas a juego, y luego me maquille ligeramente, aunque con mi clásico y poderoso labial rojo. Estoy más que perfecta. Me até el pelo en una coleta alta muy apretada.

- Señora O'Conner, Letty quiere saber si... joder, lo siento - dice Noah, dándose la vuelta rápidamente, después de haberme recorrido el cuerpo con los ojos como platos. Me reí seductoramente y me paré frente a él.
- Llévame a uno de los clubes de mi marido - susurro, mientras le recorro el pecho con el dedo índice. Él se pone nervioso y suspira bruscamente.
- Señora... el señor O'Conner me pidió que no saliera a lugares que la pusieran en peligro...
- Brian no está aquí. Yo soy la señora O'Conner, llévame - sonrío divertidamente y salgo de la habitación y entro a la de Letty.
- Letty, tienes que venir conmigo - digo apresurada.
- ¿Qué sucede? ¿Estás bien? - sujeta mis manos mientras me mira con el rostro tenso y preocupado.

No quiero decirle lo de Brian, no quiero quedar como una completa idiota.

- Solo quiero salir a distraerme, he estado muy aburrida - suplico y hago un mohín muy dulce.
- Bien, ¿a dónde vamos?
- Se me ocurre ir a alguno de los Clubes de Brian, estaremos seguras allí - digo con una sonrisa débil.
- Muy bien, pero solo un par de tragos - dice levantando una ceja.
- Un par de tragos - digo afirmando.

Agarré un bolso negro, tomo del brazo a Letty y salimos en dirección al coche, que está aparcado en el patio con Noah al volante. Él no para de mirarme a través del espejo del retrovisor. Tengo un plan.

- ¿Puedes llevarnos a uno de los clubes de Brian? Solo tomaremos un par de tragos.
- Si, señora. Lo que usted pida.

Letty me mira con la boca abierta como si no pudiera creer lo que está pasando.

- ¿Brian ha dejado de tenerte como prisionera? - susurra muy bajo. Asiento. Oh, Letty, si supieras que no ha dejado de ser un imbécil. Desvío la mirada hacia la ventana para que ella no puede ver cómo se me cristalizan los ojos. No, no llores ahora.
- ¿Sabes que Brian ha regresado a la Isla? - me cuenta Letty. La miro perpleja - Bethany, su ex novia, parece que se está hospedando ahí.
- ¿No lo sabias?

Mierda.

- No, seguramente debe ser por cosas de negocios - me ruborizo. Maldita sea - ¿Bethany es la mujer que se acostó con él el día de... de nuestra boda?
- Si, es ella - prosigue Letty - está involucrada en la mafia, es de las mujeres más poderosas.

Siento una oleada de furia que me inunda el cuerpo. Con Bethany me ha engañado, con la misma mujer con la que se acostó el día de la boda. Levanto la vista y veo a Noah observándome por el retrovisor. El semáforo se pone en verde y él vuelve a mirar hacia delante, concentrado en la carretera y el tráfico.

- ¿Estás bien? - me acaricia el hombro.
- Él no significa nada para mí. Solo fue sexo. Lo odio como el primer día - le digo con firmeza - ¿Cómo van las cosas con Dom? - le digo para cambiar de tema.

Noah se detiene en la entrada de el club y nos abre la puerta. Salgo y Letty lo hace también detrás de mí. Nos tomamos del brazo y comenzamos a caminar, entrando al lugar. Noah nos sigue. Es un lugar elegante y oscuro. La luz de las velas lo hace ver sensual, elegante y erótico. Mujeres casi desnudas se retuercen al ritmo de la música. Los hombres nos miran a Letty y a mi mientras nos abrimos paso entre la multitud. El lugar es ruidoso y está lleno de gente. Letty parece conocer a un muchas de estas personas, y mientras nos acercamos a la cabina, los saluda con una sonrisa radiante. En cuanto nos sentamos, nos traen muchas bebidas alcohólicas y aperitivos.

- Hay un par de personas peligrosas por aquí - empezó Letty susurrando, mirando a su alrededor. Mierda. Asentí con la cabeza - algunos son ex socios de Brian. Descuida, eres Aurora O'Conner, nadie intentará hacerte algo.

Tomé una copa y me la bebí de un trago.

- Y yo soy Letty Toretto, nadie nos molestará - dice con una sonrisa.

Chocamos las copas y bebemos.

𝐋𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐁𝐫𝐢𝐚𝐧 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora