Capítulo 2

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  No podía dejar de mirarlo, era sin duda el hombre más atractivo que había visto en mi vida.

— ¿Qué te ocurrió? — pregunté no queriéndome quedar con la duda.

— Paparazzis... Me han estado siguiendo toda la maldita noche y estoy ebrio. Si una noticia mala sale sobre mí, perjudicaré a mi banda.

  Varios periodistas salieron y emboscaron el carro impidiendonos el paso. Me bajé furioso dando un portazo — ¿No saben respetar la privacidad de una persona?

— No nos interesas tú, sabemos que Jungkook va en ese taxi.

— Escuchen todos ustedes, tengo prisa y estoy de mal humor, es mejor que se quiten del jodido camino o no me importará pasarles por encima.

  Ellos se rieron y siguieron tratando de tomar fotos a través de mí. Subí nuevamente y ordené al conductor pisar el acelerador. Este lo hizo y no les quedó de otra que apartarse del camino.

— Eso fue cool — dijo el hombre ebrio y tal vez drogado a mi lado.

— No lo hice por ti, mi padre murió y solo deseo llegar rápido al aeropuerto. Tus tabloides estaban haciéndome perder el tiempo.

— Lo siento mucho, hablaré con mi agencia para que se te recompense.

— Solo quiero llegar a Corea y abrazar a mamá.

— ¿Dónde te dejamos? — preguntó el chófer a la celebridad que estaba con nosotros.

— En el aeropuerto está bien, pediré que me busquen allí.

— Perdón pero... Mi hija es tu fan y no me lo perdonará si no le llevo un autógrafo — volvió a hablar el taxista.

  El pelinegro le aceptó el lapicero y escribió unas palabras en un billete de veinte dólares — ¿Cómo se llama tu hija?

— Oh, es Jesse.

— Con amor, para Mandy.

— ¡Muchas gracias! P-pero se llama Jesse...

— ¿Y tú? — se dirigió hacia mí — ¿No quieres que te firme algo?

Lo miré con una ceja elevada — Ni siquiera sé quién eres, mi padre acaba de morir y dejé a mi novio al cual no veía hace medio año, solo y dormido en mi habitación, ¿crees que quiero un autógrafo?

— Oh... Perdón nuevamente. Solo quería ser amable — dijo de mala gana.

  Miré a otro lado tratando de calmar mi humor, él no tenía la culpa y pensándolo bien, creo que es el vocalista de la banda que tanto le gusta a Hoseok, ¿debería aceptar su autógrafo?

  El señor se detuvo en el aeropuerto y me bajé rápidamente — Disculpa — el pelinegro habló bajando el vidrio — quisiera saber tu nombre y número de teléfono para hacerte llegar mi agradecimiento.

  Lo miré ingenuo y decidí ignorarlo, ya había perdido suficiente tiempo. Abordé el avión y trece horas después, estaba llegando a mi destino. Sabía que papá podía morir en cualquier momento pero no estaba preparado para aceptarlo. Nuevamente abordé otro taxi rumbo a la casa donde viví la mayor parte de mi infancia, antes de irme a estudiar en los estados unidos.

  Habían varios vehículos de familiares aparcados y apenas crucé la puerta mi mamá corrió a sostenerme en su abrazo — Nos ha dejado... Se ha ido — sollozó.

— Lo siento mucho, madre — como hijo, era doloroso perder a mi progenitor pero como su esposa y compañera; debía ser mucho más duro. Así que le dí mi consuelo tratando de mostrame fuerte.

  Veloriamos a papá y finalmente fue sepultado. Para mi sorpresa había dejado unas escrituras, dónde una herencia divida en un cincuenta porciento nos beneficiaba a mamá y a mí con un dinero reunido durante todos sus años de arduo trabajo.

— ¿Te irás?

— Debo regresar...

— ¿Cuándo volveremos a estar juntos?, ya no tengo a nadie, tu padre me ha dejado sola y eres lo único que me queda.

  Sus palabras me dolieron — ¿No quieres ir conmigo a Los Ángeles?, puedo hablar con mi compañero y estar ahí hasta que consiga un departamento más grande.

— No quiero incomodar — habló bajito tratando de no ser vencida por el sueño.

— No puedes estar aquí sola.

— Conoces mi condición... ¿De qué viviremos?, mis manos duelen y no puedo trabajar tan duro, el desgaste en mis huesos es severo, tú apenas te acabas de graduar, seré una carga.

— El dinero que nos dejó papá nos servirá...

— No por mucho, en algún momento se acabará, ¿y entonces?

— Conseguiré un mejor trabajo, dejaré la tienda de vinilos y buscaré algo mejor. No puedes quedarte sola en esta casa, por favor, mamá.

— Gracias, hijo.

  Con más maletas de las que viajé a Corea volví a los angeles. Esperaba que Hobi comprendiera y moría de vergüenza por presentarle a mi madre mi pareja.

  Sí, ella sabía sobre Matthew pero no lo conocía en persona. Para mi sorpresa se recibieron bien y eso me quitó un peso de encima.

  Mi compañero me pidió hablar a solas en la cocina y temí que le molestara recibir a mamá por algunos días.

— ¡Eres un traidor! — gritó en un susurro.

— ¿Qué demonios?

— Conociste a Jungkook y no me dijiste nada.

— ¿A quién?

— ¡A Jungkook!, es el cantante de mi banda favorita, ví fotos tuyas en el periódico y decían que iba contigo en el taxi... También vino a buscarte hace dos días.

— ¿Qué?

— Dejó una tarjeta, dijo que por favor le llamaras.

— Estaba drogado — dije con una ceja elevada y una mano en mi cintura — no me gusta llevarme con ese tipo de gente, dicen que eso se pega.

— Es un artista, es famoso, rico y jodidamente guapo, ¿cómo puedes no emocionarte?

— Porque no soy fan de nadie, ¿entendido?, no lo llamaré y ni siquiera sé cómo dió con mi dirección.

— Creo que pude haberle dado el número de nuestra casa accidentalmente.

  Lo miré con ojos abiertos dispuesto a matarlo pero el sonido del teléfono nos alertó. Matthew estaba en casa, Taehyung y mamá también, solo había una posibilidad...

  Con fastidio cogí el teléfono y su voz inolvidable allanó mis oídos — ¿No pensabas llamar?

— ¿Qué se te ofrece?

— Mi agencia quedó sorprendida por la forma en la que enfrentaste a esos Paparazzis, mi manager renunció hace algunos días y me preguntaba si estabas buscando trabajo.

  Quedé paralizado mirando como mamá y Matt reían en el comedor y pensé que necesitaba ese empleo. Con lo que me pagaban en la tienda de vinilos apenas y me alcanzaba para vivir yo solo.

  Pero, Joder. Tener que estar todo el tiempo siguiendo los pasos de un hombre con ese estilo de vida debía ser agotador.

— Cinco Mil dólares al mes — dijo del otro lado del teléfono y fue imposible decir que no.

— ¿Qué tengo que hacer?

— Ven a Sony mañana por la tarde, hablaremos mejor.

  Dios mío, en qué me iba a meter...

You Rock My World - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora