Epílogo

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La tensión en el ascensor era imposible de negar, ninguno decía nada pero esperaban de forma desesperaba llegar al piso donde la habitación de Jungkook estaba, para poder fundirse en el otro.

  Al cruzar la puerta sus bocas se encontraron y los jadeos, chasquidos y sonidos de prendas siendo arrancadas eran una orquesta sexual.

  Tropezaban torpemente con todo mientras que entre risas terminaban desnudos.

— ¿Cómo he podido sobrevivir tantos días sin ti? — preguntó el más alto sobre la boca del rubio y este solo sonrió antes de darse la vuelta y subir sobre el colchón dejándole ver en aquella posición tan erótica.

— Oh jodido infierno — Jungkook ahogó un gemido cuando notó las letras cursivas sobre la firme nalga de Jimin — ¿Cuando te hiciste eso?, maldición, siento que me voy a correr con solo verte...

— Lo hice hace un par de meses... Era una sorpresa — respondió con voz suave, llena de melancolía y sensualidad.

  Jeon tomó cada nalga entre sus manos y las estrujó con fuerza. Acercó su rostro y besó la piel del mayor, pasando la lengua y jugando con ella — ¿Sabes lo caliente que te ves?

— No lo sé, pero puedes decírmelo — bajó su pecho hasta la cama y lo miró desde esa posición.

— Me encanta... Me encantas — besó el tatuaje y lo chupó. Luego dió un gran apretón y sorbió saliva sosteniendo su pene desde la base — Quiero tanto follarte... Pero al mismo tiempo quiero pedirte perdón por...

— Por favor, no ahora. Solo... Solo hazme tuyo, follame como tú lo haces y no digas nada más, te lo suplico.

  Jungkook tragó saliva junto a palabras que necesitaba decir y decidió callar.

  Tenía a Jimin frente a él, desnudo y deseoso.

  Con sus palmas puestas sobre los glúteos del rubio, enterró su rostro en la separación y comenzó a jugar con el agujero fruncido que se contraía bajo cada lamida — Mmhg... Eso, así — el más bajo gemía con los ojos cerrados y su rostro contra el colchón.

  El pelinegro se encargaba de comerlo de forma deliciosa y se daba su tiempo para saborear cada fluido.

  Llevó su mano hasta su polla palpitante y dura; la apretó y masajeó un par de veces imaginando como se sentiría una vez estuviese dentro de él otra vez.

— ¿Puedes meterlo? — preguntó Jimin.

— ¿Quieres eso? — sonrió con lascivia enderezando su torso y guiando su falo hasta la entrada de su deseo.

— No me hagas rogarte...

  El más alto tomó la punta del miembro contrario y robó algo de pre semen para usarlo como lubricante e irse adentrando lentamente.

— ¡Oh Dios! — gritó el mayor cuando tenía más de la mitad adentro y su cavidad anal ya se sentía llena.

Era tan bueno...

Era tan delicioso tenerlo dentro, lo había anhelado tanto...

  Jungkook no se quedaba atrás. Ver a Jimin en cuatro, con ese delicado tatuaje, sus exquisitas nalgas y sus gemidos lastimeros, lo tenían rezando por primera vez en su vida para no correrse en cuanto lo terminara de meter.

— Maldición... — se detenía para controlar su fuego y no llenar al rubio tan rápido.

Pero Jimin no aguantaba más, quería sentirlo a totalidad, así que se echó hacia atrás para clavarse él mismo y así por fin tenerlo todo.

You Rock My World - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora