Capítulo 22

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  En la compañía parecía no importarle a nadie lo que le pasara a Jungkook.

  Todos estaban concentrados en el debut de Mingyu y los medios no hacían más que hablar pestes sobre las adicciones y conductas agresivas que Jeon tenía.

Yo estaba preocupado por él.

  Incluso fui cada día a esperarlo frente a su puerta porque no sabía dónde buscarlo. No tenía información acerca de su familia y tampoco conocía a alguien que se preocupara por él, fuera del ámbito profesional.

  ¿Dónde estás, Jungkook?

  No podía quedarme sin hacer nada, así que comencé a visitar hospitales con miedo de que estuviese por ahí herido.

  Ya sabía que él era impulsivo y participaba en cosas cuestionables, por eso me aterraba la idea de encontrarlo en una cama de recuperación.

  Estuve en los principales pero no estaba en ninguno.

Gracias a Dios.

  Ya habían pasado más de cuatro días sin saber de él y la angustia incluso no me dejaba comer ni dormir.

  Llegué a mi casa, tarde por la noche y mamá me esperaba en la sala.

— ¿Podemos hablar? — me preguntó.

  Miré con pesar y cansancio hacia las escaleras que llevaban a mi habitación y luego volteé para donde estaba ella y asentí fatigado.

  Nos sentamos juntos en el sofá y dejó caricias en mi espalda — ¿Te pasa algo?

  Mi pecho pareció inflarse en cuánto mamá hizo esa pregunta.

Mi llanto fue insostenible y para tratar de ocultar o minimizar lo que sentía, escondí mi rostro en su cuello cuando la abracé.

— Siempre trato de darte tu espacio y no agobiarte con preguntas pero esta vez me preocupas demasiado. Llevas días con ese semblante cansado y siento que algo no va bien... ¿Puedes confiar en mí?

— Mi vida es un caos — sollozé — y solo quiero que él esté bien...

— ¿Él? — la miré con las mejillas repletas de lágrimas, la nariz roja y un puchero tonto en mis labios — no es Matthew... ¿Verdad? — negué antes de volverme a poner a llorar.

— Shh... Shh... Shh... Mi niño, ¿hablas de ese chico guapo para el cual trabajas?, ¿te has enamorado de él? — asentí en su cuello sin dejar de llorar — ¿Y eso te tiene así?

— E-es que todo es complicado p-porque yo estoy con Matt... O al menos tengo una relación seria con él, pero mamá...

— El otro chico te hace sentir cosas más fuertes...

— Y ahora algo pasó y él lleva varios días desaparecido — lloraba cada palabra — y tengo miedo de perderlo, mamá. Estoy tan enamorado de él y me aterra la idea de que algo le haya pasado.

— Sabes qué... Cuando conocí a tu padre — sonrió limpiando mis mejillas — yo estaba a punto de casarme con un militar de corea... Mis padres lo amaban porque era atractivo y ganaba mucho dinero. Y yo lo quería, sí. Lo quería mucho pero un día cayó una tormenta que inundó las calles en mi barrio y los alrededores de la universidad y yo me encontraba sola en una acera después de que la lluvia se había detenido, pensando como cruzar ese río que corría por las carreteras. Un hombre delgado de piel pálida y rostro tímido se posicionó a mi lado y me preguntó si iba a cruzar. Yo asentí y le respondí que para llegar a mi casa tenía que hacerlo pero no quería dañar mis zapatos favoritos y también me daba miedo caerme — se carcajeó — él solamente me levantó en sus brazos con una fuerza que no sé de dónde sacó y sin importarle nada, me llevó como una princesa hasta el final de la calle donde yo pude caminar sana, salva y seca.

— ¿Ese chico... Era papá? — pregunté ahogado en sentimientos.

— Ese chico era tu padre... Juré nunca haber conocido a nadie tan ocurrente y tierno. Era todo lo contrario de mi novio. Ese día me acompañó hasta mi casa y luego de eso empecé a recibir todos los días jueves algún detalle: dulces, libros, flores... Y coleccioné cada cosa porque sabía que eran de parte de él... Un día, mi novio las encontró en mi armario y las rompió... Lloré toda la noche e incluso mis padres me dieron la espalda porque ellos querían que yo me casara con él pero yo no lo amaba... Me había enamorado de aquel chico frágil pero heróico que me había llevado en sus brazos a cruzar la calle y sabía que lo que sentía era más fuerte aún que lo que mi novio me había hecho sentir en tres años de relación.

— ¿Y qué hiciste?

— ¿Estás aquí, no?

— ¿Pero cómo?

— Hice una carta en dónde le pedí que huyeramos... Solo necesitaba su confirmación y disposición. Dejé la nota entre los arbustos y esperé pacientemente mirando por la ventana hasta que esa noche lo ví llegar a dejarme como cada jueves un regalo. Tomó la nota y la leyó con una sonrisa enorme en su rostro. Luego miró hacia mi ventana y ahí estaba yo, mirándolo también. Hizo una especie de señas con sus manos, diciendo que iría por mí al día siguiente y así fue pero cometió un error y es que de la emoción dejó la nota en ese lugar. Mi padre la encontró y llamó a mi novio.
Esperaron a que él llegara y lo hicieron entrar hasta la casa para amenazarlo y prohibirle acercarse a mí... Pero él era valiente... Y yo estaba enamorada.

— ¿Se enfrentaron a tus padres y tu novio? — pregunté con los ojos hinchados y muy abiertos, mientras los de ellas se hacían cada vez más pequeños y se llenaban de lágrimas — de todos modos yo era mayor de edad. Saqué mi bolso, con mis cositas y tomé la mano de tu padre. Nos fuimos de esa casa dejándolo todo... Y dejándolos a todos.

— ¿No te dió miedo que no fuese a funcionar?

— Claro que sí... Pero funcionó. Seguí mi corazón y juro que fui feliz con él, cada día hasta que se fue... Incluso en mis sueños lo sigo viendo dejar cartas y flores en aquel arbusto de mi casa pero ahora con la imagen de un hombre... Con la imagen que tenía cuando partió.

  Lloramos muchísimo por no sé cuánto tiempo hasta que el timbre sonó.

Ambos nos miramos y me levanté corriendo a abrir la puerta.

  Y él estaba ahí.

  Me miró con ojos cansados y yo solo lo abracé para seguir llorando pero ahora en su pecho reconfortante.

— Gracias, gracias, gracias a Dios que estás bien — sostuve su rostro y lo besé, sintiendo un sabor salado en mis labios que me decían que al igual que yo; él también estaba llorando.

  Gracias por leer. Voy al gym y cuando llegue les doy otro capm falta poco para el final.

Sinceramente pensaba que no iba a terminar esta historia y que la iba a mandar a borradores pero a ustedes les gustó y a mí me gusta escribir, solo que aveces los problemas del día a día son tan agobiantes que te limitan a hacer cosas, incluso cosas que amas.

De nuevo, gracias por seguir aquí. Lxs amo.

You Rock My World - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora