You Rock My World - Kookmin

Capítulo 29

— Derek se ha ido...

— ¿Por qué?

— Simplemente me entregó su carta de renuncia sin decir nada más y se largó, ¿qué demonios le hiciste?

— No le hice nada, puedo jurar que todo estaba bien hace un par de días...

— No puedes cambiar de manager cada mes, Jungkook. Esto ya es preocupante...

— No le hice nada — lo miré con fastidio antes de sacar un nuevo cigarro y encenderlo — como sea. Encontraremos a otro.

Subí el volumen de la música en la cabina y seguí aprendiendo la canción. Si Derek se fue es porque no tenía lo necesario para cuidar de mí y sinceramente; me importaba un demonio.

  Estar sin manager y sin supervisión no era tan malo después de todo; podía salir a dónde quisiera y hacer lo que quisiera.

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  Alboroté mi cabello dejándolo con buen volumen y vestí una chaqueta de mezclilla para ir a beber y fumar un poco.

En mi radio se escuchaba un tema de los beatles y el viento que entraba por mi ventana era fresco y agradable.

  Habían pasado algunos días desde que me quedé sin supervisión y eso me hacía sentir libre.

  Estacioné el auto y entré en mi bar favorito, dónde había todo lo que yo quisiese: putas de cualquier género, drogas y alcohol.

— Una ronda de whisky — pedí al de la cantina, quien ya me conocía, y mientras me lo preparaba, salí a la parte trasera donde estaban los dealers.

Cocaína, marihuana y cigarrillos por montón.

  Solo me faltaba un agujero donde meter la polla y mi dicha estaría completa, ¿verdad?

Comencé a beber buscando quedar noqueado.

  La combinación de las cervezas, más el whisky, las drogas y el éxtasis era algo que aunque me acercaba tanto a la muerte; me hacía sentir vivo.

  No sabía que hora era.

  El bar se estaba quedando solo, y mi magia se estaba acabando. Debía buscar otro dealer ya que el anterior se había ido; y comprar algo más.

  Salí tambaleando y miré al rededor.

  Un flash provino de un vehículo sospechoso y maldije en lo alto cuando me di cuenta de que los tabloides me habían encontrado.

  Caminé aparentando que no los había visto y mi paso se volvió cada vez más rápido.

  No entendía nada, no sabía de dónde estaban saliendo pero yo estaba solo en la calle, había dejado mi auto en el estacionamiento del bar, estaba ebrio y drogado.

  Definitivamente mis sentidos estaban fallando.

  Cuando ellos llegaron a mí comencé a correr casi siendo arrollado por un taxi donde iba un solo sujeto con el conductor.

  Miré hacia atrás notando que se acercaban y pedí que por favor me dejaran subir.

  Si PD se enteraba de esto y mi cara salía en primer plano de un periódico en este estado, estaría jodido.

  El pasajero me dejó subir pero los paparazzi comenzaron a tratar de abrir para tomarme fotos.

  Con valentía y tal vez algo de mal humor, el pequeño rubio se bajó y les gritó para que se fueran.

  Aunque mis ojos estaban cargados y pesados por las drogas, se abrieron de asombro al descubrir su carácter.

  Le agradecí.